Esta situación ha sido motivo de muchas discusiones, sobre todo por los urbanistas. Creo que el crecimiento está en relación directa con la movilidad de las personas.
La movilidad presenta el desplazamiento de las personas entre dos puntos que son origen y destino y está relacionada con el espacio y el transporte.
Las personas transitan por las ciudades con el fin de realizar una serie de actividades de su interés como trabajar, estudiar, hacer compras y visitar amigos.
Este traslado puede llevarse a cabo ya sea caminando o utilizando vehículos motorizados o no motorizados. Dicha circulación, reflejada en el consumo de espacio, tiempo, energía y recursos financieros, también puede traer consecuencias negativas como accidentes, contaminación atmosférica, acústica y congestión vehicular.
Y es que nuestras ciudades empezaron a vivir disputas en la adaptación del espacio a partir del fin de la Segunda Guerra Mundial, cuando la prosperidad económica llevó a un fuerte aumento en el número de automóviles en las calles, los cuales empezaron a disputar mercado con el transporte público.
El escenario de reiteradas crisis económicas y marcados de corrupción dentro de regímenes políticos predominantemente autoritarios hizo cristalizar las desigualdades: los sistemas de autobuses se mantuvieron inmersos en permanentes crisis, mientras los automóviles pasaron a ocupar cada vez más el espacio disponible para la circulación vehicular, generando diferencias profundas con respecto a las condiciones de transporte y accesibilidad entre los que pueden o no acceder al transporte particular.
Aunado a esto, el proceso de urbanización y la definición de uso del suelo se produjo sin una normativa estricta. El resultado son ciudades asfixiadas de alta densidad poblacional con pocas y estrechas vías de acceso. Las pocas arterias existentes han sobrepasado su capacidad de carga desde hace muchos años. El POT vino a redensificar el suelo.
Actualmente se tiene una ciudad con la mayoría de las calles colapsadas por una cantidad muy alta de vehículos transitando.
El Trébol, el Obelisco, y la Municipalidad son los principales puntos donde concurren los habitantes de la mayoría de las colonias. Creo que cualquier planteamiento de solución al esquema actual se puede considerar un apagafuegos. El problema no es la ciudad, es el vehículo.
De manera que una solución puede ser reubicar ciertas actividades como el aeropuerto, las universidades, los hospitales, estadios y centros deportivos, terminales de buses extraurbanos, centrales de mayoreo, industria y otros a sitios alejados en donde se establezcan planes de ordenamiento territorial y reglamentos acordes con la naturaleza.
* manuelsalgueroespana@gmail.com