El crédito bancario al sector privado constituye una de las principales fuentes de financiamiento de la actividad económica, razón por la que existe un fuerte grado de asociación entre ambas variables y el mayor dinamismo del 2021 es acorde con el desempeño de la actividad económica, afirmó la SIB.
Y este dinamismo fue influenciado principalmente por el consumo interno y la demanda de recursos por parte del sector empresarial, para financiar actividades productivas como el comercio, servicios, establecimientos financieros y la operación de industrias manufactureras.
Cambios en los segmentos
También a diferencia de otros años, las grandes empresas, el consumo y el microcrédito son los segmentos que más recursos demandaron y recibieron durante el año anterior.
Por tipo de grupo, el mayor saldo sigue siendo el del empresarial mayor con Q126 mil 372.2 millones (crecimiento Q13 mil 47 millones u 11.5%), principalmente demandados por empresas del sector comercio, con Q4 mil 669 millones; establecimientos financieros, con Q4 mil 425 millones y la industria manufacturera, con Q2 mil 503 millones.
Sin embargo, los dos segmentos de mayor crecimiento fueron el de microcrédito, que llegó a Q5 mil 573 millones (56.8% más) y el de consumo, con Q70 mil 310 millones (16.9%). En tanto, los préstamos hipotecarios aumentaron 15%.
Economistas y analistas en temas bancarios tienen diferentes visiones sobre ese comportamiento y observan que fue influido por varios factores. Entre estos, que el sistema bancario cuenta con una alta liquidez, por lo que ofrece créditos con tasas de interés más accesibles, aparte de la recuperación de la confianza por parte de las empresas ante el crecimiento económico reportado en el 2021.
Boom de microcréditos
Sobre este tema, la SIB explicó que la Junta Monetaria, mediante resolución JM-99-2020, resolvió modificar el Reglamento para la Administración del Riesgo de Crédito, con el propósito de actualizar las disposiciones normativas relacionadas con solicitantes y deudores de microcrédito y del sector empresarial menor, por un monto igual o menor a Q1 millón de quetzales o US$130 mil.
Ello, para impulsar el otorgamiento de financiamiento a las micro, pequeñas y medianas empresas (mipyme), por lo que varios bancos impulsaron estrategias para incrementar su cartera de créditos en ese segmento. Por eso se observa que según los datos al 31 de diciembre de 2021, el crédito empresarial menor se situó en Q15 mil 688 millones, que representa una reducción interanual de Q211 millones, con 35 mil 646 deudores, similar al 2020.
Por su parte, el microcrédito ascendió a Q5 mil 573 millones, con un aumento de Q2 mil 20 millones, con una variación interanual de 56.9%, con un incremento de 11 mil 175 deudores, para un total de 144 mil 611.
“Dicho incremento incidió en que la participación del microcrédito, respecto de la cartera total, pasara de 1.5% en el 2019 a 2.4% en el 2021”, agregó la entidad.
Compras al contado y con tarjeta
Específicamente sobre el renglón de consumo, transferencias y otros (según clasificación por actividad económica), el monto ascendió a Q90 mil 739 millones, para un incremento interanual de Q12 mil 533 millones (16%).
Dentro de este, el crédito destinado a la adquisición de bienes durables alcanzó los Q62 mil 748 millones, un aumento de Q8 mil 477 millones (15.6%). Aquí se incluyen los préstamos destinados a la compra de mobiliario para el hogar y bienes para la vivienda, que en conjunto representan un incremento de Q3 mil 484 millones, explicó la SIB.
En tarjetas de crédito, el saldo alcanzó un monto de Q15 mil 997 millones, un aumento de Q3 mil 35 millones (23.4%), principalmente por las acciones encaminadas a incentivar este tipo de medio de pago, por parte de cinco empresas bancarias.
Ese rubro incluye tanto el consumo mediante tarjeta de crédito, como el de préstamos y factoraje, según se explica en el boletín mensual.
Varios motivos
Por lo tanto, al cierre de 2021 se observó que el comportamiento de la actividad crediticia mostró una tendencia a retomar los niveles de crecimiento interanual observados antes de la crisis sanitaria, debido principalmente a que se observa mayor movilidad, más gasto e intención de invertir, expuso la institución.
Para el 2022, según estimaciones del Banco de Guatemala (Banguat), se registrará un crecimiento de entre 8% y 11% en el crédito al sector privado, aunque la SIB explica que el ritmo de implementación del programa de vacunación y el avance de la pandemia a nivel nacional, podrían influir en el alcance de esas cifras.
José Alejandro Arévalo, exsuperintendente de bancos, opina que un comportamiento tan dinámico también se deriva de un rebote en el crecimiento de la economía (7.5% en el 2021 contra -1.5% en el 2020) y relaciona el crecimiento del 11.5% en la cartera del grupo de empresarial mayor (que significa Q13 mil 47 millones más) con el aumento del producto interno bruto (PIB) ya que, a su juicio, en el 2021 hubo una recuperación de confianza y las empresas reactivaron sus inversiones, aparte de financiarse con créditos.
“Al recuperarse la economía, también lo hizo el nivel de confianza de los sectores económicos y estuvieron más dispuestos a asumir deudas y volver a invertir. Un indicador de que la economía se está empezando a recuperar es que se vuelven a tomar créditos”. Al final, son compromisos a futuro, agregó.
También considera que el caso del consumo es igual, pues a mayor crecimiento económico, más compras; aunque recordó que muchas personas que se quedaron sin trabajo y debieron endeudarse con tarjetas de crédito para cubrir sus gastos.
Más liquidez
Edwin Matul, exgerente del Banguat, coincide con Arévalo en que existe mucha liquidez en la economía y ese es otro factor que influye, ya que favorece la demanda de bienes, servicios y créditos. Explica además que hay un crecimiento relativamente alto, considerando que el 2020 fue un año deprimido y lo que se observa es una normalización del comportamiento, ya que desde el 2017 ha venido retomando una tendencia positiva.
Sobre el aumento del financiamiento para el consumo, menciona que también se deriva de la liquidez bancaria, aparte de que los bancos han decidido en tomar un poco más de riesgo aprobando créditos, a raíz de la baja tasa de interés vigente para inversiones en bonos del Estado.
También atribuye el mayor uso de la tarjeta de crédito a que las personas empezaron a recuperar el empleo y consumen más, incluyendo a crédito, ya que si un solicitante de tarjeta no está trabajando, los bancos no le aprueban esa herramienta de financiamiento.