La ejecutiva expuso que los costos de producción en el país oscilan entre US$3 y US$3.50 por libra —entre Q21.95 y Q25.61, según el tipo de cambio al martes—, mientras que los precios rondan los US$1.25 —Q9.14—. En la Bolsa de Nueva York, el martes cerró en US$1.244 la libra.
Los datos surgen del estudio La importancia del café en la economía de Guatemala y el estado actual de su productividad y sostenibilidad, efectuado por la firma Central American Business Intelligence (Cabi), en el cual se calculan los promedios de producción para pequeños, medianos y grandes productores.
La agroindustria cafetalera, impulsada surgida en la segunda mitad del siglo XIX, se encuentra en una nueva crisis, quizá la más grave de su historia, según productores y exportadores.
Luego de que el 2011 representó el mejor año en producción, exportación y precios de la última década, la tendencia a la baja empezó en el 2012, con lo cual también redujo el ingreso de divisas por exportaciones debido a la caída de precios y productividad, así como la roya.
En Guatemala, el sector cafetalero significó 2.5% del producto interno bruto en el 2016, y más de 125 mil productores —entre estos, 97% son pequeños caficultores que producen el 47%, los medianos 31% y los grandes 22%— se añadió. También significa unos 400 mil empleos directos o indirectos, refirieron ambas organizaciones.
Según detectaron Anacafé y Cabi, a ese sector le afectan el salario mínimo, que indican es el más alto de los países cafetaleros de Latinoamérica. La firma consultora refiere que el salario mínimo en Guatemala ha crecido 95% más que el precio del café, aspecto que afecta fuertemente la competitividad. El salario mínimo agrícola vigente en el 2017 es de Q2 mil 893.21.
La productividad ha caído por plagas como la roya, pero Correa explicó que el tipo de cambio también ha afectado, y la tasa de interés también podría hacerlo.
Otro factor es la competencia internacional, además de que algunos países venden a precios más bajos. Honduras desplazó a Guatemala como mayor exportador de café del área centroamericana, ejemplificó Correa.
Ahora, Anacafé solicita al Gobierno que se establezca una política para apoyo al sector, además de la reactivación del Fideicomiso del Café, ya que continúa la necesidad de acceso al crédito para los productores.
Cabi apunta que “las políticas nacionales de Colombia y Honduras son robustas y han servido para mantener a flote la actividad cafetalera”, mientras que Guatemala carece de programas adecuados.
En Colombia se realiza desde ayer el primer Foro Mundial de Productores de Café, en el cual se ha identificado el cambio climático, la sostenibilidad económica y el desarrollo rural como principales retos de la caficultura.
Participan, aparte del presidente de ese país, Juan Manuel Santos, los mandatarios de Honduras, Juan Orlando Hernández, y Costa Rica, Luis Guillermo Solís, y el vicepresidente de El Salvador, Óscar Ortiz, lo que indica la prioridad que le dan al tema.
“Nada de lo que se proponga tiene sentido si la caficultura no es una actividad rentable”, agregó Santos.
Representantes de Anacafé también participan en dicho foro. Afirmaron que fueron invitadas autoridades guatemaltecas, mas no asistió ninguna.
El Ministro de Agricultura Mario Méndez dijo que este año se darán Q20 millones como parte del fideicomiso de apoyo a los caficultores.