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La importancia de valuar de forma adecuada su empresa y activos intangibles para venderlos o fusionarlos y evitar ajustes fiscales

Una valuación eficiente y oportuna de la empresa y de sus activos intangibles permiten hacer diferentes transacciones como fusiones, adquisiciones, ventas, emisión de acciones o decisiones estratégicas con menores riesgos o subvaluaciones.

personas analizando datos de empresas y marcas

Las valuaciones pueden analizar empresas o sus activos intangibles como marcas, patentes, derechos de autor y propiedad intelectual. (Foto, Prensa Libre: Freepik).

Si está interesado en adquirir o en vender una empresa, o un bien intangible como marca, patente, y otros, es necesario conocer la diferencia entre los tipos de valuaciones, y por qué son necesarias.

Para conocer más del tema, Prensa Libre consultó con expertos empresariales y tributarios, acerca de los diferentes tipos de valuación y cómo evitar riesgos.

Al respecto Jorge De la Rosa, socio director de Grupo Consultor EFE explicó la diferencia entre la valuación de una empresa y de un bien intangible.

La valuación de una empresa es el proceso de determinar su valor financiero, considerando factores como sus activos, ingresos, proyecciones de crecimiento y su posición en el mercado. Para esta se analiza su capacidad para generar ganancias, sus riesgos y oportunidades, así como el entorno económico en el que opera. Es clave para tomar decisiones sobre inversiones, fusiones o adquisiciones.

En tanto la valuación de activos intangibles se enfoca en medir el valor de elementos no físicos de una empresa, como marcas, patentes, derechos de autor y propiedad intelectual.

En estos casos se analiza su capacidad para generar ingresos futuros, su vida útil, el reconocimiento en el mercado y la protección legal que tienen.

“Estos activos son clave para entender el verdadero valor de una empresa, ya que pueden representar una parte significativa de su ventaja competitiva” agrega De la Rosa.

También existen dos tipos de valuación: la fiscal y la empresarial, y la importancia de cada una radica en su uso ya que la primera garantiza el cumplimiento de las obligaciones tributarias y la segunda facilita la toma de decisiones estratégicas en procesos de compra, venta o financiamiento.

En detalle

La fiscal se basa en que todas las premisas deben ser justificadas con comparables reales y se deben tomar en cuenta el impacto de los impuestos y las operaciones entre partes relacionadas, ya que esta valuación será revisada por las autoridades fiscales.

El objetivo de esta es cumplir con las normativas tributarias, asegurando que los valores reflejen de manera precisa la base imponible y eviten sanciones o ajustes fiscales.

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En el caso de la valuación financiera, el experto explica que hay más flexibilidad para ajustar ciertos parámetros dependiendo de la perspectiva del comprador o vendedor.

Se pueden utilizar estrategias financieras para maximizar o minimizar el valor según convenga, ya sea para obtener un precio más favorable o para atraer inversores, priorizando aspectos como proyecciones de crecimiento y riesgos, añade.

Beneficios y riesgos

De la Rosa también explica los beneficios y riesgos de hacer una valuación adecuada o no.

El que esta sea adecuada permite tomar decisiones informadas en compras, ventas o fusiones, identificar oportunidades de mejora, atraer inversionistas y asegurar el cumplimiento fiscal, evitando problemas legales, además proporciona una visión clara del valor real de la empresa.

En el caso contrario de no ser adecuada se corren riesgos como tomar decisiones erróneas en compras o ventas, pagar de más o recibir menos por una empresa, atraer inversores con información incorrecta o enfrentar problemas legales y sanciones por incumplimiento fiscal. Además, se puede perder la oportunidad de mejorar áreas clave de la empresa.

Tres opciones de valor

Por aparte, Juan Carlos Paredes, socio director de la firma PARSA-IAPA Paredes, Saravia & Asociados, S.C. explicó que no es los mismo vender todos los activos de la empresa en forma integral que negociar únicamente un activo intangible.

Para las empresas:

Por ello, recomienda que en la valuación de empresas se debe realizar una metodología de calificación de los activos en general y dar un valor en función de la capacidad de generar flujos de efectivo, en cuyo proceso se establece tres opciones de valor:

  • El valor que se establece por sus activos y pasivos conforme su balance a determinada fecha, determinando un valor de mercado o de reposición.
  • Otro método es el valor que representan sus activos más el valor en el mercado por su reputación y rentabilidad.
  • Y la tercera forma es por el método de flujos descontados conforme sus ingresos y un análisis de combinación entre valor contable y la rentabilidad.

Para activos intangibles:

  • En los activos intangibles, se debe considerar el tipo de activo, por ejemplo, si se trata de la valuación de una marca, una fórmula de producto, un crédito mercantil, entre otros, explica Paredes.
  • Su valor actual puede tener una expectativa importante en función de la reputación, prestigio y posicionamiento en los productos que representa, de esto se deduce que el precio se debe ponderar con indicadores internacionales de marcas similares o a través de los flujos que produce para obtener un valor actual de la venta.

El aspecto fiscal o impuestos

Para el factor fiscal, Felipe Mora, director de precios de transferencia en México en Grupo Consultor EFE, explica que, al elaborar una valuación fiscal, es importante considerar impuestos como el Impuesto sobre la Renta (ISR), el Impuesto al Valor Agregado (IVA), y en algunos casos, impuestos locales.

