En su discurso, Hernández indicó que la obra, que comenzará en junio, es “uno de los grandes ejes del gran centro logístico que Honduras construirá en su territorio”.
Añadió que el centro logístico incluye la construcción de una autopista de cuatro carriles de 391 km que unirá al Atlántico con el Pacífico, entre otras vías que conectarán con Nicaragua, El Salvador y Guatemala, así como mejoras en los puertos en ambos océanos y en otros aeropuertos.
La licitación de Palmerola fue asignada el pasado 22 de diciembre a la empresa Emco, formada por la hondureña Alianza Público-Privada y Munich-Franz Joset Strauss, operadora del aeropuerto de Munich, Alemania.
Las obras, que estarán finalizadas en unos 18 meses a partir de junio próximo, están valoradas en US$163 millones de dólares y consisten en mejoras en la pista de cerca de 2 mil 500 metros de longitud, la construcción de una terminal para pasajeros de 11 mil 500 metros cuadrados y una terminal de carga de 1 mil 500 metros cuadrados, entre otras.
Emco, que operará el aeropuerto en concesión por 30 años, aportará aportará US$87 millones al financiamiento del proyecto, mientras que España financiará US$53 millones mediante reconversión de deuda bilateral y los restantes US$23 millones los aportará directamente el gobierno hondureño.
La base de Palmerola fue construida por Washington entre 1984 y 1985 como un componente de su estrategia de combate a los movimientos revolucionarios en Centroamérica, en el marco de la guerra fría.
Actualmente, la base alberga a unos 500 soldados estadounidenses integrantes de la Fuerza de Tarea Conjunta Bravo, quienes se rotan por meses, así como a la Academia de Aviación Enrique Soto Cano de la Fuerza Aérea Hondureña (FAH).
Palmerola reemplazará al aeropuerto Toncontín de Tegucigalpa, catalogado como uno de los más peligrosos del mundo, por estar rodeado de montañas y lo corto de la pista que se extiende en medio de una densa población capitalina.