Esta cifra significa que los guatemaltecos pagaron US$2 mil 304.3 millones más que el año anterior por 47.7 millones de barriles (de 42 galones cada uno), a pesar de que el aumento de barriles fue de 2.6 millones más que en el 2021, cuando ingresaron 45.1 millones.
El repunte de precios se registra desde el 2021, cuando el incremento fue de 98.5% respecto al 2020, influido no solo por el aumento de precios del petróleo y sus derivados, sino por una recuperación de la demanda, luego de la caída del primer año de pandemia, cuando se establecieron restricciones de movilidad durante varios meses. En el 2020 se experimentó una caída de -8.6%, y la importación se situó en 38.4 millones de barriles.
Sobre ese comportamiento, el viceministro de Hidrocarburos, Luis Ayala, confirmó la información, pues “subieron los precios de las gasolinas, el gas (glp) y otros combustibles por la crisis de la guerra entre Rusia y Ucrania, lo que tuvo mayor influencia en el diésel porque este es un sustituto del gas natural.
El consumo también creció
Según Enrique Meléndez, director ejecutivo de la Asociación Guatemalteca de Expendedores de Gasolina (Ageg), también se debe tomar en cuenta el comportamiento del consumo, el cual dijo que en combustibles como gasolinas y diésel en general aumentó 3%.
Basado en los datos del MEM, menciona que en 2022 hubo una reducción del consumo de la gasolina superior del casi 13% en comparación con el 2021, lo que equivale a casi 1 millón de barriles y se situó en 6.82 millones.
En tanto, el consumo de la regular subió 13.7%, y llegó a 9.2 millones de barriles; mientras que el del diésel cayó -3.3%, a 14.3 millones de barriles consumidos.
Por otro lado, el año anterior el Estado pagó un subsidio por varios combustible, lo que según Meléndez, pudo tener un impacto en el consumo porque la primera fase fue en abril para la gasolina regular y mucha gente que consumía súper, migró hacia este otro carburante y ahí se quedó.
Ayala agregó que la disminución del consumo de la gasolina superior ha sido una tendencia en los últimos años mientras que sube el de la regular, aunque en el 2022, la menor demanda de varios productos se debió principalmente al incremento de precios. “La caída no es muy alta, pero el crecimiento normal había sido hasta 6% interanual, y en el 2022, decreció”.
En resumen, del crecimiento de la factura petrolera, alrededor del 65% del impacto provino del comportamiento del precio del diésel. Pero además, se notó la diferencia entre la importación y el consumo porque entre las compras al exterior está el producto que se reexporta a otros países de Centroamérica, donde hubo mucho subsidio y el consumo se mantuvo.
Perspectivas 2023
Para el 2023, prevén que la factura petrolera mantenga un precio más estable o con cambios menos bruscos que en el 2022, así como un crecimiento del consumo. Esto se visualiza porque la mayor inestabilidad fue en el primer semestre del año pasado mientras que en los últimos meses del año, se percibieron precios altos, pero más estables.
Respecto a que pueda bajar el precio o el costo de la factura petrolera, el viceministro descartó que al cierre del año vaya a bajar la factura petrolera; o su disminución sería muy pequeña. En todo caso, “en promedio, el año pasado el precio del diésel estuvo en alrededor de Q35 por galón y ahora está en unos Q33”.
Por aparte, Ricardo Rodríguez, analista de Central American Business Intelligence (CABI) comentó que la perspectiva para el 2023 es que los precios del petróleo se mantengan estables durante el año (cercanos a US$70 o US$75 por barril), a menos que algo irregular sucediera, con lo que se esperaría que los precios de los combustibles en el país también se mantengan en los niveles actuales.
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