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Los 5 factores que se consideran para definir el salario mínimo del 2025

Canasta básica, inflación, productividad e ingresos personales, crecimiento de la población y costo general de vida se deben analizar para definir la remuneración mínima para el próximo año, según las diferentes posturas de cada sector.

Los salarios mínimos en Guatemala están divididos en dos circunscripciones económicas compuesta por tres actividades en cada una. (Foto, Prensa Libre: Hemeroteca PL).

Los salarios mínimos en Guatemala están divididos en dos circunscripciones económicas compuesta por tres actividades en cada una. (Foto, Prensa Libre: Hemeroteca PL).

La discusión del salario mínimo para el 2025 está dividida en dos fases, una es la recopilación de insumos y la otra la discusión, análisis y propuesta de los sectores en las comisiones paritarias, las que deben trasladar su informe a la Comisión Nacional del Salario (CNS), que también emite su propio informe.

Para este año se prevé que la fase de insumos finalice el presente mes y la discusión en las paritarias se realice entre agosto y septiembre para que trasladen su informe a la CNS durante la segunda quincena de ese mes, según esta entidad.

A mediados de noviembre, el informe final se entregará a la ministra de Trabajo, Miriam Roquel y posteriormente, al presidente Bernardo Arévalo. El nuevo salario debe cobrar vigencia el 1 de enero próximo.

Actualmente, los sectores y analistas empiezan a mencionar los indicadores o cifras que deberán tomarse en cuenta para fijar la nueva paga mínima. Pero ante la existencia de una nueva canasta básica de alimentos (CBA) que implementó el Instituto Nacional de Estadística (INE) a partir de enero de 2024, esta podría centrar buena parte de la discusión.

Aunque hay opiniones diversas acerca de qué indicadores o aspectos se deben considerar, dependiendo de la perspectiva de cada sector, se mencionan canasta básica, inflación, productividad y producto interno bruto (PIB) per cápita, crecimiento de la población y costo de vida, factores que cada sector plantea desde su perspectiva.

Qué dicen los sectores

Los tres sectores que analizan el tema salarial dentro de las comisiones paritarias y la CNS son el patronal, el laboral y el gobierno.

Guido Ricci es representante en la CNS del sector patronal y considera que aún es prematuro hablar acerca de qué podría aprobarse porque incluso el sector que representa aún no ha analizado una postura, lo que se haría en septiembre.

Acerca de qué puede representar el uso de la nueva canasta básica alimentaria para fijar la paga mínima, Ricci dijo que será un insumo más como otros que se usan para analizarlo. Aunque aclaró que el sector siempre ha defendido la necesidad de ver tanto las posibilidades de los trabajadores, como las de las empresas.

“Además se debe trabajar en crear condiciones para llevar más empleo a la formalidad, ya que en la actualidad el salario mínimo se fija solo para el 20% o 30% del segmento en formalidad, pero la informalidad sigue siendo muy alta”.

Luego sugiere fijar el salario con ingresos reales, por lo que la discusión se debe centrar en qué hacer para que la paga mínima atraiga lo más posible a trabajadores al sector formal.

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Respecto a otros indicadores, Ricci indicó que aún no tienen definida una propuesta, pero hay una fórmula de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que menciona la inflación proyectada, el crecimiento económico y las posibilidades de las empresas para ofrecer remuneraciones decorosas para generar más formalización en todo el país

Alejandro Ceballos, también representante del sector patronal en CNS e integrante del área vestuario y textiles, dijo que según lo observado en las reuniones de CNS, mucha de la discusión podría girar alrededor de la canasta básica alimentaria, pero refiere que es necesario tomar en cuenta la inflación por sectores y no solo la general porque a algunos les están afectando las alzas más que a otros, al no depender de la misma cadena de suministros.

Por ejemplo, uno de los problemas que mencionó es la infraestructura vial que está perjudicando las operaciones de producción y transporte de la carga, aparte del alza internacional del envío de contenedores y los servicios navieros.

“A nosotros, (como sector de vestuario y textiles) nos afecta mucho porque han subido los costos, pero los precios del producto no lo han hecho porque Estados Unidos está casi en una recesión y ha disminuido la demanda. Entonces es un panorama complicado”, expuso.  

Francisco Mendoza, representante del sector laboral en la CNS, dijo que acerca del nuevo cálculo de la canasta básica alimentaria, el sector también está pidiendo que el INE explique de dónde surge la nueva fórmula para calcularla, en qué consiste y los criterios nutricionales.

Aunque por ser un nuevo modelo la canasta básica podría ser central en la discusión para el salario mínimo del 2025, Mendoza explicó que el parámetro debe ser el costo real de lo que se encuentra en los mercados y supermercados para ambas canastas.

“Nos preocupa porque independientemente de cuáles serán los análisis de los ejecutivos, la realidad de la gente con los precios y los salarios es que no alcanza para comprar los productos y servicios que necesita”.

Respecto a los puntos centrales de la discusión, cree que el sector patronal insistirá que el ajuste salarial se haga con base en la inflación, que representaría un incremento de solo 3%.

Pero como sector laboral insistirán en un ajuste para nivelar los ingresos a los costos de la canasta alimentaria y la ampliada. También insiste en que no debe haber salarios diferenciados como en la actualidad, sino solo uno para todas las actividades.

“Si nos funcionan los modelos de la canasta básica alimentaria que pedimos que nos expliquen, podríamos analizarla como un indicador, pero el sector laboral lo enfoca más en el costo de vida. Además, están el contexto y la coyuntura sociopolítica y económica nacional”, dijo el representante.

