El ejecutivo brindó pormenores sobre la transacción realizada, así como el destino de los recursos.
¿En qué consisten estas operaciones?
La estructura de la transacción totaliza US$1 mil millones en dos bloques.
Un bloque de US$700 millones que es una emisión de bonos verdes en los mercados internacionales de capital que fue exitosamente colocada hace algunos días, y tuvo una sobresuscripción de cinco veces su monto, es decir, hubo una demanda por aproximadamente US$3 mil 500 millones para los US$700 millones que se ofrecieron en el mercado.
Eso lo que significa es que hubo un apetito en el mercado internacional de capitales muy grande, y que el inicio y debut de CMI fue muy exitoso.
En la parte del bono, tenemos inversionistas de todo del mundo, y la mitad viene de Estados Unidos, una tercera parte de Europa y otra parte de Fondos de Inversión de Latinoamérica y de Asia, y eso refleja la confianza de la comunidad internacional financiera por CMI y por el tema de energía renovables.
El segundo bloque de la transacción fue un préstamo sindicado por US$300 millones, que fue adjudicado a tres instituciones financieras de la región: El Grupo Banco Industrial de Guatemala, el Grupo Davivienda de Colombia y el Grupo Bladex de Panamá.
Decir que estos US$300 millones de préstamo sindicado fue sobresuscrito siete veces, y hubo una demanda de US$2 mil 100 millones (provenientes) de instituciones financieras internacionales para participar en el crédito sindicado.
¿Lo cataloga como una operación exitosa?
A los inversionistas y a las instituciones financieras les pareció muy positivo y atractivo invertir en el portafolio de activos de generación de energía renovable, y que estamos ubicados en Centroamérica y el Caribe, diversificados geográfica y tecnológicamente.
Tenemos presencia en Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y República Dominicana y tenemos diversificada la matriz entre tecnología hidroeléctrica, solar y eólica.
Con este portafolio de activos de tecnología renovable, hay contratos de energía con contrapartes en toda la región y flujos garantizados en el largo plazo.
La duración promedio de los contratos es entre 13 y 14 años, y la estructura financiera entre el bono y los préstamos sindicados es de ocho años, y hay mucha holgura financiera para poder atender esas obligaciones.
¿Cuál fue el objetivo de esta operación?
Es el refinanciamiento de las estructuras financieras originales de estos activos, que se fueron desarrollando en diferentes momentos en el tiempo y cada uno tenía su propia estructura de financiamiento del proyecto.
Esas estructuras de financiamiento en su momento fueron fundamentales para poder ejecutar los proyectos, y ya cuando se tienen los activos en operación se vuelven un poco restrictivas en condiciones financieras y operativas.
Entonces, esta refinanciación nos permite flexibilizar y optimizar condiciones financieras y liberar flujo caja, lo que nos permitirá seguir creciendo las inversiones en la región, y optimizar el modelo operativo para seguir creando eficiencias en los procesos de gestión.
¿Desde cuándo se estaba pensando la participación?
Desde hace mucho tiempo nos veníamos preparando para esta emisión de bonos, y creemos que CMI ya estaba listo para poder acceder a los mercados internacionales, y ahora que tenemos todos los activos de generación de energía renovable en operación, consideramos que era el momento adecuado para poder salir.
Nos tomó muchos años completar la ejecución, pero estamos listos para poder refinanciarlos; la mejor opción que vimos fue la combinación de bonos en el mercado internacional y préstamos sindicados para eficientizar el uso del capital.
¿La emisión fue pública o privada?
La emisión fue pública.
¿Cómo se destinarán los recursos?
El destino de los recursos de los bonos y el préstamo sindicado es para pagarle a las instituciones financieras que en su momento nos otorgaron los préstamos de desarrollo de los proyectos.
