El indicador es positivo en el sentido de que mejoró en el lapso indicado, pero a partir de la elección de nuevas autoridades se ha entrado en un periodo de tensión e incertidumbre, mensajes que han captado los potenciales inversionistas, y que pueden cambiar la tendencia al finalizar el semestre actual.
El reporte del Banco de Guatemala (Banguat) da cuenta de que hay cinco actividades que reportaron el mayor flujo de capital fresco y que dinamizaron las cifras en el primer semestre: industria manufacturera captó US$200 millones; comercio y reparación de vehículos, US$181 millones; actividades financieras y de seguros, US$128.6 millones; información y comunicaciones, US$103.2 millones; y otras actividades, US$65.3 millones, que en su conjunto suman US$678.1 millones, que equivale el 91.2% del total reportado.
La actividad de transporte y almacenamiento atrajo US$37.6 millones; explotación de minas y canteras, US$21.9 millones; agricultura, US$14 millones; construcción, US$3.2 millones; actividades de alojamiento y de servicios de comidas, US$2.1 millones, y la única actividad que tuvo un desempeño negativo fue suministro de electricidad, agua y saneamiento con US$14.7 millones.
En el clasificador por país de origen se indica que de Centroamérica y República Dominicana se recibieron US$254 millones; seguidos de Estados Unidos con US$156 millones; México, US$138.6 millones; Países Bajos, US$80.3 millones; y Luxemburgo, US$58.8 millones, que alcanzan los US$687.7 millones. Luego viene Perú con US$31.3 millones; Alemania, US$14.1 millones; España, US$7.2 millones; y Suecia, US$2.6 millones.
Contexto actual
Dada la coyuntura, también hay una lectura sobre el clima de inversión local y extranjera para los siguientes meses, luego de registrarse varios acontecimientos relacionados con el evento electoral y recientemente, los bloqueos en carreteras, calles y avenidas para demandar la salida de funcionarios del sistema judicial.
Juan Carlos Zapata, director ejecutivo de la Fundación para el Desarrollo de Guatemala (Fundesa), dijo que la situación a futuro es sumamente preocupante ya que la IED no va a países con crisis políticas y esta es una de las principales de toda la era democrática del país.
“El daño que esto le está causando a las familias y a la economía es que los paros derivados de la pandemia porque no hay protocolos ni salvoconductos para circular con perecederos, medicinas y alimentos. Las pérdidas diarias se estiman en más de Q800 millones de quetzales según cálculos de los analistas y eso es apenas el principio. Los mercados internacionales ven con suma preocupación que no se ve una salida política a esta crisis que estamos atravesando, con implicaciones económicas preocupantes”, destacó.
Zapata brindó también un perfil de la inversión privada para 2024, y aclaró que a pesar de ser muy temprano para saberlo, la estimación conservadora es hoy de 1.2%-1.5% del PIB en IED, pero va a depender de que se levanten los bloqueos que están ya generando desempleo y falta de ingresos a empresas y hogares.
A su criterio, los flujos de inversión seguramente están en pausa hasta ver cómo termina la situación y se ve con preocupación el aumento del desempleo, pues podrían perderse unos 5 mil 300 puestos de trabajo, especialmente en sectores como el turismo, comercio, logística y servicios directos que no han podido operar. Ello representará problemas para más de 1 mil 300 hogares que van a ver sus ingresos impactados de forma negativa.
“Los mal portados”
Para Hugo Maúl, investigador del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales), uno de los efectos será la imagen que el país refleja para los potenciales inversionistas y si el movimiento de las jornadas de manifestaciones se extiende, el impacto principal estará en la imagen que se ha querido mantener tanto por el Ministerio de Finanzas, como por el Banguat, en términos de riesgo-país.
En ese aspecto, consideró que se verán afectados posibles proyectos grandes que se tenían programados, por lo que “así, menos inversionistas buscarán a Guatemala”.
Además, se tendrá que trabajar en recobrar la credibilidad de país, “ya que en cuanto a estabilidad macroeconómica siempre hemos sido el niño bien portado, pero en términos de estabilidad política, somos los mal portados del grupo y ahora estamos confirmando que somos poco confiables”. Además, el investigador advirtió que habrá que esperar posibles sanciones internacionales.
