“Solo yo no puedo hacerlo, sino que se necesita del apoyo de todos”, afirmó Redondo, luego de haber sido juramentado el pasado lunes.
Redondo enfatiza en que Centroamérica debe ser vista como un bloque económico de un mercado de 45 millones de habitantes y que el proceso integracionista ha madurado.
Antes de ser propuesto como secretario, fue viceministro de Comercio Exterior de Honduras y jefe del negociador de ese país por más de diez años, por lo que es conocedor de la necesidad de crear un bloque productivo.
¿Cuál es su plan de trabajo que aspira materializar?
Mi voluntad es sacar adelante en los siguientes cuatro años la agenda de la integración. Es una tarea que solos no podemos emprender, sino que se necesita del acompañamiento de todos los centroamericanos.
¿De qué actores hablamos?
Primero, de los gobiernos, de los empresarios, la academia y la sociedad en general. Desde ya vamos a trabajar con el nuevo secretario del Sistema de Integración Centroamericana (Sica) —Vinicio Cerezo Arévalo—, en los plazos, con la idea de convertir la integración en un organismo vivo.
¿Cuáles serán sus grandes líneas de trabajo?
Somos conscientes del desafío a asumir, para poder sacar adelante el futuro de Centroamérica.
La facilitación del comercio entre los países será un pilar, por lo que vamos a apoyarlo. Es una estrategia que ya fue aprobada. La movilidad de las personas será otro eje a impulsar.
Lo que buscamos es dejar un norte muy claro de lo que es la integración.
¿Qué papel jugará la unión Guatemala-Honduras?
Será la siembra que servirá de guía para una futura unión aduanera entre otros países.
¿Cuál debe ser la responsabilidad del sector productivo?
Ellos son los principales usuarios del ejercicio de la integración económica y debe existir un mayor entendimiento para sacar adelante la agenda.
¿Qué es lo que no permite lograr la unión económica?
No quiero hablar de obstáculos sino de retos. El reto es lograr una mejor articulación en las economías, porque Centroamérica es un socio comercial importante que es el primero o a veces el segundo o tercero en orden de importancia para los propios países.
El mismo sector productivo nos dice que es más fácil comercializar con un tercero que con Centroamérica y esto es un reto importante que hay que atender.
¿Por ejemplo?
Mucho se habla de que un contenedor con mercancías no supera entre los 11, 17 o 30 kilómetros, y eso significa costos que son trasladados a los consumidores y costo que se reduce en el bienestar de las economías.
Por eso debemos trabajar en articular las cadenas de valor.
La facilitación comercial va con esto, en ayudar los procesos, en trámites, en cruces de las fronteras y lograr que funcione como un sistema, no como iniciativas independientes.
¿Cómo se puede definir el costo de no ser un bloque?
De que el mundo no nos vea como un bloque económico de más de 45 millones de personas sino como seis países con mercados y capacidades limitadas.
Además, como una gestión de maniobra reducida frente a los retos del nuevo orden económico de estos momentos.
