En Petatán, Huehuetenango, el impulso de producir y mejorar la presencia en el mercado surge de la necesidad de las mujeres, porque durante esta temporada muchas quedan solas con sus hijos, ya que algunos padres emigran a Estados Unidos, y otras son madres solteras, refiere Candelaria Hernández Jiménez, una de las productoras asociadas a la Cooperativa Agrícola Integrada Axolá R. L., que ofrece café gourmet.
Esta y otras ocho organizaciones comunitarias han logrado desarrollar 10 marcas comerciales que ayudarán a que unos 10 mil pequeños productores inserten su oferta en el mercado nacional y los motivará a exportar en el futuro. Nueve de las marcas ya están registradas: cuatro son de café, dos de miel, una de papa y papalinas, otra de pesca artesanal y una de aprovechamiento forestal sostenible y de fabricación de muebles, mientras que la de cacao está en trámite en el Registro de la Propiedad Intelectual.
Poseer una marca comercial puede representar para pequeños productores aumentar sus ingresos y un mejor desarrollo económico, puesto que podrían ampliar sus mercados y obtener mejores precios.
Para llegar ahí pasaron años de trabajo individual, familiar y asociativo con labores de cultivo o preparación de sus productos; aprendizaje de técnicas y estándares de calidad e inocuidad, y la oportunidad de llegar a un centro de acopio que les abre las puertas a diversos mercados.
Organizados
En busca de esa oportunidad crearon o fortalecieron sus organizaciones o se asociaron con otras que, entre otros aspectos, se encargan del centro de acopio, procesos para cada producto, y del envasado y etiquetado con las marcas comerciales creadas.
Para varias comunidades de Huehuetenango ese proceso inició hace varios años con el apoyo de la Asociación de Organizaciones de Los Cuchumatanes (Asocuch), por medio de una red de organizaciones de pequeños productores rurales del departamento. Hay participación de hombres y mujeres que se dedican a la agricultura, apicultura y otras actividades productivas, que avanzan a un modelo de gestión territorial desde la empresarialidad rural y buenas prácticas con el medioambiente, dieron a conocer directivos.
Posteriormente, en el 2018, Asocuch empezó a implementar el Proyecto de Fortalecimiento Empresarial y Comercial de Pequeñas Organizaciones de Productores de la Sierra de Los Cuchumatanes, Sierra de las Minas y Bocas del Polochic, con apoyo de la Unión Europea (UE). El programa también es coejecutado por la Asociación de Productores Orgánicos para el Desarrollo Integral del Polochic (Apodip) y la Fundación del Bosque Tropical Oro Verde.
La experiencia se ha extendido a comunidades de Izabal, Alta Verapaz y El Progreso. Algunas de las organizaciones que conforman esas redes operan en Baja Verapaz.
Una de estas organizaciones es Apodip, que registró su marca Miel del Polochic y tiene en trámite la de Kakaw Re Polochic para su cacao. Este proyecto ha crecido y operan fuera del área de la cuenca y del Valle del Polochic, que era la previsión inicial. Ahora cubren áreas de La Tinta, Panzós, Senahú, Cahabón y Lanquín, en Alta Verapaz, así como de El Estor, en Izabal, y la parte de baja de Purulhá, en Baja Verapaz —que colinda con Alta Verapaz—, manifiesta el productor y gerente de esa entidad, Marvin López.
Más ingresos
“Los ingresos de los hogares han mejorado, ayudan a cubrir sus necesidades primarias. Aunque no hay dinero que alcance, sí hemos trabajado para que los productores tengan un mejor ingreso por sus cultivos. Hay meses en los que no hay venta porque se debe esperar el ciclo productivo, entonces también tienen que acudir a actividades agrícolas de subsistencia”, hace ver el directivo, por lo que quieren seguir impulsando la oferta que ya generan y ampliarla.
La UE aportó €3 millones para todo el proyecto y del Fondo de Desarrollo de Noruega provinieron €500 mil; sin embargo, no solo se han usado para registrar las 10 marcas, señala Sergio Alonzo, gerente técnico de Asocuch.
Alonzo expresa que trabajaron con varios ejes de la infraestructura productiva, el manejo de cosecha, capacitación y asistencia técnica, con el propósito de definir qué hacía falta en infraestructura y equipamiento, así como la construcción de un centro de acopio y dar valor agregado al producto, y el proceso productivo para asegurar la calidad.
El técnico hace énfasis en que había algunas comunidades que tenían definida la cadena de valor y cuando la organización ha avanzado en ese nivel, el proceso es más rápido.
Asimismo, incluía capacitación en empresarialidad, emprendedurismo, juventud y género, añadió.
El último paso era el eje de mercadeo. Algunas organizaciones habían elaborado estudios previos, y se apoyó a pequeños productores para que participaran en misiones comerciales en Centroamérica.
En esa fase se desarrollaron las 10 marcas en mención. El proyecto finalizó el 30 de septiembre recién pasado e incluyó más organizaciones. Ahora se espera que aumenten su producción y amplíen mercados.
De esta manera se crearon tres empresas asociativas rurales: Bella Flor del Monte, S. A. (Belmosa), fundada en el 2019 e integrada por apicultores de Todos Santos Cuchumatán, Huehuetenango; Inversiones Asilvo, S. A. (Inasa), dedicada a la extracción de madera y al manejo forestal, en Chiantla, Huehuetenango, y Komonilsa, que comercializa cacao, café, miel y sus derivados, y otros productos agropecuarios. Las primeras desarrollaron su marca.
Requisitos
- Los productores deben ser asociados a las agrupaciones locales o empresas que estas crearon y que son propietarias de las marcas, para utilizar las mismas.
- Para ello deben cumplir con los requisitos y condiciones de producción que establezcan los técnicos en las parcelas.