Según Mendoza, la OIT refirió que no se ha comprobado que al incrementar salarios hay cierre de empresas o pérdida de puestos de trabajo, que es la postura constante del sector patronal y tanques de pensamiento.

Mientras, el presidente de la CNS, Alain Samayoa Chavarría, explicó que aún se encuentran en la primera fase de la labor, que consiste en escuchar a diversas entidades para tener insumos y hacer el análisis preliminar.   

Y en septiembre se inicia la discusión de salario, primero por las comisiones paritarias y luego en la CNS. Por lo que esperan que en la segunda mitad de septiembre se traslade el informe de estas. La CNS tiene programada la última reunión para el 15 de noviembre para concretar las posturas y el dictamen.

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Consultado acerca de qué criterios o indicadores usar para fijar el salario mínimo y si la nueva canasta básica alimentaria podría ser parte de la discusión central, Samayoa dijo que hay varios aspectos que pueden ser cruciales, y refiere que más allá de la canasta básica, también es muy importante el poder adquisitivo de la población.

“El valor monetario de un salario puede ser superior a su monto numérico y más allá de la canasta básica nos tenemos que centrar en qué poder adquisitivo tiene el salario. Por ejemplo, en 2017 este fue mucho más alto que ahora, a pesar de que el salario era menor”, explicó.

Mercado salarial y PIB per cápita

Tomando en cuenta que según la experiencia de años anteriores el salario mínimo no llena las expectativas de cobertura de costos de las canastas de gastos, se consultó a los analistas Paul Boteo, de la Fundación Libertad y Desarrollo, y a Luis Linares, de la Asociación de Investigaciones y Estudios Sociales (Asíes), qué se debe hacer al respecto.

Boteo explicó que lamentablemente hay una realidad que se debe aceptar y es que los salarios en Guatemala son bajos, pero menciona que es importante analizar los motivos: hay una gran oferta de mano de obra, pero relativamente poca demanda, aparte de que el PIB per cápita en el país es de alrededor de US$5,800 al año, lo que pone un techo bajo a la capacidad de crecimiento de las remuneraciones.

Y con ello, “por mucho que se busque elevar los salarios, no se puede hacer de forma drástica, si no se logra aumentar la productividad”.

Refiere que puede existir una brecha entre el salario mínimo y la canasta de gastos, pero que el salario no puede solo subir por decreto porque hay una realidad económica que debe ponderar la productividad, la economía y la inflación.

Explicó que el salario mínimo de Guatemala ya se encuentra entre los más altos de Latinoamérica, pero el PIB per cápita es de los más bajos de la región y “entonces no hay una correspondencia entre ingresos personales y salario mínimo. Aumentarlo por decreto seguiría alimentando esa tendencia”.

Guatemala tiene el quinto salario mínimo más alto de Latinoamérica, y el quinto PIB per cápita más bajo de la región, refirió al citar información de Bloomberg y del Banco Mundial.

La recopilación de datos menciona que el país tiene un salario mínimo de Q3 mil 266 en el 2024 (que se refiere al vigente para la actividad agrícola en la circunscripción económica 1, departamento de Guatemala). Pero ahora existen seis salarios mínimos diferenciados, y a esos montos se deben agregar Q250 de bonificación.

Consultado acerca de la influencia que puede tener el costo promedio de la nueva canasta básica alimentaria, Boteo dijo que esta puede dar un indicio de qué tan lejos pueden estar los gastos de los ingresos, pero “no puede ser un instrumento referente para el salario mínimo. Este se determina por diversos factores, pero la realidad es que es bajo porque tenemos un mercado laboral deprimido en general, aunque no respecto de la región”.

Cambiar canasta, aumentos paulatinos y otros elementos

Con relación a la canasta básica de alimentos, Linares opina que el gobierno debe pedirle al INE la revisión de dicha modalidad ya que, a su criterio, el costo promedio de la canasta es excesivamente bajo.

Según la institución, se requieren solo alrededor de Q850 al mes para la alimentación básica de una persona en el área rural y unos Q650 en el área urbana, expresó, al mencionar que solo en frutas y verduras se gastan alrededor de Q200 semanales sin tomar en cuenta otros productos como pollo, carne, maíz, arroz, frijol y tortillas, entre otros.

Según Linares el gobierno anterior tenía la intención de bajar el monto de la canasta al mínimo para quedar bien con los empresarios y justificar que no era necesario aumentar el salario mínimo.

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Respecto a los indicadores, Linares indicó que se debe tomar en cuenta que las necesidades de la familia de un trabajador no consisten solo en alimentación, sino también educación, vestuario, salud, transporte y otros, además de que mucha veces se dice que con dos personas que trabajen en el hogar se supera con creces el costo de la canasta, pero muchos hogares están conformados por madres solteras o solo un integrante puede laborar. 

“Entre los factores que principalmente se deben considerar son las necesidades del trabajador y su familia, y por otro lado las posibilidades de las empresas, la inflación esperada y el incremento de la productividad”.

Tampoco se puede esperar un incremento del salario “de un solo golpe” para alcanzar el costo de la canasta de alimentos y de bienes y servicios, pero la meta debe ser reducir de forma paulatina la brecha con aumentos graduales sostenidos y proteger el salario real, es decir la capacidad adquisitiva, explica.

Respecto al monto a fijar para 2025, el analista de Asíes espera que se rompa con la constante de los últimos años en cuanto a una falta de acuerdos entre los sectores laboral y patronal, aparte de requerir una actitud proactiva del sector gubernamental.

ESCRITO POR:

Rosa María Bolaños

Periodista de Prensa Libre especializada en medios escritos y radiales en temas de energía eléctrica, empleo, impuestos, empresas y negocios con más de 20 años de experiencia.