En el historial, la posición más alta lograda para Guatemala ocurrió en 2014 con 52.5 puntos y en 2009, 2010 y 2012 con 52.3 puntos sobre 100, mientras que la nota de 2022 es la más baja desde el 2006.
Para el año en mención, el país retrocedió en cinco indicadores de un total de 12: gobernabilidad, desarrollo humano, transformación, derechos de propiedad y ambiente; obtuvo leves avances en cuatro de ellos: libertad económica, democracia, estados frágiles y paz global; no hubo cambios en la percepción de la corrupción; y no se actualizaron las notas de competitividad y doing business.
Los datos fueron presentados por Jorge Benavides, investigador de la Fundación para el Desarrollo de Guatemala (Fundesa), y explicó que el IDS es un indicador en el que se le asigna un valor al nivel de desarrollo que tiene una sociedad, para lo que debe enfocarse en la reducción de vulnerabilidades, la creación de oportunidades y el fortalecimiento de instituciones, lo que debería conducir a una mejor calidad de vida para los ciudadanos.
En la muestra del 2022, por ejemplo, en reducción de vulnerabilidades la calificación fue 47.1 puntos; crear oportunidades 54.8 puntos y fortalecer instituciones 36.4 puntos.
Al comparar estas tres áreas con los otros 93 países considerados, Estados Unidos aparece en primer lugar con 71.55 en reducción de vulnerabilidades y 78.48 en creación de oportunidades; en tanto que, en cuanto al fortalecimiento de instituciones, el primer lugar es para Uruguay con 79.07 puntos.
¿Cómo mejorar?
Durante la presentación de Fundesa, se indicó que los resultados dados a conocer pueden representar un reto para mejorar los indicadores de la medición, ya que Guatemala se encuentra en medio de un ciclo político-económico, por la realización de las elecciones generales, por lo que el próximo gobierno debería esforzarse por subir al menos 15 puntos en a corto plazo.
La idea, expuso el analista, es llegar a la lista de los mejores 30, y señaló la ruta para lograrlo, comenzando con que el país debe duplicar la puntuación en el área de fortalecimiento de las instituciones.
En cuanto a Estados Frágiles, se sugiere contar con un aparato estatal mucho más cercano a las demandas de la ciudadanía, lo que se refleja en una mayor efectividad en el uso de fondos públicos y rendición de cuentas a toda la sociedad.
Sobre el índice de Democracia, que identifica la participación y la cultura política, afirmó que es el de mayor retraso en el país, situación que lograría revertirse con procesos mucho más democráticos en la formación de partidos políticos, la elección de delegados y el financiamiento.
Finalmente, en el índice de Percepción de Corrupción se propone sancionar de manera ejemplar el pago de favores derivados de campañas políticas, la deficiente calidad del servicio civil, la ausencia de continuidad y visión de largo plazo, así como la falta de fondos, políticas y normas que viabilicen el trabajo de las instituciones de control.
En la presentación se resaltó que, al respecto, Fundesa ha desarrollado temas institucionales y entre las principales reformas que se requieren están:
- Cambios a la ley de Electoral y de Partidos Políticos, en aquellos aspectos relacionados con la representatividad, participación y rendición de cuentas a la ciudadanía.
- Modificaciones a la Ley de Probidad, a la Ley Orgánica de la Contraloría General de Cuentas y a la Ley de Contrataciones.
- Contar con una Ley de Servicio Civil que garantice una carrera profesional en el Estado, con mecanismos claros de selección, contratación, remuneración y sanción.
- El Sistema de Justicia debe ser ajeno a la influencia de los grupos de presión e interés, para lo cual debe garantizarse la independencia y autonomía de magistrados, jueces y fiscales.
La idea es garantizar un ingreso sostenible a lo largo del tiempo, ya que invertir en desarrollo es mejorar calidad de vida de las personas y sus ingresos, concluyó Benavides.
Asista a la Masterclass sin costo, este 26 de abril, Empresas Familiares: ¿Cómo asegurar su continuidad? Regístrese aquí