Economía

Las microempresas también están cambiando y ahora, un amplio sector poblacional asume el liderazgo

Por cada cinco hombres que lideran un emprendimiento, cuatro mujeres también lo hacen y ya representan el 45% del total.

Mujeres emprendedoras en Guatemala

El emprendimiento liderado por mujeres se incrementa cada año, principalmente en las áreas rurales, donde existe una diversidad lingüística. (Foto Prensa Libre: cortesía MEG)

En un país donde el 53.9% de la población que se caracteriza por ser pluricultural, pluriétnica y multilingüe que vive en el área rural, es necesario el acceso al crédito para actividades productivas, así como educación no formal que les permita mejorar sus condiciones de vida.

Pero ante las dificultades que se enfrentan al respecto, el emprendimiento liderado por mujeres se incrementa cada año, principalmente en las áreas rurales, donde existe una diversidad lingüística.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi), el 51% de la población guatemalteca vive en condiciones de pobreza, por lo que la mujer, aparte de atender las labores domésticas y ocuparse de los hijos, también se ve en la necesidad de contribuir con la generación de ingresos.

Según la entidad Friendship Bridge, de los emprendimientos en el país, principalmente en el área rural, el 25.5% del total de la población femenina, entre 18 y 64 años, está al frente. Es una relación de cuatro mujeres por cada cinco hombres que lideran un negocio propio. Es decir, el 45% de los emprendimientos, está a cargo de un liderazgo femenino.

“Lo primero que hace una mujer cuando desarrolla bien su negocio, es contratar a alguien de su familia; posteriormente, a vecinos del área, así como mejorar las condiciones de su vivienda, de alimentación y buscar acceso a la educación de sus hijos”, indica Sergio Morales, director de esa institución y miembro de junta directiva de la Red de Instituciones de Microfinanzas (Redimif).

Por lo tanto, una de las maneras de llegar a estas microempresarias, aparte de incluirlas en programas agrícolas con asistencia técnica y desarrollo de cosechas para nuevos mercados, es comunicarse por medio de su lenguaje materno.

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Y es lo que han hecho los promotores de las microfinanzas, pues adicional al crédito, les imparten programas de educación no formal, de manera que hoy, miles de mujeres a cargo de un negocio, invierten en sus familias para mejorar sus condiciones de vida.

La inclusión financiera es una herramienta crucial para reducir la pobreza. Y promover la prosperidad en áreas rurales de Guatemala, sigue siendo uno de los principales desafíos en el país. Sin embargo, existen avances en la apertura de mercados de crédito para las micro y pequeñas empresas en el área rural, lo que ha generado nuevas oportunidades de crecimiento económico en las comunidades.

Y una de las mejores estrategias para el desarrollo del país, debe ser el empoderamiento de mujeres en el área rural, facilitándoles dichas herramientas para que logren autonomía económica, asegura Morales, en su participación en el XVII Congreso Regional de Remesas, Microfinanzas e Inclusión Financiera 2022 (Coremif).