- Además, con los estándares de inocuidad, y, en el caso de los productos que necesitan procesos y envasado, los trabajadores deben usar guantes, mascarilla, redecilla y bata.
Las historias del esfuerzo de la comunidad
- Comecsa: Se organizan para dar mayor valor agregado
Productores de papa en Páquix, Chiantla, Huehuetenango, se organizaron en el 2013, junto a otras asociaciones de Aguacatán y San Juan Ixcoy, y fundaron la Comercializadora de la Meseta de los Cuchumatanes (Comecsa).
El objetivo inicial era comercializar papa fresca lavada y clasificada, pero después, como parte del proyecto, implementaron una planta de procesamiento para producir frituras —papalinas— y ahora cuentan con su marca Cuchupapa.
Rolando Granados, presidente de la empresa comunitaria propietaria de la marca, dice que en el 2019 inició el proceso para la marca, que no usan por ahora porque equipan su planta con lavadora, freidora, rodajadora, saladora y selladora, maquinaria que esperan recibir a finales del año para empezar a producir en enero próximo.
Cuentan con un estudio de mercado que determinó también la factibilidad de la industrialización, expone.
La empresa comunitaria, integrada por 11 asociaciones, hará el proceso de transformación comprándole la papa a los 11 mil productores afiliados a mejor precio y considerando costos y margen de utilidad, para que mejoren sus ingresos.
Por temporadas, el quintal de papa ha llegado a valer Q5 o Q10, con saco incluido, y ahora cuesta Q80 y Q90, pero para solventar los costos, el precio debería oscilar entre Q115 y Q120.
- Orgánicos: En el Polochic hay dos marcas
Con mil 475 integrantes, la Asociación de Productores Orgánicos para el Desarrollo Integral del Polochic (Apodip) impulsa cacao, miel, café y cardamomo.
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Han trabajado en busca de cuatro marcas y ya tienen registrada la de Miel del Polochic, para la producida en los bosques húmedos de la Reserva de la Biosfera de la Sierra de las Minas y Bocas del Polochic.
También está en proceso de registro Kakaw Re Polochic, la marca para el cacao. Marvin López, gerente de la organización, comenta que han encontrado algunas dificultades para llenar todos los requisitos y criterios de la entidad.
Aun así, este producto es el que más éxito han tenido hasta ahora. Cuentan con mil 19 asociados, y desde hace seis años exportan a Francia. En el 2016 vendieron en el mercado internacional tres toneladas métricas, y en la temporada 2021 exportaron 83.
Comercian con la certificación de producto orgánico con las normativas de la Unión Europea y la certificación de Comercio Justo, y se exporta como grano fermentado seco de cacao a la industria especializada de chocolate, expone López, quien agrega que trabajan con métodos amigables con el medioambiente, fermentación y secado al sol. La fase de limpieza se hace de forma manual, lo cual ayuda a darle empleo a más familias, principalmente a grupos de mujeres, indica.
- A´xol Kapeh: Una marca con manos de mujer
Organizadas en la Cooperativa Agrícola Integrada Axolá R. L., ubicada en Petatán, Huehuetenango, un grupo de mujeres cosecha mil 100 quintales de café pergamino por temporada.
En agosto del 2020 lograron la inscripción de la marca A´xol Kapeh, que en poptí significa café de Petatán. El logo es la silueta de una mujer poptí en un grano de café.
Candelaria Hernández Jiménez, productora y directiva, dice que el café gourmet que manejan cuenta con la certificación Con Manos de Mujer y la de MayaCert.
Estas mujeres lograron su objetivo de mejorar el precio de su producto. Con anterioridad, vendían un quintal de café pergamino a Q950, pero ahora ofrecen el grano tostado y molido por Q45 y Q50 la libra.
“Esto ayudará a tener un mejor ingreso para las mujeres e inculcarles a ellas y a sus hijas que no hay necesidad de ir a otro país para mejorar la vida económica de cada mujer”, puntualiza.
Al inicio eran 41 asociadas, pero desde que tienen la marca se han acercado más para preguntar cómo ingresar a la entidad y ya suman 55.
La labor incluye el acopio del café en la bodega, almacenado en bolsas especiales, procesos de tostado y molido y ventas, incluidas las del supermercado Multiproductos en Huehuetenango y en los siete supermercados Cemaco del área metropolitana.
- Apicultura: Venta directa es más favorable
Apicultores de Todos Santos Cuchumatán, Huehuetenango, se han dedicado entre uno y cinco lustros a producir, pero al igual que otras comunidades empezaron a buscar otros proyectos, ante la necesidad de más ingresos y mejores precios para sus productos.
No contaban con un mercado fijo, el único era Jacaltenango, que se ubica como a tres horas en vehículo, pero recibían su pago cuatro o seis meses después, comparte el productor y secretario de la junta directiva de la empresa Bella Flor del Monte, S. A. (Belmosa), constituida hace dos años.
Empezaron a recibir apoyo de Asocuch y Helvetas, y en el 2019, con la Unión Europea, se construyó el Centro de Acopio de Miel de Abeja en Chanchimil, Mash. En una cosecha han recogido entre 100 y 150 quintales de miel.
Los 61 asociados cuentan con su marca registrada Txu Colmena, que en mam significa la madre de las colmenas, y procesan miel de abeja, polen, propóleo, jabones y paletas de miel. Todavía no tienen un mercado fijo, pero venden a particulares en su municipio y han enviado producto a Quetzaltenango, a la capital y a un supermercado de Huehuetenango.
Los intermediarios les pagaban unos Q600 por quintal, pero ahora que venden en forma directa, con precios más favorables para el productor, reciben de Q800 a Q850.
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Fuente: Asocuch