Es así como cualquier política estatal puede ejercer una influencia desde lo micro a lo macro, y las autoridades salientes dejan varias tareas pendientes. Por ejemplo, la tramitología sigue siendo una pesadilla y una buena parte de la parte de infraestructura está abandonada o con trabajos a medias, luego de la primera vuelta electoral. Además, persisten las quejas sobre la mínima capacidad de los puertos para satisfacer la demanda del comercio exterior.
Estos son solo tres ejemplos de lo que exponen algunos expertos sobre la “herencia” que recibirá el gobierno electo en la parte económica:
Inflación
Uno de los principales motivos de satisfacción para el gobierno en relación con el contexto internacional es la estabilidad macroeconómica, que incluye un control adecuado de los precios de la economía.
Sin embargo, en el 2022 el nivel general de precios alcanzó el 9.24%, su nivel más alto en varias décadas. La tendencia se moderó en el 2022, pues por ejemplo, la inflación interanual a noviembre fue de 4.30% y aunque la cifra indica una reducción promedio de precios, la población en general no la percibió.
Ante esto, se autorizó un incremento al salario mínimo para el 2024, lo que ha ocasionado que muchos productos se sigan encareciendo.
Para David Casasola, analista del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (Cien) en materia de inflación, la Junta Monetaria (JM) debe tomar mejores decisiones para que el comportamiento inflacionario se mantenga en las metas anuales, independientemente de que las alzas de precios tengan origen interno o externo.
En los últimos años la principal presión inflacionaria ha sido importada y el instrumento que se ha utilizado para mantener la inflación bajo control es el aumento de la tasa de interés líder de política monetaria.
En ese sentido, el economista Maynor Cabrera, investigador de la Fundación Economía para el Desarrollo, opina que la inflación (como indicador) ha ido cediendo, pero los precios de la canasta básica están cada vez más elevados. Ello, sin una creación de empleos productivos que permita tener mejores salarios.
“Este fue uno de los retos que el gobierno saliente afrontó de la peor manera, así como los subsidios para los derivados del petróleo, que no se reflejaron en una baja sensible de los precios”.
A su criterio, el nuevo gobierno deberá contar con mejores mecanismos para medir la inflación, ya que el gobierno saliente realizó una nueva encuesta para actualizar el Índice de Precios al Consumidor (IPC), pero se ha cuestionado que no medirá los precios de mejor manera que la anterior.
Inversión extranjera y local
El mayor pronunciamiento de los agentes económicos durante los últimos años está relacionado con el tema de la infraestructura, que a su vez está relacionado con la captación de inversión extranjera y local.
La coincidencia está en que no se puede atraer mucha inversión extranjera, si no se cuenta con la infraestructura adecuada que necesitan las empresas para funcionar de manera competitiva, la que se resume en carreteras, puertos, aeropuertos, sistema ferroviario, telecomunicaciones y otros.
El nearshoring ya es una realidad en los países cercanos a Estados Unidos, pero es una oportunidad que Guatemala desaprovecha debido a diversas falencias.
De acuerdo con Juan Carlos Zapata, director ejecutivo de la Fundación para el Desarrollo de Guatemala (Fundesa), uno de los temas pendientes del gobierno saliente y que debe retomar el entrante es la inversión pública, principalmente para mejorar la red vial del país.
A su juicio, Guatemala sigue siendo uno de los países con menos kilómetros de carreteras pavimentadas por habitante (apenas 1 metro por persona), lo que debe aumentar de un ritmo de 201 kilómetros por año hasta llegar a por lo menos 1 mil 200 kilómetros por año y llevar la inversión pública de 1.7% del producto interno bruto (PIB) a por lo menos 6% del PIB. Ese esfuerzo debe ampliarse hacia puertos, aeropuertos, hospitales, escuelas e incluso centros penitenciarios.
“El próximo Gobierno debe enfocarse en aumentar la inversión pública y continuar con la estrategia de atracción de inversión al país a través de iniciativas como Guatemala No Se Detiene, que nos permita seguir aumentando la inversión extranjera directa de 1.4% del PIB en 2022 a por lo menos 4% del PIB de forma sostenida, y mantener el crecimiento económico arriba del 6% anual”, enfatizó.
En cuanto a la atracción de inversiones y elevar el crecimiento económico potencial, son temas que van de la mano, declaró Casasola, pero se necesita una estrategia de largo plazo que priorice una ruta en donde se alinee la política económica hacia la creación de condiciones que eleven la competitividad del país.
“Este es un tema desafiante, ya que los gobiernos anteriores no han logrado impulsar una agenda económica agresiva de largo plazo. En ese caso, es importante reconocer que se requieren acciones integrales, que en algún momento deben empatar con el modelo de desarrollo que se piensa para el país. Por lo tanto, decisiones que se tomen en materia de atracción de inversiones, tienen que alinearse con otras políticas como la fiscal, laboral, de infraestructura y de seguridad, entre otras”, aseveró.
Cabrera también considera que la gran deuda de este gobierno es la infraestructura: “ha hecho algo que no hubiésemos esperado, que la red vial este aún peor que hace cuatro años. La movilidad tanto en las ciudades como en las carreteras nacionales ha empeorado y tampoco se impulsó ninguna reforma para atajar la corrupción”. Cito como un buen ejemplo el Aeropuerto Internacional La Aurora, que ahora tiene goteras y baños descompuestos, así como hospitales públicos sin energía eléctrica.
Por otro lado, la situación política tensa ha tenido efectos negativos en la imagen nacional, que perjudica la atracción de inversión productiva, por lo que otro reto es invertir más y que esos recursos se reflejen en una mejor competitividad nacional.
Crecimiento económico
La inversión y la infraestructura están vinculadas con el crecimiento de la economía, que normalmente se mantiene en torno al 3 o 4% anual, sobre lo que Cabrera resalta que no podrá lograrse un incremento sustantivo ni siquiera en el mediano plazo, si no mejora la educación pública, “ya que sin inversión en capital humano e infraestructura es complicado que Guatemala crezca a tasas elevadas”.
Casasola afirma que es necesario trazar acciones de largo plazo que sienten las bases en temas de educación y capacitación, velando por que respondan a las nuevas habilidades que se requerirán para el tipo de empresas que se van a instalar -o atraer-.
También existen temas que ameritan una atención urgente para generar resultados inmediatos, como la recuperación de tramos viales de suma importancia para el movimiento de mercancías; combatir el delito de las extorsiones y enviar señales claras y contundentes a los inversionistas en el extranjero del tipo de condiciones que se les podrá ofrecer durante los próximos años para que inviertan en el país.
En ese caso, además de reducir sobrecostos asociados a una infraestructura deficiente y a la situación de inseguridad, es importante brindar predictibilidad en temas impositivos y salariales.
Y finalmente, los expertos sugieren reconocer que “existe una inercia dentro de la gestión pública en la manera como se han hecho las cosas durante muchos años, por lo que algunos cambios pueden tomar un poco más de tiempo. Lo importante es no perder esta ventana de oportunidad que se ha creado, desarrollar una estrategia de comunicación que permita evidenciar lo diferente que se está haciendo y los aspectos en dónde se encuentra resistencia, para lograr cambios sustantivos”.
Indicadores previstos para el 2024
- Crecimiento del PIB:5% a 4.5%
- Inflación: 4%
- Divisas por remesas familiares: US$21 mil 927 millones
- Reservas Monetarias Internacionales: US$21 mil 270 millones
- Crédito bancario al sector privado:5% a 10.5%
- Exportaciones: 4% a 7%
- Importaciones: 6% a 9%
- Inversión extranjera directa: US$1 mil 720 millones