De acuerdo con estadísticas del Consejo Monetario Centroamericano (Cemca), estos recursos equivalen, en varios casos, a más del 20% del producto interno bruto, con lo que se estimula el gasto privado, el aumento de la producción, del consumo y del empleo.
Guatemala, República Dominicana, El Salvador y Honduras, son los países en los que las transferencias tiene una alta concentración con el 92%, en comparación con Nicaragua, Costa Rica y Panamá. Sin embargo, las cifras dan cuanta que hay un crecimiento lineal para todas las naciones.
La relevancia de estas cifras surge en el marco del Día Internacional de las Remesas Familiares que se conmemora cada 16 de junio para reconocer el papel que juegan millones de migrantes a través de sus envíos monetario, en un contexto de inseguridad económica, desastres naturales relacionados con el cambio climático y la pandemia, según describe de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
La distribución
De los US$186 mil 16.92 millones que ingresaron en los últimos cinco años a la región, Guatemala tiene la participación mayoritaria con US$64 mil 472.30 millones, que equivale al 34.6% del total, aparte de representar el 18.99% del PIB. En 2018, solo se recibieron US$9 mil 287.79 millones (12.67% del PIB), por lo que en cinco años, el monto se duplicó.
Le siguen República Dominicana con un acumulado de US$42 mil 59.34 millones, y representa 22.6% en la distribución regional. El Salvador con US$32 mil 366.71 millones y Honduras con US$32 mil 203.71 millones, con una participación del 17.3% cada uno.
En estos cuatro países se concentra el 92% del total que reporta el Cemca en sus estadísticas, con un monto de US$171 mil 102.06 millones.
Nicaragua tiene un acumulado de US$10 mil 406.80 millones, con una participación de 5.5%; Costa Rica, US$2 mil 647.15 (1.4%); y Panamá, US$1 mil 860.91 millones que equivale al 1%, según el informe regional.
Lo que significa
Mario Arturo García, analista independiente sobre remesas familiares, explica que en el período 2008-2022 se duplicó el ingreso de estas divisas, pero en los últimos cinco años, se observa una “fuerte aceleración”, incluyendo los 18 meses que duraron los efectos de la pandemia a escala mundial.
A su criterio, el incremento de precios en los Estados Unidos o sea la inflación causada por el aumento de consumo, es lo que está generando un ciclo: la demanda en la nación estadounidense genera mayor producción y más empleo. Además, el beneficio de las ayudas federales se conjuga en un aumento de horas de trabajo y un mejor pago para los migrantes.
“Hay una narrativa: quien llegue a Estados Unidos halla trabajo y bien pagado, porque en 2013 el mínimo por hora era de US$7.50 y el año pasado se estaban pagando US$22. Eso genera el estímulo para que las personas sigan migrando”. Ante eso, a diario salen hacia el país del norte entre 800 y 1 mil guatemaltecos.
Países dependientes
Con el resultado del monto acumulado por las trasferencias recibidas en la región CAPARD, el economista Juan Alberto González Jacobo, experto en temas territoriales, es claro en que la mayoría de estas economías son dependientes de las remesas que despachan los migrantes, lo que se reforzó durante la pandemia.
“Y es un reflejo de las condiciones de vida de los ciudadanos, afectados por la erosión de las fuentes de empleo, la situación política y la inseguridad, aparte de las expectativas de un mayor bienestar económico”.
Entonces, considera que las corrientes migratorias van a continuar en el futuro cercano y más personas mantendrán el objetivo de migrar, aunque la represión de las políticas migratorias estadounidenses será más severa, sobre todo ahora que ese país entra a un periodo electoral.
Mala imagen
Para Clynton Roberto López, director de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Francisco Marroquín, (UFM), desafortunadamente esa situación no habla bien de la región.
“Nadie quiere dejar su país de origen, si no es por motivos de guerra o la desesperanza que ocasiona la imposibilidad de tener una vida mejor. Actualmente, la región tiene dos problemas: la falta sistemática de asegurar derechos de propiedad eficientemente; y la escasez de mercados abiertos que permitan la inversión y competencia efectivas”, indica.
Añade que la región está llena de mercados cautivos y monopolios de facto otorgados por los gobiernos, lo que limita las oportunidades y aumenta la necesidad de migrar.
Por otro lado, expone que las remesas son un pilar económico de estas naciones y “la migración no se va a detener porque la gente quiere mejores oportunidades”. También considera que se podría esperar una tendencia similar en los años venideros. “No se ve un cambio favorable en la región, por ningún lado. Quizá los países más destacados en no estado de derecho y no libertad de mercado son El Salvador y Nicaragua; pero el resto de la región tampoco sobresalen en esos temas”.
Comportamiento reciente
En Guatemala, el ingreso de divisas por remesas familiares alcanzó en mayo la cifra de US$1 mil 811.9 millones (unos Q14 mil 169 millones) que es el más alto observado en los últimos años, y estaría asociado al efecto del Día de las Madres.
El recuento de la banca central indica que el monto acumulado de cinco meses asciende a US$7 mil 796.7 millones (Q60 mil 970 millones), con una tasa de crecimiento del 10.7% respecto al mismo período del 2022.
Para 2023, la proyección oficial de cierre es de US$19 mil 393 millones y para 2024, US$20 mil 556 millones.
Dia de las remesas
El Día Internacional de las Remesas Familiares fue proclamado por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y se celebra anualmente el 16 de junio, para conmemorar la contribución de los más de 200 millones de mujeres y hombres trabajadores migrantes que envían dinero a sus más de 800 millones de familiares en sus países de origen (datos de 2020). También se pone de relieve la gran resiliencia de esos trabajadores migrantes ante las inseguridades económicas, los desastres naturales y climáticos y la pandemia mundial.