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Además indica que los milenials traen un enfoque más enraizado con la necesidad del seguro como herramienta de protección del patrimonio y tranquilidad para la familia.
Por ejemplo, a través de un seguro de vida se protege la estabilidad financiera de una familia, al permitir que los seres queridos continúen con su nivel de vida, agrega Leiva.
Enrique Murillo, director ejecutivo de la Asociación Guatemalteca de Instituciones de Seguros (Agis), indicó que en el 2016 las pólizas de servicios médicos reportaron crecimiento en seguros colectivos, comportamiento que empezó a crecer en la década del 2010. Esa situación demuestra que, aun así, la cultura de adquirir seguros aún no se ha extendido en el país.
En Guatemala se puede adquirir seguro individual desde Q150 mensuales, que cubre visita médica, atención de emergencia y gastos hospitalarios hasta en 80 por ciento. Los seguros por catástrofe o muerte son los más caros.
Leiva recomienda invertir de 10% a 15% del salario en seguro de vida y gastos médicos.
Para la familia
En el caso de un plan familiar básico, este se puede adquirir desde Q300 y cubre consultas pediátricas ilimitadas, médicos y hospitalización hasta por el 80 por ciento. Algunos contemplan exámenes médicos y radiología.
Aunque el monto varía dependiendo de las condiciones de salud de los miembros de la familia asegurada, se puede decir que para una de cinco miembros, en promedio, un seguro de gastos médicos local puede costar Q800 mensuales, y US$200 para gastos médicos mayores. Ningún seguro cubre enfermedades crónicas.
Global
En este mercado, las aseguradoras también ofrecen paquetes como seguro para automóvil e incluso para la tercera edad. Un dato interesante es que un seguro de vida cubre hasta los 120 años.
Como parte de la diversificación, muchas empresas ofrecen seguros de enfermedades graves, microseguros, y de accidentes personales.
También operan opciones como Asisti2, una plataforma de asistencia para personas sin seguro automovilístico.
Según Byron Rodríguez, gerente general de Asisti2, el plan no requiere contrato, afiliación o pagos mensuales. Cubre accidentes de tránsito, asesoría legal o ambulancia, o incidentes como quedarse sin batería o dejar las llaves adentro del automóvil. El pago es por evento y con tarjeta de crédito o débito, y opera en todo el país.