“Continúo sin estar convencido de las ventajas de los cultivos genéticamente modificados y considero prudente prohibirlos” , afirmó el ministro de Medio Ambiente norirlandés, Mark Durkan.
En el Reino Unido no existen plantaciones comerciales de OGM, si bien se importan diversos productos que los utilizan, como soja, cuyo principal uso son los piensos animales.
“El modo como se utilizan los terrenos aquí y el tamaño relativamente pequeño de muchas instalaciones agrícolas hace que existan potenciales dificultades si quisiéramos mantener separados los cultivos modificados y no modificados” , subrayó Durkan.
Para el responsable norirlandés de Medio Ambiente, los costes de esa eventual separación serían “significativos” y convertirían ese procedimiento en “poco práctico” .
“Además, estamos muy orgullosos de nuestro entorno natural y nuestra rica biodiversidad. Internacionalmente, se nos percibe con una imagen limpia y verde. Estoy preocupado de que, si cultivamos organismos modificados, que son controvertidos, podríamos dañar nuestra imagen” , añadió el ministro.
En Inglaterra, el ministerio de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales ha subrayado que solo permitirá la plantación de transgénicos si “una asesoría de riesgos robusta indica que es seguro para las personas y el medio ambiente” .
Gales, por su parte, mantiene lo que describe como una “aproximación restrictiva y cautelosa acerca del cultivo de organismos modificados genéticamente” .