¿Cómo surge la fundación y la idea de promover la innovación en Latinoamérica?
La idea de crear la fundación Israel Latin-American Network (ILAN) se inspiró en la visión del expresidente de Israel y Premio Nobel de la Paz, Shimón Peres, quien fue un buen amigo. Cuando era presidente del Estado de Israel me compartió esta visión: a través de la innovación podemos mejorar la vida de las personas.
Peres decía que Israel fue un país bendecido con la nada y gracias a eso tuvieron que desarrollar su capacidad de innovar para poder convertirse en el país que es hoy: en los últimos 30 años quintuplicó su Producto Interno Bruto (PIB) al pasar de US$110 mil millones a más de US$500 mil millones; un PIB per cápita de US$14 mil a más de US$50 mil.
Más allá del crecimiento económico, ¿cómo se traduce eso en la vida de las personas?
Más allá de una fortaleza económica, diría que lo que ha logrado Israel es que además ser un país que no tiene desempleo, está lleno de oportunidades, con una sociedad positiva, vibrante y que, de acuerdo con el último estudio que hizo las Naciones Unidas, es el país número nueve en el índice de felicidad del mundo.
Lo que quiere decir eso es que los beneficios de la innovación son enormes, o sea, no permite nada más un crecimiento como país, sino el de la persona, da trabajo y, lo más importante, da felicidad, futuro y esperanza.
¿Esa filosofía se puede aplicar a los países latinoamericanos?
Yo soy mexicano, pero toda mi vida la he desarrollado en América Latina. Yo veo a toda Latinoamérica como región, con gente y cultura; con un potencial increíble y, realmente estoy convencido de que, llevando a cabo esta visión de impulsar la innovación en esta parte del mundo, nos va a convertir en una región mucho más desarrollada y mucho más feliz; con un futuro y una mejor esperanza para las futuras generaciones. De ahí que, en ILAN, nuestra misión es impulsar la innovación vinculada con Israel.
Ahora que se establecen en Guatemala, ¿cuál será el trabajo para impulsar la innovación, siguiendo su visión?
Estamos lanzando ILAN en Guatemala para mejorar la vida de los guatemaltecos. Esa es nuestra misión, ¿y cómo lo vamos a hacer? En Israel hay algo que ha permitido el éxito de la innovación y es el llamado “triángulo sagrado de la innovación”. Se logra a partir de una voluntad de tres grupos de la sociedad: los empresarios innovadores, la academia y el gobierno.
También se dice en Israel que uno más uno es igual a 11 y más uno, son 111. Esa realidad resulta cuando sumas las voluntades de estos tres grupos, dejan de trabajar de manera individual y, en cambio, lo hacen colectivamente por un mismo fin, que es promover la innovación para mejorar la vida en las personas.
¿Cuáles serán los campos de acción?
Hemos establecido ciertas verticales desde las cuales trabajamos para promover la innovación. La primera es llevar delegaciones de académicos, funcionarios de gobierno y empresarios a Israel. No vamos a comprar nada, sino a ver y a aprender.
Albert Einstein decía que la mente que se expande con una nueva idea jamás regresa a su tamaño original y a eso vamos: a expandir nuestras mentes para encontrar ideas. La experiencia de las delegaciones mexicanas es que al volver, trabajaron en sus propias innovaciones de acuerdo con sus recursos, usos y costumbres.
Luego vimos que era bueno eso de las delegaciones para impulsar y expandir la mente, pero ¿qué hay de los innovadores que ya tenemos hoy en todos los países de América Latina? Aquí hay muchos, pero desafortunadamente nunca los hemos reconocido.
Entonces, hace tres años lanzamos el premio a la innovación Shimón Peres, que busca promover las innovaciones que cumplan tres características: que no hayan sido desarrolladas; que los proyectos se hayan llevado a cabo; y que hayan tenido un impacto social. El premio no solo permite ver que se han hecho grandes cosas locales, sino que también sirve de inspiración.
¿Cómo ha sido el acercamiento con los tres pilares de ese triángulo en Guatemala?
Hemos tenido reuniones con un grupo importante de guatemaltecos de diferentes sectores, tanto en el sector empresarial como en el académico y, también, vamos a trabajar de la mano, tanto con la embajada de Israel, como con el sector público.
¿Las mismas verticales de México u otros países se pueden aplicar a Guatemala?
En principio sí. Sin embargo, parte de ser innovador es ser siempre flexibles y tener la mente abierta. Seguro que de ILAN Guatemala saldrán nuevas iniciativas que compartiremos con los demás países de América Latina.
¿Qué respuestas se esperan de Guatemala?
Yo no creo que haya ningún latinoamericano que amanezca queriendo hacerle daño a su país. Yo creo que todos queremos lo mejor. Desafortunadamente, muchas veces no tenemos el conocimiento, ni las herramientas, tampoco la actitud o la aptitud, pero este tipo de cosas se cambian, innovando.