Fundamento
Dicho acuerdo tiene tres pilares: la reducción de las subvenciones a los productos agrícolas, la ayuda al desarrollo, que prevé una exención creciente de los aranceles para los productos procedentes de los países menos desarrollados, y la facilitación de intercambios, mediante una reducción de la burocracia en las aduanas.
El director general de la Organización Mundial del Comercio (OMC), Roberto Azevedo, incidió en la importancia de aplicar pronto el acuerdo que favorece a los países menos desarrollados.
El brasileño advirtió de que a diferencia de Bali, donde se buscó un consenso sobre los puntos menos polémicos, de aquí en adelante es más que probable que se pongan sobre la mesa los puntos más difíciles, relativos al levantamiento de obstáculos comerciales en agricultura, industria y servicios.
Según él, la aplicación de lo pactado en Bali debe ser un impulso para avanzar hacia el objetivo supremo de la OMC, la Ronda de Doha.
Azevedo negó, por otro lado, que las iniciativas de tratados regionales de libre comercio perjudiquen el multilateralismo que preconiza la OMC para liberalizar el comercio.
Ambos procesos “van en la misma dirección, y se completan mutuamente”, comentó el director general.
Una idea del representante norteamericano de Comercio ante la OMC, Michael Froman, coincidió en la reunión informal. “Consideramos que estas negociaciones —regionales— son plenamente coherentes y complementarias con el sistema multilateral”, expresó.
Froman pidió además una actualización técnica de los medios de trabajo de la OMC.
“Tenemos que preguntarnos cómo ha cambiado el comercio en la última década. En la OMC seguimos trabajando con bases de datos que reflejan el comercio mundial de finales de los años 1990”, criticó el representante.
En la reunión informal estuvieron también los ministros competentes de Colombia, Santiago Rojas; Costa Rica, Anabel González; México, Ildefonso Guajardo; y la Unión Europea, Karel de Gucht.