Juan Pablo Carrasco, presidente de la Cámara de Comercio Guatemalteco-Americana (Amcham) comentó que Nike tiene antecedentes de trabajo en Honduras desde hace casi 30 años, a través de contratos directos con maquiladores locales y extranjeros.
Este elemento se conoce como “expansión por asociación o de capacidad instalada” y puede derivarse de las ventajas competitivas que ofrece Honduras y con las que Guatemala debe competir
Entre estas menciona especialmente los beneficios fiscales que otorga el país vecino y que en algunos casos son más atractivos, como el 100% de exoneración de impuestos de importación y exportación, así como del impuesto sobre ventas, ambos de forma permanente. Entre tanto, el 100% de exención del Impuesto Sobre la Renta (ISR) dura 20 años, con posibilidades de renovación.
Otro punto se refiere a la infraestructura y otras figuras, pues en Honduras, las empresas realizan sus trámites aduanales en los parques industriales y en las zonas libres, por lo que los contenedores pasan al puerto de forma directa.
Alejandro Ceballos, de la Asociación Guatemalteca de Exportadores (Agexport) amplió que, efectivamente, se trata de una coinversión entre la empresa estadounidense Tegra y el Grupo Kattán, que es el inversionista hondureño.
“Esa inversión en Honduras se venía negociando desde el 2016 y entonces, en Guatemala no existía la certeza de aplicar el trabajo a tiempo parcial con base en el convenio 175 de la OIT. Cuando se trata de confección de prendas, las firmas prefieren instalarse en Honduras o Nicaragua porque, por ejemplo, el costo de la mano de obra es más barata. Y esa es una razón por la que varias inversiones no se han quedado en el país, como el Grupo Karims que hace hilo e incluso SAEA, que se decidió por Costa Rica”.
Luego indicó que en Guatemala también se confecciona para Nike, labor que genera unos 1 mil 500 puestos de trabajo, además de otras marcas reconocidas que operan en el país por medio de grandes contratistas. “Pero nuestro país aún debe mejorar aspectos como infraestructura vial y portuaria, la tramitología y las aprobaciones de permisos y licencias”.
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Otro aspecto que influye en ese tipo de decisiones es la infraestructura, como los puertos y carreteras, incluyendo la que conduce a Puerto Quetzal, que está en malas condiciones y aún no se dilucida el futuro de la contratación de dos empresas que ganaron la licitación para rehabilitar y operar ese tramo carretero.
Tanto Carrasco, como José Raúl González Merlo, CEO de Cementos Progreso, dijeron recientemente que una de las dificultades más grandes que atraviesa Guatemala para la atracción de inversiones es la certeza jurídica.
También coincidieron en que, dependiendo del sector, ha afectado la interpretación que se da al convenio 169 de la OIT, que establece las consultas comunitarias a pueblos indígenas en el área de influencia de los proyectos.
El problema, según el directivo de Amcham, es que el convenio fue ratificado hace como 20 años, pero hace alrededor de cinco, por orden judicial se empezaron a suspender proyectos de inversión que ya tenían licencias aprobadas y estaban en operación.
Los beneficios fiscales de Guatemala
Guatemala maneja varias figuras con beneficios fiscales y logísticos. Entre estos, el de zonas francas, de fomento a la maquila y exportación y la Zona de Desarrollo Económico Especial Pública (Zdeep) con diversas exenciones tributarias y plazos. Entre otros beneficios, las tres figuras exoneran por 10 años el ISR, bajo condiciones específicas.
La Zdeep otorga, entre otros, la exención del 100% del Impuesto al Valor agregado (IVA) y de aranceles, así como otros cargos por la importación de mercancía que ingresa para reexportación. Aunque si la mercancía se interna al territorio nacional, debe pagar los impuestos correspondientes.
Las zonas francas también brindan exención de impuestos, derechos arancelarios y cargos aplicables a la importación de mercancías que se utilicen para la transformación de bienes reexportables, la exención de IVA en transferencias dentro y entre zonas francas, y el IVA doméstico en la adquisición de insumos de producción local para ser incorporados en el producto final.
Y la Ley de Fomento a las Exportaciones y Maquilas (Decreto 29-89) incluye suspensiones temporales y exenciones de los impuestos de importación para diferentes bienes como materia prima, equipo y maquinaria, muestrarios. etc.
