Economía

Istmo clama por asistencia

Retraso en las siembras, reducción de la superficie labrada y pérdidas de cultivos de un 60% de maíz y 80% en frijol en los países centroamericanos fueron las secuelas que dejó la sequía asociada al fenómeno de El Niño, según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Estas cifras fueron motivo de una reunión extraordinaria de ministros del Consejo Agropecuario Centroamericano (CAC), donde uno de los acuerdos fue que en un plazo de dos meses sea formulada la propuesta que atienda las demandas de la agricultura de la región afectada por dicho fenómeno.

Los acuerdos serán presentados ante la Junta Interamericana de Agricultura, en la que participan los ministros de Latinoamérica.

Sebastián Marcucci, ministro de Agricultura, Ganadería y Alimentación (Maga), informó que el acuerdo incluye solicitar gestión de recursos hídricos, riego e investigación, “como instrumentos para mejorar la adaptación y la variabilidad climática”.

continúa entrega de alimentos

Según Abelardo Villafuerte, delegado departamental de la Secretaría de Seguridad Alimentaria y Nutricional (Sesan) en Chiquimula, las entregas se iniciaron desde el 28 de septiembre en distintos municipios de ese departamento.

Los primeros en recibir los alimentos fueron los vecinos de Camotán, donde se benefició a 3 mil 583 hogares; asimismo, en Concepción Las Minas, donde se entregaron 1 mil 133 raciones, y durante esta semana continuarán en San José La Arada, Quezaltepeque y San Jacinto. Además de estos lugares, también se brindó asistencia en Gualán y Zacapa, donde las familias apoyadas suman 3 mil 855.

Villafuerte agregó que estas entregas continuarán durante la primera quincena de octubre, cubriendo Chiquimula, Olopa, San Juan La Ermita e Ipala, para sumar 29 mil 171 en todo Chiquimula.

La inversión total para llevar a cabo la asistencia proyectada a 110 mil familias asciende a Q86.5 millones.

Agregó que el objetivo del pacto es solicitar fondos a organismos internacionales, como Banco Mundial (BM), Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) y Programa Mundial de Alimentos (PMA), “para poder apoyar a los países de la región en temas específicos de riego, extensión territorial y mejoramiento de semillas”, mencionó Marcucci.

Representantes del PMA y del BM en Guatemala aseguraron que hasta el momento no han recibido ninguna solicitud formal. Sin embargo, el Consejo estableció dos meses para poder realizar la gestión.

Orestes Ortez, presidente temporal del CAC y ministro de Agricultura de El Salvador, comentó que el déficit de lluvias afecta especialmente al llamado “corredor seco” centroamericano, un enorme territorio semiárido que abarca las costas del Pacífico de Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá.

El funcionario centroamericano descartó declarar una emergencia en Centroamérica, “porque si bien es cierto que las pérdidas tienen magnitud, los países tienen otras regiones que permiten transición o cosechas en otra estación que están compensando en gran medida”, puntualizó el ministro salvadoreño de Agricultura.

Autoridades de Nicaragua indicaron que el BCIE dispuso una asistencia de US$250 mil para cada país.

Impacto en la región

Diego Arias, economista experto en temas agrícolas del BM, indicó que más de un millón de hogares en Centroamérica, la mayoría de los corredores secos, que abarcan el 30% de la superficie de la región, vive de la agricultura de subsistencia.

Honduras reportó 968 mil personas afectadas y cultivos dañados de maíz y frijol, El Salvador contabilizó más de 100 mil productores afectados, en Nicaragua se sufre de escasez de agua y cultivos básicos y en Costa Rica se informó de la muerte de ganado y pérdidas de US$250 millones en exportaciones agrícolas este año.

En Guatemala, 175 mil 387 familias reportaron pérdidas parciales o totales, principalmente de maíz, unos 1.8 millones de quintales, 4.5% de la producción nacional, según el Maga.

ESCRITO POR:

Natiana Gándara

Editora de Economía en Prensa Libre, con más de 15 años de experiencia en medios radiales, televisivos, impresos y digitales.