Así, los empresarios transmiten beneficios a la sociedad, generando empleo y riqueza, y ofreciendo a numerosas personas bienes y servicios que quieren y/o necesitan.
Un tema de orgullo para los chapines es nuestra capacidad de innovación. Somos creativos y aventados. La innovación es la manera natural de regenerar cualquier empresa, o crear una nueva. La innovación sistematizada es un factor clave en el éxito de la empresa en el largo plazo.
No obstante, las empresas familiares tienen algunos desafíos en materia de innovación. El primero es entender que “innovar” no significa renunciar a los valores y tradiciones de la empresa, sino más bien busca mantener o mejorar el nivel competitivo de esta.
Por tal razón, es necesario invertir en la formación necesaria a las nuevas generaciones, apostar por el mantenimiento del espíritu emprendedor y que los accionistas se convenzan de que la innovación, como proceso adecuadamente implementado, reporta resultados positivos.
En este contexto, la empresa familiar se enfrenta a las nuevas tecnologías digitales y de información, lo que implica entenderlas y saber identificar y aprovechar las oportunidades que ofrece este mundo, ya que se ha convertido en un factor decisivo para entender a los clientes, y crecer.
Este salto al ámbito tecnológico supone la aparición de nuevas competencias y enfoques del modelo de negocios.
La transformación inicia con los accionistas. Los artífices del cambio deben ser, indiscutiblemente, los dueños del negocio.
Es desde los órganos de gobierno de la empresa donde se debe impulsar una estrategia que asegure la transformación. Pero el cambio no se produce de un día para otro.
En él intervienen muchas variables. Es prácticamente imposible que un proceso de innovación y sus efectos lleguen al conjunto de la organización sin que exista una actuación decidida por parte de los socios y de la familia empresaria, dentro de un proceso bien planificado.
De lo contrario, aunque directores y gerentes tengan la buena intención de innovar, se corre el riesgo de fracasar en el proceso, pues en ocasiones algunos miembros de las empresas familiares creen que no necesitan planificación y objetivos bien definidos y alineados a lo largo y ancho de la organización.
Entonces, ¿de qué forma su empresa familiar está innovando?