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Pero conforme se normalicen las actividades productivas en el país, estarán aumentando las importaciones y el consumo de estas en el mercado local, lo cual empezó a percibirse desde julio y agosto últimos.
El diésel y la gasolina son los principales productos que se importan, y este año han mostrado una baja en el precio. La caída promedio por galón es de Q4, respecto del año pasado.
Los especialistas consultados explican que hay dos efectos puntuales en el ahorro de la factura: el precio del barril de petróleo y el volumen de las importaciones.
Beneficio
Sergio Recinos, presidente del Banco de Guatemala (Banguat), explicó que este comportamiento representa un beneficio para los consumidores, ya que significa que el dinero lo pueden destinar para la adquisición de otros bienes.
La propagación del covid-19 y la expectativa de un excedente significativo en la oferta mundial del petróleo presionaron a la baja en el precio internacional del crudo.
Recinos confirmó que el precio del petróleo registró una baja del 35% en lo que va del año, lo cual es positivo para el país, para Centroamérica y el Caribe, por ser importadores netos, pero afecta a los productores en el intercambio.
“Esto significa un ahorro, hasta el momento, de unos US$900 millones en la factura petrolera y la posibilidad de que las personas y las empresas puedan orientar esos recursos a la demanda de otros bienes y servicios”, comentó Recinos.
Las expectativas se mantienen estables y para diciembre se proyecta un rango de US$40 el barril, y, en promedio, la materia prima se cotiza en US$38.75.
Para 2021, las estimaciones apuntan a US$50 el barril, lo que implicaría un aumento de US$10, según los análisis, e impactaría a las economías que importan el combustible.
¿A qué se destina?
Aunque no hay un monto exacto, las autoridades monetarias como el Instituto Nacional de Estadística (INE) aseguran que hay, por lo menos, cuatro rubros de consumo que los guatemaltecos han destinado a ese ahorro.
Abel Cruz Calderón, gerente del INE, explicó que las personas se vieron obligadas a quedarse en casa y con ello disminuyó la demanda de combustible.
Esos recursos se destinaron a la compra de alimentos, dijo el funcionario.
“El dinero que se destinaba para el pago del servicio de bus para los hijos o bien para transportarse hacia la universidad se demandó más consumo de alimentos”, aseguró.
La canasta básica de alimentos (CBA) está compuesta por 34 productos y en septiembre el costo fue de Q3 mil 612. Registró una baja de Q17.13 respecto de agosto.
Más velocidad
El segundo rubro, según el INE, es el de telecomunicaciones y la demanda de estos servicios, aumento impulsado por el teletrabajo.
Según Cruz Calderón, en muchos hogares se preocuparon por contar con más banda ancha —mayor velocidad —, cuando antes tenían un mínimo.
“Ahora resultó que hubo más demanda de velocidad —de internet— porque los hijos y los estudiantes universitarios están recibiendo clases en la casa. Aunque ya no se está en estado de Calamidad, se sigue promoviendo el teletrabajo, que exige más velocidad en la casa”, puntualizó.
Medicinas e higiene
El gerente del INE señaló que también observaron que parte del dinero del ahorro en los combustibles también se está destinando a la compra de medicamentos.
“Las personas no tenían la costumbre de contar con un botiquín más robusto, ahora cuentan con antivirales, antigripales y otros productos, por la pandemia”, subrayó.
Si algunas personas no tenían seguro médico, ahora tomaron la decisión de adquirir uno o ampliar la cobertura, indicó.
También se observa un alto consumo de productos de higiene personal y para el hogar.
“Considero que el ahorro de los combustibles se ha destinado para estos cuatro segmentos”, reiteró el gerente del INE.
Análisis: Consumo y recuperación
Enrique Meléndez, director ejecutivo de la Asociación Guatemalteca de Expendedores de Gasolina (Ageg), confirmó que este año se presentó una caída en el volumen de importación de los derivados del petróleo, así como una contracción en los precios.
De enero a agosto de este año, según el directivo, la caída del consumo es de 23% —acumulado—. Por producto, el diésel presenta una caída de -32%, y se explica por la restricción en la movilidad del transporte urbano y extraurbano.
La caída en la gasolina superior es de -17% y en la regular, de -11%.
El directivo expresó , que así se mantendrá la tendencia para el cierre del año, mientras no haya una nueva recaída; es decir, si no se adoptan nuevas medidas de restricciones para evitar los contagios en una segunda ola.
Por otro lado, si se dan las condiciones y debido a las fiestas de fin de año podría haber una recuperación del consumo del 5%, que estaría en sintonía con lo observado ante la reapertura económica.
De julio a agosto últimos, el indicador mostró una recuperación en el consumo del 11%. Meléndez añadió que el precio promedio en 2019 para el diésel fue de Q21.05, y hasta agosto, de Q17; la superior, de Q25 promedio a Q21.10; y la regular, de Q23 a Q17, que equivale a unos Q4.