Medina Guerra manifestó que la enfermedad es altamente mortal para el sector porcicultor. Lo explica en esta entrevista con Prensa Libre.
¿Cómo hay que analizar esta enfermedad?
La alerta responde al riesgo en el continente americano, pero, sobre todo, en República Dominicana.
Lo serio de esta enfermedad es que se dispersa con facilidad. No hay vacuna, y lo que queda, literalmente, es el sacrificio y la cuarentena en las áreas afectadas.
La alerta es para ser exigentes en la vigilancia epidemiológica e inspección intrusiva y no intrusiva, en embarcaciones aéreas y marítimas del país afectado. La alerta viene del 2018, por los altos índices en Europa, Asia y África.
El virus puede venir en residuos, en desechos de origen porcino, por lo que las inspecciones deben ser muy cuidadosas, y en este caso, las medidas deben ser estrictas en República Dominicana y Haití.
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¿Qué daño causa?
El cerdo muere en un alto porcentaje, porque no hay cura.
¿Y para el ser humano?
Ningún impacto. Es una enfermedad que afecta a los cerdos, pero que genera grandes pérdidas económicas.
¿Dónde se detectaron los brotes?
Hay un foco en el área fronteriza con Haití y otro en el centro de República Dominicana.
¿Cómo está la región?
En Centroamérica no hay. Pero le puedo manifestar que en 1978, hubo en República Dominicana, Cuba y Brasil, lo que llevó al exterminio de cerdos como medida sanitaria. No pasó a ningún otro país.
Por eso insisto en que las medidas deben ser muy rigurosas, de cuarentena e inspección de movimiento de productos o de embarcaciones de personas.
Cómo Oirsa, ¿qué seguimiento tienen?
Una vez fuimos informados por República Dominica, se planteó una misión técnica para brindar apoyo, así como la reunión de los ministros de Agricultura del Oirsa para decretar la emergencia regional.
Habrá aportes técnicos y económicos. Además, la contención, control y erradicación en República Dominicana para evitar propagación.
En una emergencia así se aportan recursos económicos, gestiones con otros organismos de cooperación internacional, productores y los gobiernos que deben decretar medidas específicas.
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Por ejemplo, en los aeropuertos y puertos marítimos se tienen que poner alfombras con desinfectantes con productos que eliminen la presencia en el calzado.
Para Guatemala, el mayor riesgo es vía marítima y aérea; en otros países, como Panamá, donde el acceso para República Dominicana es muy frecuente por los vuelos, deben redoblar las acciones.
¿Cómo avanzó el control de la fiebre porcina clásica en Guatemala?
Esa enfermedad sí tiene vacuna. Hubo sacrificio muy fuerte, pero se controló.
La vacuna es una gran ventaja y está en proceso de que sea conocido por la Organización Mundial de Salud Animal para que se reconozca al país y se reabran las exportaciones, porque la porcicultura de Guatemala es muy fuerte a escala regional e internacional.
