Durante la conferencia “Panorama económico 2022”, con empresarios de la Cámara de Industria de Guatemala (CIG), dijo que “si bien es un crecimiento menor al del 2021 (de 7.5 por ciento), sigue siendo un crecimiento importante, y Guatemala en el 2022 seguiría con un crecimiento dinámico”. También aseguró que el 4.5 por ciento se establece como piso, ante los riesgos.
Por sectores, afirmó que en el 2020 hubo varias actividades productivas que cayeron, pero en el 2021 todas crecieron, y para el 2022 hay crecimiento también en todas.
Remarcó que para el sector industrial la tasa de crecimiento sería de 4.2 por ciento, muy dinámico, lo mismo que para otros sectores, como minas y canteras, construcción, suministro de electricidad y agua, comercio, actividades de alojamiento y comidas, “por lo que nuevamente se observa un 2022 bastante positivo en términos de crecimiento económico”.
Sobre los indicadores de corto plazo, destacó el índice de confianza en la actividad económica (Icae), que en diciembre se ubicó en 78.75 puntos, que no se había observado. Según Recinos, significa que los agentes económicos privados están percibiendo que la economía se estará comportando mejor para los próximos seis meses, al igual que el clima de negocios.
Juan José Porras, directivo de la CIG, destacó que Guatemala, el año pasado, logró un crecimiento económico alto y con una inflación baja. “Como país, seguimos pasando un momento importante para la reactivación económica. Para continuar con una economía dinámica, es indispensable que los sectores público y privado trabajemos para lograr condiciones de certeza y seguridad jurídica, como un factor indispensable para la generación de oportunidades en inversión y empleo”, precisó.
Reiteró que, en el 2022, Guatemala cuenta con un marco adecuado para generar la recuperación económica, por la gestión prudente de las finanzas públicas, lo cual se refleja en los bajos niveles de déficit fiscal y endeudamiento.
En todo caso, mencionó que se espera que en el inicio del año el país cuente con flujos importantes de inversión nacional y extranjera, para fortalecer la economía guatemalteca.
Buen año para el agro
En ese contexto, el sector agrícola mantendrá el dinamismo este año, impulsado por los altos precios, que representan una oportunidad en las exportaciones, aunque siguen las presiones inflacionarias y problemas logísticos.
Esta es una de las conclusiones de un estudio presentado por la firma Central American Business Intelligence (CA-BI) para la Cámara del Agro (Camagro), y el analista Ricardo Rodríguez dijo que el sector fue resiliente durante lo peor de la pandemia, no se contrajo y tuvo un impulso por los altos precios internacionales de algunos productos.
Añadió que el escenario para el sector es bastante positivo y se espera un cierre de 3.5 por ciento para el 2021 y de 3.2 por ciento para el 2022. Pero también planteó que hay algunos riesgos en el escenario mundial y una potencial caída de la demanda.
Productos como el aceite de palma, el café y el hule han mostrado precios altos. Por ejemplo, el aceite de palma registró durante 2021 y este año los precios más altos históricos al alcanzar alrededor de US$1,266 la tonelada. El hule se duplicó al pasar de US$106 a US$178; el café ha alcanzado hasta US$2.40 por libra, por coyunturas y efectos climáticos en Brasil. El azúcar se espera que siga estable en el 2022.
Rodríguez resaltó que, en los productos agrícolas de exportaciones, las legumbres y hortalizas han tenido incrementos sostenidos en los últimos años, así como otros de la industria alimentaria, liderados por las materias primas.
Y destacó que el banano tuvo un incremento de más de un millón de cajas de producción, el aceite de palma creció su producción en 17 por ciento, el hule aumentó más de 6 mil empleos y más de 17 por ciento su producción, y el café incrementó 35 por ciento sus exportaciones.
Los riesgos
Paulo de León, director ejecutivo de Cabi, se refirió al comportamiento de la inflación a escala mundial, el petróleo y las materias primas, que están al alza y mantienen esa tendencia. Los costos de producción han subido entre 28 y 30 por ciento.
Agregó que las presiones logísticas, ya han alcanzado el punto más alto, y se espera que comiencen a normalizarse, aunque no en el primer semestre del presente año.