Covey, quien habla a audiencias de todo el mundo y es autor del libro “Trust & Inspire: Confiar e inspirar. Cómo los grandes líderes liberan la grandeza en otros” que fue publicado en abril último, concedió la siguiente entrevista a Prensa Libre:
¿A qué se debe su visita a Guatemala?
Esta es mi segunda vez en el país, ya que estuve en 2013, y me encantó compartir con las personas con quienes me reuní, aparte de que tenemos una buena organización aquí. Quería volver por dos razones: una para poder participar con mi equipo y segundo, traer el mensaje de mi nuevo libro “Confianza e Inspiración” a líderes y organizaciones, porque creo que ese libro aborda el liderazgo que se necesita en el mundo hoy en día.
Ante una nueva normalidad, ¿cuáles son los nuevos paradigmas?
Probablemente el mayor paradigma, es que las personas no quieren sentirse manejadas, sino lideradas; desean que se confíe en ellas y sentirse inspiradas.
La forma antigua de liderazgo, que se puede denominar de mando y control, ya no funciona en el mundo de hoy”.
Necesitamos una nueva manera de liderar en este nuevo mundo de trabajo. El estilo de liderazgo que nos llevó a lo que tenemos hoy, no nos va a llevar a donde necesitamos estar mañana. Se requiere un nuevo estilo de liderazgo basado en la confianza, que supere el mando y el control.
¿Un ejemplo de cómo aplicar ese nuevo estilo?
El líder mundial de una empresa estaba pensando en cómo conservar a su personal y muchos pensaban que para él ya habían pasado sus mejores días y pertenecía al pasado. Sin embargo, él aplicó una nueva forma de pensar enfocada en el crecimiento de todos, por lo que modeló, ofreció su confianza y luego, inspiró.
Al ver que estaban en primer lugar, las personas se sintieron inspiradas y se creó la sinergia de liderazgo. Esto, porque él confiaba en las personas para cambiar el modelo y les ayudó a ver el panorama, en lugar de controlarlas. Esa inspiración también generó un sentido de identidad.
Cuando se inspira a través de un propósito, las personas sienten que su trabajo es importante.
Entonces, la empresa se comenzó a recuperar su imagen como un magnífico lugar para trabajar, colaborar e innovar. Se reinventó y ahora es una potencia en su campo, de manera que el valor de sus acciones en la Bolsa subió de 36% a 235%. En conclusión: se fortaleció la grandeza de la empresa, destacando la grandeza de su gente.
¿Cómo se desarrolla ese liderazgo?
El nuevo liderazgo empresarial empieza con la manera como que vemos a las personas y visualizamos el liderazgo.
Tenemos que cambiar el paradigma, iniciando con lo que llamamos “creencias fundamentales”. Las convicciones del líder son las que inspiran confianza e inspiran, pero solo si se elimina una manera fija de pensar.
Cuando alguien se plantea el desafío de visualizar a las personas de una manera más completa e integral, es posible desarrollar formas diferentes de comunicarnos, desarrollarnos y liberar el potencial que llevan dentro.
El segundo paso es el sentido de responsabilidad de los líderes.
Un buen líder se caracteriza por tres acciones: Modelar, confiar e inspirar. Es simple, pero no es fácil.
De los siete hábitos de las personas altamente efectivas ¿qué ha cambiado con la coyuntura actual?
De los siete hábitos, hoy son más importantes y pertinentes que nunca y eso se debe a tanto cambio y disrupción. Las personas necesitan poner los pies sobre el suelo para poder entender quiénes son y por qué necesitan trabajar en equipo.
Entonces ¿Cuáles son las nuevas características de los líderes empresariales que necesita un país como Guatemala?
Aquí y en todas parte necesitamos líderes que modelen, sean dignos de confianza, refuercen su credibilidad y tengan carácter.
O sea que necesitamos líderes que den y entreguen confianza, que extraigan lo mejor de las personas, inspirándolas a desempeñarse mejor y a dar lo mejor de sí, pero también a desarrollar nuevas capacidades. Cuando uno confía en otros, esa confianza se le devuelve y ese es el liderazgo que se necesita: que sea inspirador y responsable.
Inspiramos a otros cuando los modelamos, damos el ejemplo, confiamos en ellos y nos conectamos por medio de un propósito, un significado y una contribución. Inspirar a otros es una destreza que se puede aprender, así que no es solo para las personas carismáticas.
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