Por ello, una JD profesional debe entender su aporte al resultado de la empresa y facilitar la perspectiva integral de la misma, incluyendo la visión de los intereses diversos, y algunas veces divergentes, que se presentan.
La JD debe ser la principal instancia de comunicación, discusión y toma de decisiones importantes para la empresa. Por lo tanto, la JD es el corazón y el cerebro del gobierno corporativo.
El resto de las áreas de conocimiento, tales como finanzas, mercadotecnia, operaciones, tecnología, gestión del talento o ventas, proporcionan herramientas funcionales muy útiles para analizar la realidad del negocio, pero su visión de la empresa es necesariamente parcial.
En un mundo cada vez más globalizado e interconectado, lo que se requiere no es acumular información especializada, sino ser capaces de sintetizarla e integrarla correctamente. Y esa es la tarea clave del primer ejecutivo —gerente general, director ejecutivo, CEO, etc.— para trabajar con la JD, pues es el responsable de proveer a los directores de la información en la cantidad y calidad precisa para que ese órgano colegiado ejerza su rol eficazmente.
En mi experiencia trabajando con empresas familiares he observado que una JD profesional aporta las siguientes ventajas: a) limita las interferencias de los diferentes accionistas y/o de las ramas familiares —cuándo la JD tiene miembros independientes—, b) proporciona disciplina directiva, c) el contraste de opiniones ayuda a la toma de decisiones de forma más objetiva y ágil, d) promueve el mejoramiento continuo del primer ejecutivo, e) fuerza a rendir cuentas y explicar desviaciones, f) aporta riqueza al debate y estos son menos emocionales, g) facilita el control de la compañía y h) arbitra, dirime y objetiva la relación entre ejecutivos, directores, accionistas y familiares.
La JD ha experimentado una importante evolución, al pasar de ser considerada como un órgano casi exclusivamente de control de la alta gerencia y de supervisión de ciertas materias concretas, a un órgano clave para la definición de la orientación y ejecución estratégica, y del apoyo en el análisis y solución de problemas en empresas familiares.
Un objetivo relevante desde el gobierno corporativo debe ser constituir una JD con una clara separación de la función directiva y de la función ejecutiva.
Asimismo, es esencial que sus miembros cuenten con los perfiles adecuados para aportar valor, lo que permitirá generar discusión y debate y se podrán revisar en profundidad los temas clave desde la libre expresión de distintas opiniones fundamentadas. Entonces, ¿la JD de tu empresa familiar es profesional?
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