También se deben tener en cuenta aspectos como la depreciación y amortización de activos, las reglas de valuación para bienes tangibles e intangibles, la aplicación de regalías y transferencias de activos entre partes relacionadas, y las normativas específicas de cada jurisdicción para evitar sanciones o ajustes fiscales.

Para evitar riesgos es importante asegurar el cumplimiento en una valuación fiscal y evitar omisos, por lo que Mora recomienda trabajar con especialistas en valuación y asesores fiscales que comprendan las normativas vigentes.

Y coindice con lo dicho por Paredes de revisar a detalle los activos, aplicar correctamente las reglas de depreciación y amortización, y asegurarse de que todos los aspectos tributarios locales y nacionales se consideren.

Autoridades fortalecen fiscalización

Eduardo Núñez, Socio de Precios de Transferencia en Núñez Dubón y Asociados dijo que es importante entender la diferencia entre una valuación fiscal y una financiera “debido al creciente interés por parte de las autoridades fiscales en Centroamérica de asegurar que las transacciones de acciones e intangibles reflejen condiciones de mercado”, según la información proporcionada por la organización del Value Summit 2024

Núñez explicó que se prevé un incremento en la reglamentación y cuestionamientos por parte de las Autoridades en la región, subrayando la creciente importancia de contar con una correcta documentación de soporte.

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“La Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) de Guatemala ha intensificado su fiscalización sobre el uso y la valuación de los activos intangibles; como marcas, patentes y propiedad intelectual, lo que representa una amenaza directa para aquellos empresarios que no tengan un control eficiente sobre ellos. La falta de una adecuada gestión de estos activos está exponiendo a las empresas a sanciones y multas que pueden comprometer seriamente su viabilidad financiera”, agregó la organización.

Recomendaciones

Acerca de cómo maximizar el valor de la empresa y evitar riesgos fiscales, Mora explica que “es clave mejorar su rentabilidad, optimizar la eficiencia operativa, y fortalecer sus activos intangibles como marcas o patentes”.

También mantener una contabilidad clara y cumplir con las normativas fiscales vigentes. Y, con los asesores financieros y fiscales se puede planificar estrategias de crecimiento mientras se minimizan riesgos tributarios, e insiste que se debe asegurar que todas las operaciones y valuaciones cumplan con las leyes para evitar sanciones o ajustes fiscales.

Respecto a los impuestos, detalla por ejemplo si se trata de la venta de los derechos de los activos intangibles se debe cumplir con el IVA, además que se es sujeto a ISR por la ganancia a capital por ser la venta de un activo que no es del giro habitual de la empresa que lo vende.

Los impuestos deben ser reconocidos en la fecha de la negociación con la factura correspondiente. El IVA se debe pagar en el mes siguiente y el ISR en los 10 días del mes siguiente a la operación.

De no cumplir con los impuestos se tiene una contingencia del 100%, más moras e intereses resarcitorios, añadió Paredes.

En cifras

Según datos del estudio National State of Owner Readiness Report, citado por la organización del Value Summit 2024, más del 75% de los dueños de negocios en Estados Unidos experimentan arrepentimiento después de vender sus empresas.

Entre las principales causas mencionan haber recibido menos de lo que realmente valía su negocio, además de eso en ocasiones hay ajustes fiscales y sanciones económicas por la incorrecta gestión de sus activos intangibles, se añade.



Otro dato que se cita es que el 69% de los dueños de negocio consideran la venta de su empresa como una de sus prioridades a futuro, pero solo 15% ha llevado a cabo una valuación formal.

Los expertos de Grupo Consultor EFE, refieren que, aunque no existe mucha información o estudios en Guatemala, se puede mencionar que en Latinoamérica en general, el sentimiento de los dueños de negocios durante o después de una transacción de fusiones y adquisiciones, varía según varios factores:

Los vendedores buscan maximizar el valor de su salida y pueden sentirse optimistas si reciben múltiples ofertas o si su empresa está en un sector de alta demanda.  Sin embargo, si las condiciones del mercado son desfavorables o perciben que su negocio está subvaluado, pueden sentirse ansiosos o insatisfechos.

Por su parte, los compradores se enfocan en obtener un precio justo y en que la adquisición se alinee con sus objetivos estratégicos, lo que puede generar presión, especialmente en negociaciones competitivas.

Después de la venta, los vendedores pueden sentir alivio o arrepentimiento, dependiendo de si la transacción cumplió sus expectativas, mientras que los compradores pueden ser optimistas sobre las oportunidades de crecimiento, pero enfrentarse a retos en la integración de la empresa adquirida.

Fuentes: Jorge De la Rosa, socio director, y Felipe Mora, director de precios de transferencia en México ambos de Grupo Consultor EFE; Juan Carlos Paredes, socio director de la firma PARSA-IAPA Paredes, Saravia & Asociados, S.C.; y organización de Value Summit 2024.

ESCRITO POR:

Rosa María Bolaños

Periodista de Prensa Libre especializada en medios escritos y radiales en temas de energía eléctrica, empleo, impuestos, empresas y negocios con más de 20 años de experiencia.