La inversión inicial oscilará entre los US$100 mil y US$300 mil, rango en el que se concentra el mayor número de oferta disponible, indica José Fernández, presidente de la División Latinoamericana de Francorp, consultora para el desarrollo de franquicias, al explicar que “hay muchos y lindos negocios” en franquicias de “baja” inversión, de US$30 mil, US$40 mil y hasta US$60 mil.
Julio Loarca, director ejecutivo de la Asociación Guatemalteca de Franquicias (AGF) y de Comunícalo, también consultora en este ramo, considera que el crecimiento de la industria será moderado con montos de US$10 mil a US$20 mil, especialmente con inversionistas de la provincia y, en la mayoría de casos, con el impulso de remesas familiares.
“Los interesados tienen claro que les resulta más sostenible no gastarse el dinero en bienes de consumo, sino destinarlo a un negocio de moderada inversión para asegurarse un retorno constante de ingresos”, expone.
Fernández estima que estos modelos de negocio se desarrollan con inversiones de US$10 mil a US$20 mil, pero con el respaldo de políticas públicas o cooperación internacional, para promover el autoempleo digno. “La microfranquicia requiere de un ecosistema que sustente temas de financiamiento y asistencia técnica, entre otros”, añade.
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Para la AGF, señala Loarca, el interés radica en la oferta necesaria para la demanda de este tipo de inversiones. “Por eso pedimos al Ministerio de Economía y a las agencias internacionales que apoyan estos proyectos que nos ayuden a buscar el desarrollo del nuevo modelo de negocios. Es ahí donde vamos a poder generar más empleos”, comenta.
Para ello, ofrece una guía para la toma de decisiones del inversionista en un negocio de franquicias, porque la decisión dependerá del perfil de cada uno en dos situaciones clave: el nivel de tolerancia al riesgo, y contar con suficiente información previa.
Una franquicia de más experiencia, consolidada, supone una certeza más alta que una debutante, pero podría más dinero. En cambio, si la tolerancia al riesgo es muy baja, el inversionista debe concentrarse en una de este tipo, y considerar adquirir una que esté operando. No obstante, si su tolerancia es mayor y está dispuesto a invertir algo menos, debe contemplar franquicias menos experimentadas. Además, el inversionista, por lo general, se dedicará a operar la franquicia a tiempo completo; por lo tanto, adquiere un estilo de vida con ese negocio y deberá verse así al menos durante 10 años, concluye.
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1. Servicios: a personas
Negocios creados para atender necesidades de personas, como salas de estética, cuidado corporal, gimnasios, idiomas, guarderías infantiles, lavanderías.
2. Domiciliar: Técnicos y profesionales
Negocios orientados a necesidades de domicilio, como jardinería, mantenimiento, cuidado de alfombras, desinfección, muebles para mejorar trabajo en casa, etcétera.
3. Administrativos: Para personas y comercios
Negocios orientados a auxiliar a personas y empresas, como contabilidad, publicidad, corredores inmobiliarios, servicios legales, logística, mercadeo, TIC’s, etcétera.
4. Alimentos: Restaurantes
Más enfocados en la reducción de metros cuadrados, con modelos dedicados al autoservicio y servicio a domicilio, para seguir compitiendo.
5. Comercio: Al detalle
El negocio de tiendas físicas no va a desaparecer, pero sí hay una transformación de las plazas comerciales, con menos metros cuadrados y la integración del comercio electrónico.
