Las transformaciones aceleradas en el mundo del trabajo plantean la necesidad de tomar medidas para reinventar la formación profesional en Latinoamérica y el Caribe, con el fin de abordar brechas y anticipar cambios que afectan tanto a quienes buscan un empleo como a las empresas interesadas en cubrir vacantes.
De acuerdo a la agenda de Desarrollo del Talento Humano existen cuatro factores que destacan en ese impulso, por ejemplo, el nuevo paradigma de producción (industria 4.0), la demanda de nuevas habilidades, la dinámica de creación y destrucción de empleo, y el riesgo de mayor desigualdad.
Los seis empleos más demandados entre el 2025 y el 2030 serán los siguientes:
- Optimizadores en el tráfico de drones
- Minimizador del impacto del medio ambiente
- Gastrónomo Molecular
- Psicólogos y terapeutas de plantas
- Arquitectos de realidades virtuales
- Terapeuta de aumento de la memoria
“Los recursos humanos son un ingrediente indispensable y central para el logro de un crecimiento sostenido, inclusivo y sostenible con empleo pleno y productivo, y trabajo decente para todos”, cita el documento.
Evidentes rezagos
Una pregunta fundamental que plantea la OIT, es si las estructuras formales e informales de educación y aprendizaje van a evolucionar para satisfacer las necesidades de las personas que desean llenar las expectativas de los lugares de trabajo del futuro.
El documento refiere que en Latinoamérica y el Caribe a pesar de que la escolaridad se ha incrementado, las mediciones internacionales revelan rezagos importantes en el desarrollo de competencias básicas de matemática, lectura y ciencias.
También hay grandes brechas en materia de formación profesional, por ejemplo, en la región solo 1 de cada 9 trabajadores recibe algún tipo de formación profesional o capacitación, a lo largo de un año, mientras que el promedio de los países de la OCDE, estas cifras están por encima del 50%, señala la investigación.
Muchas empresas de la región manifiestan dificultades para llenar vacantes y para ubicar personal con la dotación adecuada de competencias técnias y socioemocionales, lo cual evidencia serios desajustes entre la demanda y la oferta, dado los altos niveles de desempleo y subempleo, en particular en jóvenes.
Otro dato que resalta en el reporte es la proporción de trabajadores con educación terciaria crece con el tamaño de la empresa, es decir, en la microempresa es de un 15%, en la pequeña empresa es 28%, en la mediana 37% y en la grande 50%.
Por otra parte, el nivel educativo está altamente correlacionado con la informalidad, que afecta a casi el 50% de los trabajadores.
Los 10 lineamientos que sugiere la OIT:
- Necesidad de alinearse mejor con las políticas de desarrollo productivo.
- Anticiparse a los cambios tecnológicos.
- Apoyarse en el diálogo social.
- Tener marcas regulatorias adecuadas.
- Gestionar los recursos suficientes para formación y capacitación.
- Mejorar la calidad y eficacia de los sistemas.
- impulsar la formación dual
- Velar por un aprendizaje de calidad.
- Mejorar articulación con servicios de empleo.
- Promover igualdad de oportunidades.
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