Esta consiste en que los precios de todos los bienes y servicios aumentan cada vez con mayor frecuencia. Primero se observa durante meses, luego por semanas, días y hasta horas, según la tesis La Política Monetaria y sus efectos sobre el salario mínimo de los trabajadores en Guatemala.
Según el economista estadounidense Phillip D. Cagan, la hiperinflación inicia cuando en un mes, el aumento de precios supera el 50% y termina en el mes anterior en que dicho aumento cae por debajo de esa tasa, para permanecer así durante al menos un año. “De modo que, mientras la inflación se anuncia cada año, para la hiperinflación se toman en cuenta periodos más cortos, principalmente mensuales, ya que es consecuencia de círculos viciosos casi interminables.
En el último siglo, varios países han vivido esta situación, como Alemania entre 1921 y 1923; México entre 1972 y 1987; Perú, en las décadas de los 80 y 90; Argentina entre 1989 y 1990; y Venezuela, de 2015 a la actualidad.
¿Amenaza para Guatemala?
Aunque se reconoce que existen los problemas mencionados a nivel global, las autoridades descartan que se presente una hiperinflación en el país (la única vez que ocurrió fue en 1990) y, por el contrario, aseguran que el nivel general de precios se mantendrá bajo control, aunque el riesgo siempre es latente.
El pasado viernes 5 de noviembre, el banco central actualizó el índice de confianza a la actividad económica (Icae) y los resultados señalan que la expectativa del ritmo inflacionario para finales del 2021 es de 4.39%, y para diciembre del 2022, 4.38%. Es decir, dentro de la meta planteada en la política monetaria, cambiaria y crediticia que la sitúa en un rango de 3 a 5%.
Lea también: Guatemala ha recorrido un tortuoso camino para contar con una Marca País (este es el recorrido de seis años)
Pero la posibilidad de un descontrol de precios en la economía a raíz de la situación internacional fue una de las preguntas planteadas por los diputados de la Comisión de Finanzas del Congreso, al presidente del Banco de Guatemala, Sergio Recinos, el pasado 30 de octubre cuando se presentaron los escenarios 2022.
Él explicó que en 2020 y a raíz de la pandemia, el costo promedio de un contenedor pasó de US$2 mil a US$2 mil 400 y en 20221 se disparó hasta US$10 mil por contenedor, lo que se explica por razones de demanda y oferta.
En la demanda, porque el comercio mundial aumentó fuertemente y los incrementos observados no se habían visto desde el 2012, por lo que se necesitan más contenedores y los fabricantes no han respondido con una velocidad adecuada para este requerimiento extraordinario.
El otro tema es que los puertos y aeropuertos han trabajado a menor capacidad y con menos personal, lo que provoca que los tiempos de espera en esos recintos sea mucho mayor, de manera que en muchos de los puertos más importantes, hay demasiado tráfico y la espera hasta se triplica y eso encarece el servicio.
Otros motivos son el crecimiento económico mundial derivado en parte de los estímulos fiscales y monetarios que se autorizaron en Estados Unidos y Europa, lo que aumenta la demanda de bienes y servicios.
Por el lado de la oferta, hay “cuellos de botella” en la producción, debido a que se han observado limites impuestos al transporte aéreo y marítimo para priorizar bienes esenciales, lo que también ha tenido impacto en los precios.
“Estos son los factores que explican el fenómeno mundial que, al final, tendrá una repercusión en el aumento de precios de algunos productos. Además, el 70% del comercio mundial se paga con dólares y eso quiere decir que Estados Unidos se puede dar el lujo de emitir mucha monedas sin que haya un efecto directo sobre la inflación, como puede ocurrir en una economía emergente o en desarrollo”.
Aclaró que hay hipótesis, discusiones y debates sobre que este exceso de oferta monetaria esté repercutiendo en algunos bienes y servicios a nivel mundial y más temprano que tarde, se podría trasladar a economías como la de Guatemala, por lo que persiste un riesgo latente.
Sobre el costo de petróleo, mencionó que desde el 1 de enero se han observado incrementos sistemáticamente y ha habido fluctuaciones, pero en octubre el aumento fue sostenido y llegó hasta US$84 por barril, O sea que el incremento respecto al 31 de diciembre del 2020 es de 73%, que consideró exagerado.
En un escenario en que los países productores aumenten las cuotas, podría esperarse una reducción, pero mientras tanto, hay repercusiones en los precios de las gasolinas y diésel en el país.
INE: “No tendría que haber efectos”
Abel Cruz Calderón, gerente del Instituto Nacional de Estadística (INE), declaró que no se ve ningún efecto de hiperinflación en el mundo, sino al contrario, para el 2022 se perfila que las economías regresarán a una “medio normalidad”.
“El mismo problema de los contenedores viene de la reactivación económica, más la serie de incentivos fiscales de los países desarrollados para reactivar su producción. Nosotros en el INE no hemos observado escenarios de hiperinflación a nivel mundial y a nivel nacional una de las ventajas sigue siendo la producción agrícola. Y de los 441 bienes y servicios que se cotizan en el IPC, 179 son gastos básicos relacionados con alimentos, por lo que no vemos efectos hiperinflacionarios”, remarcó.
Aunque hay un efecto en el petróleo que se traslada al transporte, este es un indicador que se debe
Observar, pues en la actualidad hay presión en los precios porque Estados Unidos se prepara para el invierno y acapara combustible por el tema de la calefacción de noviembre a febrero, subrayó Cruz Calderón.
“Por supuesto, el combustible va a pegar un poco por el lado del GLP y el transporte y eso va de la mano con la reactivación económica, aunque afecta poco a poco el bolsillo del guatemalteco”, advirtió.
Descarta riesgos
Clynton Roberto López, director de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas, de la Universidad Francisco Marroquín, (UFM), explicó que Guatemala nunca ha tenido hiperinflación, y aunque no es un escenario muy probable hoy en día, ese riesgo siempre está latente, si el Banco Central perdiera la disciplina.
“Guatemala si tiene riesgos de mayor inflación, derivado de tres políticas: baja tasa de interés líder desde hace más de un año; préstamos del Banguat al gobierno central por Q11 mil millones; y una acumulación desproporcionada de reservas monetarias, para aparentemente buscar un tipo de cambio competitivo para las exportaciones. Esas políticas juntas presionan hacia mayor inflación y si el banco no les pone freno, pronto tendremos una inflación mayor”, explicó.
Sobre las medidas de prevención, el académico resaltó que se debe aumentar muy pronto la tasa líder y poner un techo a la acumulación de reservas. Al preguntarle ¿aué se haría en caso de un shock? consideró que el banco central “ya quemó sus cartuchos en términos de política monetaria, y es muy riesgosa la situación. Ya no tiene rango de acción y si aplica más política monetaria, ya tendríamos el riesgo de una alta inflación. Estamos a tiempo de prevenirlo”, enfatizó.
Baja la inflación, sube la canasta
En cuanto al ritmo inflacionario mensual, el INE informó ayer que en octubre fue de 2.96%, menor al 3.67% de septiembre, según el Índice de Precios al Consumidor (IPC). La inflación mensual fue de 0.36% que es la más alta del año y la inflación acumulada, en 2.40%.
El comportamiento del indicador ha sido influenciado por los derivados del petróleo, expuso Hugo Roldán, subgerente del INE, en tanto que el costo de la Canasta Básica de Alimentos (CBA) en octubre alcanzó Q3 mil 55.09 (Q29.54 más que en septiembre), mientras la Canasta Ampliada se situó en Q7 mil 59.01, con un incremento de Q68.21.