También el camino de las economías hacia una senda más sostenible ambientalmente creará millones de puestos de trabajo a medida que se adopten prácticas sostenibles y tecnológicas, pero a la vez muchas posiciones desaparecerán al dejar atrás las industrias basadas en el carbón.
La evolución demográfica será otro factor importante. El aumento de la población juvenil en algunas regiones del mundo y el envejecimiento en otras generará presión sobre los mercados de trabajo y los sistemas de seguridad social, y esos cambios abrirán nuevas vías para contar con sociedades activas, basadas en los cuidados y la inclusión.
Por lo anterior, la OIT llama a los Gobiernos, las organizaciones de empleadores y los trabajadores se comprometan a acciones que permitan “revitalizar el contrato social” que asegura a los últimos una participación justa en el progreso económico, el respeto de sus derechos y la protección de los riesgos a los que se exponen a cambio de su contribución laboral.
En ese sentido, Kelvin Aguilar, coordinador del Observatorio de Mercado Laboral del Ministerio de Trabajo y Previsión Social comentó que el mercado laboral guatemalteco no es ajeno a esas transformaciones, sumando a ello los retos que aún se deben enfrentar como sociedad para promover el empleo digno.
Para ello es necesario generar una discusión en torno a cómo enfrentar esos desafíos y se pueden abordar desde el surgimiento de nuevas ocupaciones, nuevas modalidades en las relaciones laborales, innovación tecnológica y su impacto en el empleo, nuevas tendencias ocupacionales y necesidades de formación, entre otros.
Según Aguilar, existen 5 aspectos importantes que se refieren a ese mercado laboral dinámico y que aún no se tienen definidos en el país:
- Categorías ocupacionales: El surgimiento de nuevas categorías ocupacionales, como el empleo por plataforma, es decir, personas trabajando para empleadores en el extranjero que no permite la regulación actual de la legislación nacional.
- Formación laboral ante la revolución 4.0: La existencia de analfabetismo informático no permite la preparación del recurso humano en el uso de nuevas tecnologías, la poca formación laboral ante esta nueva tendencia de un mercado laboral globalizado.
- Certificación de competencias laborales: Esto se refiere a cómo respaldar aquella formación empírica, por ejemplo, los migrantes retornados que aprendieron un oficio en el extranjero, pero cuando vuelven al país no tienen un respaldo de los conocimientos adquiridos, y el país no posee un mecanismo que pueda certificar esas competencias.
- Inadecuación de competencias laborales: Algunas personas están sobrecalificadas o que no están calificadas para desempeñar una ocupación y por consiguiente los ingresos no son congruentes. Existen profesionales que tienen que vender su mano de obra por debajo de lo que deberían ser remunerados por la falta de oportunidades.
- Fortalecimiento a las unidades productivas: Esto se refiere al acompañamiento para que las unidades productivas puedan formalizarse, y puedan pasar el valle de la muerte, para que lleguen a consolidarse y puedan convertirse en generadoras de empleo. Más del 70% de las unidades productivas en Guatemala generan entre 1 y 10 puestos de trabajo, eso quiere decir, que son pequeños emprendimientos.
Foro en Guatemala planteó el tema
El 11 de abril se llevó a cabo el foro “Claves para el Empleo Digno en un Mercado Laboral Dinámico” que organizó el Ministerio de Trabajo y Previsión Social.
La cita generó un diálogo con representantes de diversos sectores de la sociedad, con el propósito de sumar aportes que contribuyan a fortalecer el accionar de la Política Nacional de Empleo Digno 2017-2032 y propiciar la integración de esfuerzos orientados a la generación de empleo y de condiciones propicias para la empresarialidad, el desarrollo de capital humano y la formalización de la economía, informó Aguilar.
El foro propició tres momentos en donde se abordaron los siguientes temas:
- Guatemala y el futuro del trabajo
- Panel: Factores determinantes para responder a las necesidades actuales del mercado del trabajo
- Conversatorio: ¿Cómo afrontar las transformaciones del mercado laboral?