Al respecto Ceballos comenta que en este régimen no se pagan impuestos de importación y siempre da un año para reexportar; pero ningún impuesto se puede exonerar por más de 10 años según el Código Tributario. No obstante, el IVA no se paga porque todo lo que se trabaja en ese régimen se exporta y como es un impuesto que se cobra al consumidor, siempre genera crédito fiscal.
Conveniente para maquilas
Aparte de los beneficios mencionados, Ceballos expuso que, en el caso de las inversiones textiles, optan por Guatemala porque la energía eléctrica es más barata y ese servicio con frecuencia representa el 70% de los costos de fabricación.
El directivo de Vestex opina que volver a poner en vigencia el reglamento para el trabajo del tiempo parcial se está convirtiendo en una fortaleza para Guatemala porque ayuda a reducir los costos.
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Dicha reducción se podrá tener, por ejemplo, en las áreas de empaque y planchado ya que ese personal se queda sin labores por realizar mientras las prendas están en confección, por lo que se les podría contratar por horas o por varios días a la semana.
Luego mencionó a la compañía coreana Sae A, que anunció desde el 2019 una inversión por US$400 millones en Guatemala, así que ya adquirió terrenos en Palín. Y motivada por la figura del tiempo parcial, una empresa mexicana también ha manifestado gran interés, dijo Ceballos.
Otros aspectos positivos que mencionó son la “ley antitrámites”, las reformas a la ley de zonas francas para reintegrar a sectores que quedaron afuera desde el 2016, y la ley de Leasing.
Depende de los sectores
Acerca de las fortalezas del país, Juan Carlos Zapata, director ejecutivo de Fundesa, afirma que Guatemala tiene una calificación de riesgo país superior al del resto de naciones de la región.
“Con una posición estratégica, como la proximidad al mercado más grande del mundo, es importante continuar con la estrategia de atracción de inversión, como la de Guatemala no se detiene”, comentó.
Sin embargo, la debilidad depende del sector al que se quiere atraer, pues en el caso de manufactura ligera, la dificultad que enfrenta es que los salarios mínimos son muy altos, aparte de que se observa la falta capacidad para implementar salarios mínimos diferenciados o regionales, agregó Zapata.
En el caso de la tecnología, dijo que hay oportunidades en programación, pero faltan personas suficientemente preparadas en inglés, matemática y otras disciplinas.
“Por ejemplo, desde hace años, Intel decidió instalarse en Costa Rica y uno de los aspectos decisivos fue el nivel educativo mucho mayor. La compañía anunció en diciembre del 2020 que instalaría en ese país las Operaciones de Ensamble y Prueba, y en julio pasado indicó que triplicará la planilla que se tenía prevista, con lo que la inversión inicial casi se duplicó”.
Entre tanto, la compañía Bayer anunció ayer 5 de octubre que invertirá US$200 millones en la creación de una planta farmacéutica, también en aquel país, para la producción de anticonceptivos reversibles de acción prolongada, tales como implantes hormonales y sistemas intrauterinos. Bayer también opera en Guatemala, y en el 2019 invirtió US$41.5 millones para la modernización tecnológica e innovación de su fábrica de medicamentos.
Pronacom: la inversión fluye
El Comisionado para la Competitividad, Rolando Paiz, destacó que Guatemala posee muchas ventajas competitivas, como energía más barata, estabilidad macroeconómica y una administración actual pro inversión.
Sin embargo, también expuso que hay desafíos, como mejorar la infraestructura, el tema de la certeza jurídica y la preparación de competencias en los jóvenes, especialmente en el idioma inglés.
Según datos del Programa Nacional de Competitividad (Pronacom), la inversión extranjera de enero a agosto del 2021 llegó a US$851.57 millones, en alrededor de 60 proyectos y se trata de inversiones confirmadas que generarán unos 14 mil empleos en sectores como manufactura, alimentos y bebidas, telecomunicaciones, energía y agroindustria y otros.
De esa cifra, US$240.25 millones son de nuevas inversiones en 25 proyectos y US$611.32 millones en reinversiones para 35 proyectos. Por lo tanto, el Ministerio de Economía (Mineco) proyecta que se llegará a US$1 mil 200 millones en inversión extranjera durante el presente año.
Paiz agregó que se está fortaleciendo la estrategia de Nearshoring (cuando una empresa decide trasladar sus procesos comerciales a un país cercano) y se pueden aprovechar otras oportunidades, como la cercanía a los Estados Unidos.
“El contexto mundial ha puesto a Guatemala ante los ojos de inversionistas del mundo, tomando en cuenta la guerra comercial que hay entre Estados Unidos y China y la falta de abastecimiento”.