En diversos tuits emitidos el domingo por la mañana, Trump se comprometió a aplicar un impuesto del 35% a los productos vendidos en Estados Unidos por cualquier empresa que despidió a trabajadores estadounidenses y construyó una fábrica o planta en otro país.
Las promesas de campaña de Trump incluyeron ayuda a los trabajadores estadounidenses así como reducciones de impuestos y flexibilización de normativas a las empresas.
- Trump tuiteó que “pronto habrá un impuesto de 35% para estas empresas que quieren vender sus productos, autos, unidades de aire acondicionado, etc. a través de la frontera”.
Dijo que las empresas deben estar “advertidas de antemano antes de que cometan un error muy caro”.
Gary Hufbauer, miembro prominente del Instituto Peterson para la Economía Internacional, dijo que el magnate podría afrontar un fuerte desafío en tribunales si intenta imponer aranceles a compañías específicas sin aprobación del Congreso.
Hufbauer también puso en duda que Trump pudiera identificar a un grupo de compañías estadounidenses —las que han trasladado empleos al exterior y exportan sus productos a Estados Unidos— para aplicarles los aranceles especiales. “Soy escéptico”, afirmó el especialista, quien auguró que los tribunales podrían bloquear una medida de ese tipo.
- El economista de la Universidad de Michigan, Juistin Wolfers, ve otro problema en el plan de Trump: los aranceles que propone sólo afectarían a las compañías estadounidenses que construyan plantas en el exterior. La medida no se aplicaría a las firmas extranjeras que exportan a Estados Unidos.
“Los aranceles son una cosa”, dijo Wolfers en un tuit. “Los aranceles adversos a las compañías estadounidenses son otra situación en conjunto”.
Trump hizo sus declaraciones tres días después de que anunciara que el fabricante de artículos para el hogar Carrier había aceptado revertir su decisión de trasladar 800 puestos de trabajo desde una fábrica en Indiana a México.
Durante su campaña, el multimillonario amenazó de manera reiterada con imponer aranceles —de 35% a las importaciones mexicanas y de 45% a las chinas— y castigar a los países que incurran en prácticas desleales de comercio. Los aranceles permiten a las compañías locales tener una ventaja en precios porque encarecen los productos de sus competidores extranjeros.