Se denomina de esa forma a las adquisiciones que pueden realizarse con el fin de resguardar recursos que pueden estar en peligro ante la posibilidad de una recesión económica global, la que puede materializarse el próximo año.
Para todo inversionista, una recesión puede significar una reducción de rendimientos o que estos se conviertan en negativos, con las consiguientes pérdidas de capital. Entonces, los inversionistas recurren a un activo de refugio para poder cubrirse de una “tormenta económica”, por lo que es una práctica común.
¿En qué invertir?
El constante aumento de la tasa de interés de referencia por parte de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, para controlar el nivel de inflación que está por encima del 8 por ciento, tiene como objetivo encarecer el crédito bancario, de manera que las personas tengan menos disponibilidad de efectivo y así, debilitar la demanda de productos y servicios, lo que, a su vez, influye en una disminución de precios. Como efecto corolario, también se espera que esta medida convierta en más rentable el ahorro.
Pero como efecto negativo, la contracción de la demanda implica una disminución de la producción, del empleo y del consumo, lo que incide en un menor crecimiento económico, que de prolongarse durante dos trimestres consecutivos o más, se convierte en una recesión, que es el temor actual en el mundo.
Pero como en todo, una contracción de la economía global puede significar buenas oportunidades para los potenciales inversionistas y los cambios que se experimenta en el mercado mundial bajo estas circunstancias, es que ante la amenaza de una recesión también hay “enorme” inclinación por el riesgo a asumir.
Prensa Libre consultó al analista financiero peruano Eduardo Recoba, sobre los sectores en los que se puede invertir, quien aclaró que en los mercados globales y sobre todo los regionales, como México y Brasil, ya están registrando una posición “bastante” compradora de bonos del Tesoro de los Estados Unidos, dados los primeros ajustes de los mercados, aunque no necesariamente significa que se encuentran en una postura “barata”.
Y sugirió estar alertas con el comportamiento de acciones de grandes empresas de tecnología y financieras, ya que suelen ser costosas en periodos de auge, pero en ciclo recesivos, estos sectores suelen ajustar los precios de sus valores.
También están los activos como el oro, el dólar e inclusive el euro, que no solo pueden generar refugio, sino cobertura ante un proceso de inflación global que puede ser prolongado y estos bienes permiten cierta diversificación, y no necesariamente de alta gama. Esto, porque al democratizarse el mercado, cualquier inversionista de ingresos medios que tenga una cartera o un ahorro puede acceder a ellos sin mayores dificultades, ahorrando gastos y tiempo.
Otras opciones son las divisas como el dólar y el euro, ya que este último está en una posición cómoda y aún no ha respondido ante la elevación de tasas por parte del Banco Central Europeo (BCE) y la reacción puede esperarse en un plazo de tres meses a seis meses, manteniendo la solidez. “Estos activos pueden brindar cierta salud al momento de hacer las inversiones”, puntualizó.
Más opciones
El mercado mundial también ofrece metales preciosos “poco tradicionales” como el litio, por su uso en baterías para computadoras portátiles, teléfonos móviles, vehículos eléctricos, marcapasos, juguetes, entre otros productos que necesitan chips, apuntó el economista Juan Alberto González Jacobo, experto en temas territoriales.
Otro activo potencial, son las denominadas “tierras raras” que es un grupo de elementos químicos utilizados para fabricar bienes tecnológicos y equipos militares, de los que China tiene una buena parte, así como Sudamérica.
Otro activo con alta seguridad se relaciona con las telecomunicaciones, sobre todo en los servicios de comunicación digital, internet, comercio electrónico y streaming, que parecen incrementar su valor.
“Son áreas esperadas con una rentabilidad que no será muy afectada por la posible recesión y donde se podría esperar un refugio de capital, pero es difícil, ya que estamos ante una recesión mezclada con inflación (estanflación), un problema que erosiona los activos refugio, así que se deben buscar con mucho cuidado los sectores con mayor potencial”, aseguró.
Para el caso de Guatemala, no hay muchas alternativas, aunque en una parte del sector financiero hay una estabilidad garantizada, aparte de que puede haber nuevas actividades de inversión como el desarrollo del tren y la generación de energía u obras de infraestructura, para las que requiere gran inversión inicial, pero luego pueden ser muy rentables.
Lo relacionado con la logística como transporte también ha tenido un buen desempeño, pero estaría sujeto a la posibilidad de una caída en el comercio mundial.
Donde no invertir
Por otro lado, los especialistas indicaron que no se recomienda invertir en bienes suntuarios, al menos en los próximos seis meses, mientras que la compra de inmuebles también puede ser víctima de la crisis inflacionaria, por lo que es mejor pensar en tierra.
Es más, en varios países de Latinoamérica, el mercado de terrenos, vivienda, oficinas y otros, está deprimido, pero los compradores pueden encontrar buenas opciones, lo que queda a consideración de cada persona o empresa.
Varias opciones
Toda inversión dentro de una atmósfera de “tormenta económica” puede ser complicada, aunque existe la posibilidad de ganancias saludables. Sin embargo, se debe considerar que toda inversión en un momento crítico de la economía como la actual, puede ser vulnerable y juega mucho el factor “riesgo”. Entonces, se puede considerar:
- Acciones defensivas: Por lo general son aquellas que suelen permanecer estables durante ciclos económicos inciertos o en mercados bajistas. Son acciones en industrias básicas, de salud o de utilidades que presentan poca volatilidad.
- Dividendos de acciones: Se trata de acciones que corresponden a empresas que ya han pasado por la mayor parte de su crecimiento y maduración. En lugar de generar un crecimiento por la vía de su capital, estas pagan dividendos en función de la equidad, de manera mensual, trimestral o anual.
- Acciones de valor: Estas corresponden a empresas con un supuesto rendimiento inferior en el mercado de valores, pero que pueden valer más de lo que el mercado refleja en la actualidad. Estás son muy útiles cuando hay una venta significativa de acciones.
- Bonos: Es la mejor forma de lograr diversificar y mantener seguras las inversiones. Son de lenta construcción a largo plazo, pero con retornos seguros y estables.
- ETF: Son fondos de intercambio (cotizados en bolsa) con exposición muy corta y de tipo popular.
Matriz de estrategias y riesgos
Los riesgos para las inversionistas son los recurrentes: tipo de cambio, riesgo país, riesgo sistémico o no sistémico, riesgo de contraparte y de inflación, pero el experto Eduardo Recoba señala que lo importante es diseñar matrices y estrategias a corto, mediano y largo plazos:
- En el corto plazo se debe vencer a una inflación que es global y a un posible proceso recesivo que puede ser mundial y sistémico, pero cuya prolongación no es alta, como el de la inflación.
- La regla de oro de mayor riesgo involucra mayor plazo, pero mayores ganancias potenciales, y se debe analizar la capacidad en función de la aversión al riesgo de un determinado grupo de inversionistas.
- Siempre hay que tomar en cuenta la diversificación de un portafolio, la liquidez que se pueda blindar y la profundidad de un mercado específico.
- El juego del riesgo versus la inversión va a depender del perfil del inversionista: conservador, moderado o dinámico. Para los primeros son adecuados los activos de renta fija como los bonos del Tesoro; y para los más dinámicos, la renta variable juega un rol más importante.
- La matriz debe considerar, riesgo, plazos y ganancia potencial en períodos cortos y largos.
Con información de https://www.caminofinancial.com/es/en-que-invertir-en-recesion/#Industrias