HABLEMOS DE DINERO

De compartir apartamento para reducir gastos, a millonarios dueños de Airbnb

Hace una década, un par de compañeros de departamento decidieron hacer dinero convirtiendo su vivienda de San Francisco en un alojamiento temporario con colchones inflables, cuando las habitaciones de hotel escaseaban por una conferencia de diseño en la ciudad.

La iniciativa dio origen a Airbnb, un emprendimiento valuado actualmente en más de 30.000 millones de dólares, según surge de recientes rondas de financiamiento. La compañía, hito de la economía colaborativa, ha sacudido a la industria hotelera.

Aquí hay algunas claves para entender el fenómeno.

La conferencia de diseño

A fines de 2007, Brian Chesky y Joe Gebbia, compañeros de departamento en San Francisco, tuvieron una idea para obtener un dinero extra que los ayudaría a pagar la renta. Con colchones inflables, convirtieron su casa en un alojamiento temporario durante una conferencia de diseño.

Nathan Blecharczyk, un viejo compañero de apartamento de Chesky y Gebbia, se sumó al equipo para crear una empresa llamada “Air Bed and Breakfast,” que lanzó su sitio Web en agosto de 2008.

A fines de ese año, los fundadores del emprendimiento promocionaron el servicio en la Convención Nacional Demócrata, que reúne a los representantes del partido cada cuatro años para elegir a la fórmula que lo representará en las elecciones presidenciales. Los emprendedores vendieron cajas de cereal con las marcas “Obama-O’s” y “Cap’n McCains” por 40 dólares, para ganar dinero y mantener la empresa a flote.

El nombre del emprendimiento cambió a Airbnb en marzo de 2009, cuando ya se veía un potencial para la empresa más allá de los colchones inflables.

Primera inyección de capital

En abril de 2009, Airbnb consiguió US$600,000 en capital semilla del fondo Sequoia Capital, luego de sufrir el rechazo de otros capitales de riesgo.

En 2011, Airbnb ya se había expandido a 89 países y registraba más de un millón de noches reservadas. El emprendimiento se convirtió en un “unicornio” de Silicon Valley, al superar los US$1,000 millones de valuación, gracias a unos 112 millones de dólares inyectados por fondos de capital de riesgo.

En junio de 2012, Airbnb anunció que había alcanzado la marca de 10 millones de noches reservadas a través de su servicio, con unos tres cuartos del negocio fuera de los Estados Unidos, su mercado de origen.

En 2012, Airbnb tuvo que hacer frente al problema de que algunos huéspedes dejaban los alojamientos en malas condiciones, por fiestas u otras actividades ruidosas. La startup introdujo una “Garantía para anfitriones” con una cobertura de un millón de dólares por daños.

Un temblor en la industria hotelera

Airbnb empezó a afrontar problemas cuando algunas ciudades y propietarios comenzaron a combatir a los “anfitriones” que convertían sus hogares en hoteles.

En septiembre de 2016, una nueva ronda de financiamiento elevó el valor de Airbnb a US$30,000 millones.

En noviembre de 2016, Airbnb lanzó “Trips” (en español, “Experiencias”), una herramienta que permite a los turistas reservar actividades y eventos en las ciudades.

Hacia fin de año, la compañía implementó nuevas medidas para disminuir la discriminación racial por parte de los anfitriones, y creó un equipo permanente para luchar contra esa tendencia, tras una evaluación preocupante.

A principios de 2017, Airbnb anunció su plan para duplicar su inversión en China, triplicar su fuerza de trabajo en ese país y cambiar su nombre a “Aibiying”, en idioma chino.

No sólo alojamientos

En septiembre de 2017, Airbnb invirtió en Resy, una aplicación de reservas en restaurantes también creada en los Estados Unidos. Resy se convirtió así en socio minoritario, con el objetivo de ofrecer reservas en 700 restaurantes en 16 ciudades estadounidenses.

Las ganancias de Airbnb alcanzaron los US$93 millones, sobre ingresos por US$2 mil 600 millones en 2017.

En 2018, Airbnb tuvo que cancelar millones de reservas en Japón para cumplir con una nueva ley que regula los alojamientos temporales de corto plazo. La normativa es parte de una reacción contra las nuevas empresas basadas en la “economía colaborativa” que han revolucionado distintas industrias.

De acuerdo con Airbnb, la empresa ofrece en la actualidad millones de alojamientos en más de 191 países, desde departamentos a villas y castillos, casas en árboles y bed-and-breakfasts.

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