La decisión está “en línea con el reciente anuncio de la Administración Nacional para la Seguridad en la Carretera (NHTSA) de Estados Unidos”.
La NHTSA impuso el pasado 4 de noviembre una multa de US$70 millones (€65 millones) a Takata por su negligencia a la hora de informar sobre los fallos en sus infladores (el encapsulado metálico en el que se aloja el airbag), los cuales pueden abrirse con demasiada fuerza y proyectar fragmentos a los ocupantes.
Nissan vendió 116 mil 047 vehículos a octubre, un alza de 12.5%, cuando se preveía vender 112 mil 357 unidades.
Este defecto se ha ligado con la muerte de al menos ocho personas en Estados Unidos y Malasia.
La NHTSA le advirtió además a la empresa de que la multaría con otros US$130 millones (€120 millones) en caso de que siga utilizando nitrato de amonio como gas propulsor sin acreditar que es seguro.
Nissan se une así a fabricantes como Honda, Mazda o Fuji Heavy (que manufactura la marca Subaru), que ya informaron la semana pasada que dejarán de equipar sus coches con infladores de Takata, que llegó a ostentar un 20 por ciento de cuota de mercado y ahora ve peligrar su futuro.
No obstante, las títulos de Takata se apreciaron hoy en la Bolsa de Tokio más de un 4 por ciento en el primer tramo de la negociación, a raíz de las agudas caídas que ya había registrado la semana pasada.