Se contó con la presencia de 150 personas, que incluyó a representantes de la OIT, funcionarios de instituciones gubernamentales, cámaras empresariales, organizaciones de trabajadores, académicos, centros de pensamientos e investigación socioeconómica, organizaciones de cooperación internacional y medios de comunicación.
Un programa centrado en las personas
Para lograr ese fin, la Comisión Mundial sobre el Futuro del Trabajo de la OIT planteó 10 recomendaciones, como parte de un programa “centrado en las personas” y que de seguirse generaría crecimiento, igualdad y sostenibilidad para las generaciones presentes y futuras.
- Garantizar el derecho a un aprendizaje a lo largo de la vida que permita adquirir competencias, perfeccionarlas y reciclarse profesionalmente: Esto incluye el aprendizaje formal e informal desde la primera infancia y hasta la vida adulta. Los Gobiernos, los trabajadores y los empleadores, así como las instituciones educativas, tienen responsabilidades que se complementan a la hora de generar un entorno de aprendizaje que sea efectivo y cuente con financiación.
- Incrementar las inversiones en las instituciones, las políticas y las estrategias que apoyen a los trabajadores a lo largo de las transformaciones del futuro laboral: La OIT asegura que especialmente los jóvenes necesitarán ayuda para la cada vez más complicada transición de la escuela al trabajo. También se deben aumentar las posibilidades de los trabajadores mayores para que puedan permanecer en el mundo laboral mientras lo deseen.
- Aplicar un programa transformador para lograr la igualdad de género: Las políticas deben promover que se comparta el trabajo de cuidados no remunerados en el hogar para crear una auténtica igualdad de oportunidades en el lugar de trabajo. Para esto se debe fortalecer la voz de las mujeres y su liderazgo, la eliminación de la violencia y el acoso, y la aplicación de transparencia salarial.
- Proporcionar protección social universal desde el nacimiento hasta la vejez: El futuro del trabajo necesita un sistema de protección social sólido y con capacidad de respuesta que asegure cobertura para todas las personas vulnerables.
- Establecer una Garantía Laboral Universal: Significa que todos los trabajadores sin importar su acuerdo contractual o situación laboral deben disfrutar de los derechos fundamentales del trabajo, tales como un salario adecuado, límites máximos respecto a las horas de trabajo, seguridad social y cobertura de salud.
- Ampliar la soberanía sobre el tiempo: La Comisión asegura que los trabajadores necesitan una mayor autonomía sobre su tiempo de trabajo, sin dejar de satisfacer las necesidades de la empresa, e invita a aprovechar la tecnología para ampliar las oportunidades y conciliar la vida profesional con la personal. Esto se traduce en opciones reales de flexibilidad y control sobre los horarios de trabajo.
- Garantizar la representación colectiva de los trabajadores y los empleadores: “Todos los trabajadores deberán disfrutar del reconocimiento de su libertad sindical y del derecho de negociación colectiva, con el Estado como garante de esos derechos”, asegura el informe.
- Administrar la tecnología a favor del trabajo decente: Los avances tecnológicos deben incluir una reglamentación del uso de datos y de la responsabilidad sobre el control de los algoritmos en el mundo del trabajo. También debe establecerse un sistema de gobernanza internacional de las plataformas digitales que exijan el respeto a determinados derechos y protecciones de los usuarios y clientes. La OIT resalta además que, en el caso de la inteligencia artificial, se debe garantizar que las decisiones definitivas que afectan el trabajo “sean tomadas por personas”
- Dar incentivos para promover inversiones en áreas claves en favor del trabajo decente y sostenible: Este tipo de inversiones impulsará la igualdad de género y podrían crear millones de puestos de trabajo y nuevas oportunidades para las microempresas y las pequeñas y medianas empresas. También el desarrollo de la economía rural, del cual depende el futuro de muchos de los trabajadores del mundo, debería convertirse en una prioridad.
- Remodelar las estructuras de incentivos empresariales en pro de sus estrategias de inversión a largo plazo: Esto incluye políticas fiscales justas, la revisión de las normativas contables empresariales y nuevos modos para medir el desarrollo de los países para que den cuenta de las dimensiones de su crecimiento, el valor del trabajo no remunerado que se realiza en el servicio doméstico en las comunidades.
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