El garaje de la casa de sus padres fue testigo de su emprendimiento, lugar en donde se dedicaron a fabricar productos de limpieza siempre utilizando fórmulas que no tuvieran químicos dañinos al ambiente.
Menjivar relata que con Q1 mil pagaron la patente y las facturas del negocio al que llamaron Biotech.
Las dos primeras ventas fueron frustradas y perdieron dinero, pero esto no los detuvo para continuar con su sueño. “Ganar y perder, es no abandonar” manifiesta el empresario.
Luego de varios años con la venta de productos de limpieza, Menjivar junto a su socio Milton Barrera, pensaron en dar un giro al negocio implementando una línea de pinturas orgánicas libres de olor y de químicos como plomo y mercurio.
Las pinturas son a base de soja y tofu (queso de soja) y en la actualidad son las que más se posicionan en el mercado local, reflejando un crecimiento en los últimos tres años de entre 35% y 40%, según su creador.
Para el 2016, la empresa Biotech espera un crecimiento del 60%, por lo que pretenden de ampliar la planta donde fabrican las pinturas y poder adquirir otras dos máquinas, para lo que requieren una inversión de US$40 mil.
Menjivar comenta que el valor agregado de las pinturas es que aparte que son orgánicas y libres de olor, son lavables, inclusive hasta cinco veces sin deteriorarse, así también, garantizan el secado que es de siete minutos y reduce las salpicaduras hasta en 40%, además de que los costos oscilan entre Q240, la línea económica y Q810 la línea premium.
Biotech produce al mes unos tres mil galones de pintura en diferentes colores y presentaciones.
Después de ocho años, la empresa también pretende obtener varias certificaciones de calidad internacional.
“Contamos con la norma internacional, que es paral pinturas calidad y que la integran 36 países que supervisan más de 650 normas. Esperamos obtener la certificación ISO el próximo año”, resaltó Menjivar.
Aporte social y ambiental
Pinturas Biotech tiene un enfoque e impacto social. Sus fundadores refieren que del 2% de las ventas se acumula en un fondo que luego será destinados a proyectos de incentivo social.
“Pensamos en ir a comunidades rurales para apoyar en programas de purificación de agua, reciclaje o encadenamientos productivos, para que sean sostenidos en el tiempo y beneficien a las comunidades”, explicó el empresario.
Comenta que los toneles vacíos que quedan de la materia prima son convertidos en botes de reciclaje, los cuales son preparados y pintados para ser enviados a la organización internacional Save The Children, quienes se encargan de llevarlos a diferentes comunidades del país y fomentar el reciclaje.