Un día platicaba con un amigo acerca de lo difícil de la situación y este le expresó: “A usted siempre le ha gustado el café y le se le da muy bien vender, ¿por qué no vende café?”
Luego de escuchar ese consejo decidió recibir cursos de barista en la Asociación Nacional del Café (Anacafé) y uno de catación. Allí conoció más acerca del mundo del café y aprendió que en Guatemala se cosechan los mejores cafés del mundo que compiten con Colombia y Brasil, por lo que se convenció de que era buena idea.
El café de Carmen
Con los días, Carmen se enteró de que el papá de un amigo se había quedado con toda la siembra y cosecha de café de exportación. Lo contactó y ahora es su distribuidor.
“Es un productor guatemalteco con mucho conocimiento del grano, desde el cultivo hasta el tueste y molienda”, precisó Flores.
Entonces surgió Kaldi Coffee By Carmen. Empezó con el proceso creativo, conversó con una sobrina que dirige una agencia de publicidad (El Bufete Creativo), quien le ayudó a buscar el nombre, crear el logo, etiquetas y otros detalles de utilidad para la comercialización.
Los hijos de Flores la ayudaron con la promoción en las redes sociales y arrancó con las primeras 20 libras de café. Primero ofreció el producto entre familiares, amigos y en grupos como el de Chapinas Business, y vendió todo.
“A los pocos días regresé a comprar otras 25 libras. Tengo clientes, en su mayoría mujeres, quienes aparte de que el café les gustó mucho piensan en mí cuando se les está acabando. Por eso trato de estar pendiente de ellas y de su alacena”, puntualizó Flores.
Una de las metas de Carmen en el mediano plazo es implementar la venta de máquinas de café para el hogar y oficinas, o crear alianzas con algunas empresas que puedan apalancar el negocio.
También espera contratar a otra persona que la ayude con la logística y contabilidad, puntos en los que necesita asesoría, y afinar el proceso de venta que hasta la fecha le ha dejado buenos frutos.
Si necesita comunicarse con Café Kaldi los encuentra en Facebook como Kaldigt