“Hemos desarrollado y evaluado estas herramientas de manera conjunta con Anacafé con el objetivo de desarrollar insumos acordes a las necesidades de los consumidores de café”, dijo la coordinadora del componente de adaptación del programa, Deisy López.
Anacafé representa a más de 120,000 caficultores de Guatemala. Se calcula que el cultivo del café ocupa el 2.8 por ciento del territorio nacional y está presente en 20 de los 22 departamentos.
Por su parte, la directora del programa, Ana María Majano, abogó por vigilar de cerca este cultivo, que es muy vulnerable a los efectos del cambio climático y que ya está enfrentado importantes retos, socioeconómicos y ambientales.
“Es importante identificar e implementar estrategias que contribuyan a mejorar la adaptación e incrementar la resiliencia de la caficultura centroamericana”, explicó.
El desarrollo de estos instrumentos forma parte de las acciones que realiza el Programa Regional de Cambio Climático de la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID) para contribuir a la generación de herramientas de información que facilite a los países de la región la adaptación al cambio climático.
En la elaboración de estas estrategias también participó el Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE), la Compañía para el Desarrollo Internacional (DAI, por sus siglas en inglés) y Anacafé.
De acuerdo a datos de Anacafé, el grano guatemalteco se exporta en un 45 por ciento a EE.UU., un 24 a UE y un 17 a Japón.