La planta se ubica en el kilómetro 97 de la autopista Escuintla-Puerto Quetzal y tuvo que detener sus operaciones desde febrero por la ausencia de materia prima, por lo que se espera que los trabajadores retomen su ocupación el 1 de mayo próximo, según la solicitud que presentó la parte empleadora a la Inspección General de Trabajo (IGT).
María Isabel Salazar Urrutia, viceministra de Trabajo, informó que la suspensión de los contratos surge en virtud de la falta de insumos y esa es una de las causales que contempla el Código de Trabajo para dejar en pausa los referidos acuerdos laborales, pero con el propósito de reanudar actividades cuando haya disponibilidad de materia prima.
Los inspectores realizaron la visita a la planta, se entrevistó a los trabajadores y se verificó en las bodegas la ausencia de atún, para formular los expedientes con la información y se comprobó la inexistencia de abastecimiento para manufacturar, expresó la viceministra, que el martes acudió a una citación a una bancada en el Congreso para explicar el caso.
En el expediente, la Industria Atunera Centroamericana, se comprometió a reiniciar labores el 1 de mayo próximo y la IGT deberá verificar las operaciones, en cumplimiento de la resolución que se emitió.
En cuanto al historial de suspensiones colectivas que ha emitido la IGT, la funcionaria recordó que en los últimos años suman más de 17 mil, debido a los efectos de la tormenta Eta e Iota en noviembre del 2020, sobre todo en la industria bananera; y luego, por la emergencia sanitaria ocasionada por el covid-19 y el cierre total de actividades en 2021.
Los motivos
Guillermo Rodríguez Mahuad, gerente general de Industria Atunera Centroamericana, explicó a Prensa Libre que la planta manufacturera de lomos de atún está sin operar desde el 24 de diciembre y la proyección indica que estarán sin actividad hasta el 30 de abril.
La razón principal es que no se cuenta con pescado debido a tres factores: lo primero es que en este año coincidieron las vedas de pesca de esta especie en los océanos Pacífico, Atlántico e Indico, y en 22 años de operación de la empresa no se había registrado esa combinación, que se debe a cuestiones eminentemente aleatorias y de programación de las comisiones que administra cada uno de los océanos. Estas comisiones regulan que las pescas de los barcos que tienen cuota para capturar en esos océanos se realicen cumpliendo con el cupo autorizado para cada buque.
Para Guatemala, las cuotas están asignadas en el océano Pacífico, y ese cupo fue adjudicado a barcos de otras nacionalidades. Adicionalmente, la autoridad competente no ha hecho cumplir la ley de Pesca en el art. 75, el cual obliga a los barcos que tienen asignada cuota de Guatemala, a entregar su producto cuatro veces al año.
El empresario declaró que este producto se está entregando a Ecuador y la cuota de Guatemala es de nueve mil toneladas, pero se puede entregar parte de ese cupo.
Otra razón es que la planta puede procesar filetes de atún fresco para comercializar en el mercado local, y se está fomentando la compra de atún en los pescadores artesanales, pero es un producto que no se puede procesar porque no todos los pescadores cuentan con un registro autorizado.
¿En qué consiste la medida?
Cuando se autoriza una suspensión colectiva total, el trabajador deja de laborar, y el empleador deja de pagar salarios, como lo establece la Ley, explicó la funcionaria, pero se deben demostrar causas específicas.
No obstante, en este periodo corre el cálculo de prestaciones sobre el salario devengado, como el aguinaldo, el bono 14, la indemnización y el pago de las cuotas de seguridad social.
Guillermo Rodríguez Mahuad, gerente general de Industria Atunera Centroamericana, confirmó, que, durante el periodo de suspensión, no se pagan salarios al personal, pero se cumple con todas las obligaciones laborales.
La nómina suspendida es de las áreas de operaciones y supervisión, por lo que el personal que actualmente está laborando consiste en 50 trabajadores en las áreas de mantenimiento y otras actividades en la nave industrial.
“Las operaciones reiniciarán el 2 de mayo y se recontratará al personal, se tenga o no, la materia prima. Se supone que los barcos, empiecen a pescar, para que en la última quincena de abril se comience a despachar pesca a la planta (cuota de pesca a nivel mundial), ya que el 15 de marzo se levanta la veda en uno de los océanos”.
Impacto económico
La falta de la materia prima también implicará la pérdida de oportunidades, durante este período de suspensión.
Solo en el primer trimestre se calcula que se dejarán de exportar unas dos mil 400 toneladas de lomo de atún, que equivalen a unos 58 contenedores de 40 toneladas cada uno. Eso implica, que se han dejado de exportar unos US$15 millones 600 mil.
Los análisis apuntan a que, en el año, la planta esté en operación durante siete meses, y se espera un volumen de exportación de 8 mil 500 toneladas, para un ingreso aproximado de US$40 millones.
En 2022, las ventas al exterior se situaron en 13 mil 456 toneladas de lomo de atún y divisas por US$64 millones 244 mil.
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