Cada mes el índice de confianza de la actividad económica (Icae) mide la percepción de los agentes económicos, para conocer el futuro del clima de negocios e inversión en Guatemala y es el pulso del corto plazo.
En agosto pasado, el indicador se situó en 46.09 puntos, marcando una continua tendencia a la baja que empezó a reflejarse desde mayo, cuando en ese entonces se ubicó en 64 puntos, junio 54 y julio 50.53, aunque el año lo empezó con 80.12 puntos.
El comportamiento de la inflación -alza generalizada de precios en la economía- que alcanzó 8.87% (ritmo) en agosto, los movimientos al alza de la tasa líder de interés por la Junta Monetaria en 0.50 puntos porcentuales para situarla en 2.75% (antes de la pandemia), así como los movimientos por parte de la Reserva Federal (Fed) de los Estados Unidos, son factores que pueden estar influyendo en los agentes económicos, según expertos consultados.
La lectura del Icae es que cuando el indicador está superior a los 50 puntos, hay confianza en la economía, pero cuando cae de ese valor, hay percepción negativa, que podría reflejarse en ser más cautos en de negocios o inversiones o en hasta cierto momento a una posible inacción.
Tendencia estacional
Para Fernando Estrada Domínguez, director de la Comisión de Estadísticas de la Cámara Guatemalteca de la Construcción (CGC), hay un efecto estacional con bajo optimismo, similar al de principio del año, y el tema de la inflación preocupa en los negocios.
A pesar de esta preocupación en el clima de inversión, los precios de la gasolina, petróleo, fletes desde China, y otras materias primas empiezan a registrar bajas, pero que es algo muy reciente, y aún no se está reflejando en la economía.
Por otro lado, en este momento no hay un incentivo para el cliente como para el comprador, y por eso se está en una etapa estacional.
“Sí hay un tema de preocupación el incremento de precios, pero aún no se han percibido las bajas que ahora vendrán”, remarcó Estrada Domínguez.
Por otro lado, destacó que la demanda de Estados Unidos está empezando a caer un poco, por el aumento de las tasas de la Fed, pero que se observa que las remesas siguen con un ingreso sólido.
En todo caso, hay que monitorear los indicadores, porque la economía del país y sus indicadores se encuentran estables, y se esperaría que en los siguientes meses se empiece a registrar una baja de precios en algunos productos importados, aseguró el directivo de la CGC.
Inflación al 8%
Al igual que otras economías del mundo, Guatemala no escapará de la espiral inflacionaria, y los escenarios ya apuntan a una inflación mayor, y que también pondrá presión en el salario mínimo para 2023 por parte de las autoridades del Ejecutivo.
El pasado lunes 12 de septiembre, Sergio Recinos, presidente del Banco de Guatemala (Banguat), presentó el escenario macroeconómico en la Comisión de Finanzas del Congreso, cerca de que concluya el ejercicio fiscal, y confirmó que la inflación en este año podría ubicarse en 8.5% que sería superior a la meta establecida de 5% en diciembre del 2021.
Parte de ese comportamiento, se explicaría por la inflación importada, que, según el funcionario, representa más del 70%, además de que ese “shock” externo ya está provocando efectos de segunda vuelta, es decir, está impactando a otras actividades de gasto.
En tanto, que el panel de analistas privados que consulta el Banguat, señala que el ritmo inflacionario para diciembre estará en 6.97% y para diciembre del 2023 en 5.39%.
Los cuatro principales factores que estarían explicando este comportamiento, según el panel de expertos son los precios de los combustibles, precio internacional del barril de petróleo, precio de las materias primas, así como la estacionalidad de los productos agrícolas.
Pero a pesar del comportamiento de la inflación, el crecimiento de la economía (medido por el producto interno bruto (PIB) se situará en el rango de 3 a 5% con un valor central del 4% y para 2023 en 3.5%.
Factores de influencia
Clynton López Flores, director de Economía de la Universidad Francisco Marroquín, aseguró que la población ya está percibiendo los efectos de la inflación, que viene a erosionar el ingreso de las grandes masas de dinero, y que los salarios es lo último en subir y las personas están observando un deterioro en su poder adquisitivo, se empieza a ver pesimismo en la economía y que a su juicio es la parte que muestra el Icae de agosto.
Añade que los consumidores ya empiezan a racionar sus compras y que para empresarios es probable e inevitable que para contener la inflación en Guatemala se tendrá que aumentar las tasas de interés, lo que automáticamente incrementará el costo del crédito e implicará una parte importante en los costos de las nuevas inversiones e inhibir nuevos negocios.
El académico aseguró que, para lo que resta del año se puede materializar una percepción negativa en la economía porque está en curso la crisis en Estados Unidos, y al confirmarse en este trimestre una desaceleración, estará acentuando un pesimismo en la economía nacional.
Están pendientes los nombramientos que se realicen en la presidencia y vicepresidencia del Banguat, y la Superintendencia de Bancos (SIB), y ahí nuevamente se creará una nueva percepción de las profesionales que sean designados a finales de septiembre y eso también dependerá mucho en los agentes económicos la política que llevará a cabo en lo que lo resta del mandato, aseveró López Flores.
Clima político
Roberto Wagner, internacionalista y catedrático universitario, enumeró tres aspectos que pueden influir en la confianza de los agentes económicos en lo que queda del año: la designación en la dupla del Banguat y Junta Monetaria, la falta de certeza del Tribunal Supremo Electoral de qué candidatos puedan participar o no, y la situación económico-financiera de El Salvador con respecto al cumplimiento de sus obligaciones de pago de la deuda.
Estas tres situaciones, expresó, están generando que los tomadores de decisión entren en una fase de incertidumbre, y que puedan generar una incidencia de proyectos o programas de capital y negocios para los inversores.
“Hay una preocupación en los nombramientos en el Banguat, en la SIB, y de lo que podría pasar y se está generando una gran incógnita que son las principales autoridades monetarias y financieras”, precisó.
Por otro lado, la falta de certeza de qué candidatos podrían participar en la próxima contienda, para empezar a analizar que posiciones tienen, pero hasta el momento no se sabe quiénes son los potenciales aspirantes, y esto afecta la capacidad de análisis. “Si las elecciones generales fueran en un mes, nadie estaría dispuesto en invertir en el país”, subrayó.
Finalmente, habría que analizar el impacto que puede tener El Salvador, en la próxima evaluación que realicen las agencias de calificación, en los agentes económicos nacionales.
Comportamiento del Imae
Otro indicador de corto plazo es el índice mensual de la actividad económica (Imae) que en julio se situó en 3% que es el más bajo desde enero cuando en esa ocasión fue de 4.7% el mayor porcentaje del año.
El resultado de julio estuvo influenciado por las actividades de comercio y reparación de vehículos, industrias manufactureras, actividades inmobiliarias, actividades financieras y de seguros, actividades de alojamiento y de servicio de comidas, agricultura, así como de información y comunicaciones.
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