De acuerdo con información de la Agencia AFP, el sindicato de trabajadores automotrices advirtió que podrían ampliar la huelga automotriz, que está en curso desde el viernes 15 de septiembre, si las grandes compañías no presentan mejores propuestas. Los trabajadores, que piden el mismo 40% de aumento salarial otorgado a los directivos de los fabricantes, argumentan que las ganancias de las grandes empresas han aumentado a un ritmo que no se compara con los incrementos en sus salarios, además de mejoras en los planes de retiro.
La huelga involucra a las plantas de las marcas Ford, GM y Stellantis.
Economía sensible
Ante este contexto, Ricardo Rodríguez, analista económico senior de Central American Business Intelligence (CABI), opina que estas huelgas y lo demás que está sucediendo en Estados Unidos (EE. UU.), pone a este país en un panorama muy sensible. Particularmente porque EE. UU. no está pasando por el mejor momento de bonanza económica y cualquier disrupción podría afectar, especial con una industria considerable para la economía norteamericana.
Más allá de la huelga como tal, lo que preocupa a Rodríguez, con respecto a los intereses de Guatemala y la dependencia que se tiene como país en exportaciones, remesas, entre otros, es que la huelga se viene a sumar a las debilidades estructurales de la economía de EE. UU. y una potencial recesión.
Baja en exportaciones
En tanto, Hugo Maul, director de investigación económica del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN), analizó que en términos generales las exportaciones de Guatemala hacia Estados Unidos, están teniendo un panorama complicado por dos fenómenos que se juntan:
- El precio de los alimentos que habían subido en los últimos dos años se han reducido y junto con esto, el valor de las exportaciones de origen agrícola del país, lo que están resintiendo varios sectores.
- Los consumidores norteamericanos están reduciendo su consumo de cierto tipo de bienes, por ejemplo vestuario y textil, que no solo tiene un efecto de precios más bajos, sino menos venta.
“Las exportaciones de Guatemala hacia EE. UU. están registrando una baja innegable y es producto de lo que está sucediendo en ese país”, añadió Maul, quien dentro de lo negativo ve algo positivo y se trata que los efectos que se esperaban a principio de año con “el fantasma de una recesión”, no se han manifestado con todo el rigor que se percibía y aunque el desempeño no ha sido como el de los últimos años, la situación no es tan grave como se veía al inicio de este 2023.
¿Qué pasa con las remesas?
En cuanto a las remesas, de acuerdo con el economista, siguen creciendo, más lento en comparación con los últimos dos años, producto de lo mismo que le pasa a la economía estadounidense, sin embargo se reportan tasas positivas importantes.
El análisis apunta que, de pronto lo que pasa en EE. UU. no está detenido el crecimiento en las remesas, lo que también tiene explicación en que la migración continua, “aunque la situación no esté tan buena cada vez hay más gente migrando”, indicó.
“Exportaciones sí se ven afectadas, remesas por de pronto no”, puntualizó.
Para julio de este 2023, la cifra del ingreso de este tipo de divisas al país se sitúa en US$11 mil 300 millones, lo que supone hasta el momento, un crecimiento del 12% en comparación con el mismo período del año pasado, y es que Guatemala es uno de los principales receptores de remesas provenientes de Estados Unidos en la región centroamericana.
“En todo caso habría que analizar qué va a pasar el próximo año y lo que se puede visualizar es que los números superarán lo que el Banco de Guatemala (Banguat) pronostica en términos de crecimiento, hacia arriba”, explicó enfatizando que un elemento que se suma junto a la caída de las exportaciones del lado guatemalteco, es la caída en el valor de las importaciones.
“Al caer las importaciones también, tiene un efecto negativo sobre la recaudación tributaria porque las dos variables se estarían moviendo hacia abajo”, indicó.
De acuerdo con el Banco de Guatemala (Banguat), a julio de 2023, las exportaciones presentan una variación negativa de -8.8% en comparación con los datos de 2022. Mientras que las importaciones, también tienen una variación de -7.23%.
EE. UU. no está en su mejor momento económico
Paulo de León, director de Inteligencia Económica y Financiera en Central American Business Intelligence (CABI), indicó que ahora mismo, la huelga de los fabricantes de carros ya está golpeando la producción en Estados Unidos (EE. UU.), por lo que el Producto Interno Bruto o PIB de EE. UU. inevitablemente va a bajar, igual que las exportaciones, lo que significa menos carros e impacto en el precio y una caída en la economía.
A mediano y largo plazo, De León analizó que dependen de las negociaciones, “pero que todo pinta a que va a haber un aumento en el costo de producción de vehículos y por lo tanto el precio a mediano plazo va a subir”.
“Esto se suma a que están subiendo todos los commodities porque estamos en presencia de una segunda ola de inflación, más que todo los commodities energéticos y en menor medida los industriales”, comentó el analista, quien agregó que todo hace pensar que esto será un fenómeno inflacionario y que será trasladado al consumidor final, empeorando si la duración de la huelga se alarga.
“Estamos en proceso de la revolución de robótica, automatización e Inteligencia Artificial y lo que podría impulsar para mantener la competitividad y los costos bajos es una robotización de todo, que al final terminará golpeando la demanda humana de trabajo, suplantando a los seres humanos con robots, que ya está pasando en temas tecnológicos”, añadió enfatizando que aún es temprano para ver las conclusiones, que dependerán de cómo fluya la situación.
Por su parte, Ricardo Rodríguez, analista económico senior de CABI comentó que lo que podría pasar es que se desmantele la industria local, trasladándose por ejemplo, al vecino México que tiene una industria automotriz desarrollada y conectada a EE. UU.
“De hecho Tesla planea abrir una planta en México, que no nos extrañe ver movimiento similares en este caso”, concluyó.
Guatemala aún no tiene información oficial
Jean Pierre Devaux, director ejecutivo de la Asociación de Importadores y Distribuidores de Vehículos Automotores (AIDVA), aseguró que de momento ningún asociado ha reportado algún problema con la distribución e inventario y que las fábricas no les han notificado que vaya a haber algún inconveniente.
“Muchos de nuestros socios refieren que es un tema de sindicato con jefes y que seguramente van a llegar a un buen arreglo, que no va a afectar la logística de la operación, por lo menos no para Guatemala”, expresó comentando que lo que tienen de momento no son informes de fábricas, sino lo que ha salido en los medios nacionales e internacionales.
Devaux afianzó que no hay un análisis o estudio que refiera que vaya a impactar a Guatemala directamente, “entiendo que hay unas marcas muy directas que podrían salir afectadas, pero por el momento no se han manifestado”.
El entrevistado trajo a colación que ahora, la globalización, permite tener fábricas en muchos lugares y la distribución puede venir no precisamente del país norteamericano.