Es decir, un destino de refinanciamiento, que nos permite tener mejores condiciones financieras, ahorro/costo financiero importante y hay una liberación de flujo de caja por la estructura del bono, que nos permite contar con recursos para seguir invirtiendo y ampliar la huella empresarial de los activos de energía renovable.
Para cada uno de los activos en cada país tenemos el destino de la colocación de estos recursos, el repago de las estructuras de financiamiento originales.
¿Cómo analiza que en cada uno de los países se estimula este tipo de inversión?
Ya en Centroamérica y el Caribe existen estímulos a la inversión en energía renovable, pero en general nos hemos encontrado con destinos muy atractivos.
Por ejemplo, en Guatemala, en El Salvador y Honduras, en el Triángulo Norte de Centroamérica, hay claros incentivos para la inversión en energía renovable, al igual que en R. Dominicana, existen disposiciones gubernamentales que promueven la inversión en energía renovable. Su matriz energética está todavía muy predominante los combustibles fósiles, y hay mucho espacio para poder invertir en energía renovables.
En general, la región promueve la inversión en energía renovable, y hay que recordar que no somos productores de combustibles fósiles, pero sí contamos con recursos renovables como el viento, el sol y el agua que podemos utilizar de manera responsable, poder generar energía y ser independientes energéticamente.
¿Por qué visualizan un retorno inmediato en la transacción?
El plazo de ocho años fue algo que se consensuó con los bancos que nos ayudaron en la transacción, porque lo que queríamos era que la estructura del bono fuera atractiva para los grandes inversionistas que confiaron en nosotros.
A nosotros nos pareció que el plazo de ocho años se ajusta bien a los plazos de los contratos de compra de energía que tenemos y nos parece que hace mucho sentido respecto de la estructura de la maduración de los flujos. Entonces, es un plazo atractivo para CMI, pero también hacía el bono muy atractivo para los mercados internacionales.
A su entender, ¿cómo se ve Guatemala con esta operación?
Esta es una noticia muy positiva para Guatemala y para toda la región.
Me parece que este es un mensaje muy claro no solo para CMI, sino para Guatemala, Centroamérica y el Caribe, de que hay mucho apetito en mercados internacionales por invertir en opciones de energía renovable en la región.
Hay mucha confianza en que la región tiene grandes posibilidades de desarrollo, y de crear condiciones más favorables para las economías de los países.
Esta inversión que se ha realizado en energía renovables en Centroamérica y el Caribe implica un círculo virtuoso de oportunidades, la creación de puestos de trabajo, pero también buscar eficientizar el costo de energía para los países.
En la medida en que se depende menos de fuentes combustibles fósiles de las cuales se tienen que importar, los países se vuelven independientes energéticamente, y los precios de la energía y la industria se vuelven competitivos.
Al ciudadano común también le ayuda un precio de la energía más eficiente y barato, le implica mayor capacidad de adquisición.
Este tipo de inversiones cuentan con el respaldo de la comunidad financiera internacional, hay mucho apetito para invertir en la región y mucha confianza por compañías y conglomerados empresariales como CMI, que aspiramos a hacer las cosas y gestionar los negocios responsablemente.
¿Qué otras grandes empresas de la región se puedan sumar a futuro en la emisión de estos bonos verdes?
Como empresa de capital guatemalteco y centroamericano se abre brecha, porque esto de alguna manera señala un camino muy claro para que empresas de la región que han hecho las cosas bien, al igual que CMI, puedan acceder a mercados internacionales.
Hay empresas muy responsables en la región, muy positivas que sin duda seguirán el camino que nosotros ahora estamos iniciando, tanto en el área de energía como en algunos otros segmentos de la economía.
Los grupos empresariales centroamericanos de alguna manera tienen que seguir este camino, porque sin duda eso los va a llevar al siguiente nivel.
El siguiente nivel es que se puede acceder capital, recursos de largo plazo con costos razonables y condiciones de flexibilidad financiera que, probablemente, de otra manera, no se conseguirían.