Esta plataforma posibilita subastas de anuncios entre páginas y anunciantes a tiempo real, y conecta en cuestión de segundos con docenas de intercambios publicitarios, lo que permite a las firmas captar audiencias en numerosos sitios web.
Google ofreció a las víctimas devolverles la tasa que les cobra por el uso de DCBM, que suele ser de hasta el 10 % respecto al total invertido en la compra de anuncios, lo que no ha satisfecho a algunos ejecutivos del sector publicitario por representar solo una pequeña parte de las pérdidas.
Los afectados en este caso sufrieron el fraude publicitario este año en el segundo trimestre, especialmente, y el tráfico “inválido” impactó en anuncios situados en vídeos, que suelen ofrecer más atractivo a los timadores por sus elevadas tarifas.
Según CNBC, la devolución de dinero sugiere que esta tecnología de Google, que compra anuncios automáticamente, puede ser más propensa al fraude de lo que preveía la firma, que ya tiene en desarrollo algunas herramientas para ofrecer mayor transparencia a sus anunciantes.
Este problema preocupa al sector del marketing, ya que si se descubre demasiado tarde, es difícil que los anunciantes recuperen el dinero invertido en las páginas con tráfico falso y generado por robots.
Según un informe de la Asociación Nacional de Anunciantes, este año el sector prevé perder unos US$6 mil 500 millones debido a este tipo de incidentes, por debajo de los US$7 mil 200 millones que estimó en 2016.