Pero en 2019, se asumieron otros compromisos con el Ministerio de Educación, Universidad de San Carlos, Empresa Portuaria Quetzal, Organismo Judicial y Tribunal Supremo Electoral, que son instituciones grandes, según el reporte oficial.
Parte de estos acuerdos colectivos ha provocado que el rubro de remuneraciones creciera en 181%, y de Q9 mil 260 millones que era en 2008 alcanzará Q26 mil 035 millones en el 2019.
Guatemala se rige en normas internacionales como el Convenio 87 y 98 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que es relacionado a la negociación colectiva, la libertad sindical y el derecho de sindicalización.
Predomina sector público
El abogado laboralista César Gatica, expresó que la negociación colectiva en los últimos años ha girado en el sector público, sobre todo en las municipalidades, algunas instituciones de los organismos Ejecutivo, Judicial, Legislativo, así como entidades descentralizadas.
En la iniciativa privada, son contados los pactos colectivos negociados, ya que existen muy pocos sindicatos en ese sector en comparación del público.
Los sindicatos privados que existen y que llegan a una negociación colectiva, según Gatica, están concentrados en actividades de industria y de vestuario y textil.
Carga presupuestaria
De los 88 pactos colectivos suscritos, no se detallan los montos de los acuerdos alcanzados entre las partes.
En promedio, el rubro de remuneraciones salariales del sector público que se plantea en el presupuesto de ingresos y egresos se incrementa 10% en promedio para honrar esos compromisos asumidos.
El sindicalista Rigoberto Dueñas, confirmó que no necesariamente el incremento en la masa salarial en los últimos años corresponda a los pactos colectivos con las municipalidades, y la mayor incidencia es en los ministerios de Educación y Salud que son los más grandes en el organigrama del Estado.
“Son ministerios grandes en términos de población laboral por la demanda, ya que tanto Educación como Salud deben estar en todos los rincones del país. Es muy notorio que estos dos ministerios generan más gastos en términos de salarios”, explicó Dueñas, al reiterar que se debe al tamaño de los servicios públicos que prestan a la población.
Al comparar la negociación colectiva, subrayó que el Ministerio de Relaciones Exteriores o el de Cultura cuentan con poco personal, y por lo tanto, es más baja la remuneración.
De dos a tres sindicatos
Al igual que Gatica, Dueñas dice que el sindicalismo se ha desarrollado más en el sector público, que, en el privado, y que en promedio hay inscritos más de dos sindicatos por entidad pública. Incluso, dijo, hay algunos donde existen de cuatro a cinco organizaciones.
En las municipalidades es común observar los registros de más pactos colectivos, y por eso sobresalen.
De los sindicatos privados que existen, están aquellos que se constituyeron en las industrias de 1970 y que están en su mayoría en la industria alimenticia que aún sobreviven.
Negociaciones
Para la suscripción de un pacto colectivo hay un proceso de negociación entre los representantes de los empleadores y trabajadores.
Dueñas explicó que en promedio los incrementos salariales que se exigen son de Q120 a Q150 en lo que con corresponden a las municipalidades, aunque es muy difícil lograrlo y que los alcaldes accedan la petición.
Generalmente, precisó que, en los proyectos de pactos colectivos, se pide 100% de incremento sabiendo que no se dará el monto para iniciar un proceso de diálogo.
El verdadero porcentaje para discutir será una vez iniciado la negociación, mientras que en el sector privado los incrementos salariales van del 8 al 10%, acercándose a las posiciones de 6 a 7% de ajuste.
La negociación también depende del número de afiliados del sindicato, la empresa o institución y los servicios que presta o los productos que fábrica.
Gatica reiteró que el punto medular de un pacto colectivo es el incremento salarial, pero también se pueden negociar otros beneficios que no sean económicos.
En ese sentido se han planteado acuerdos relacionados a beneficios sociales de una negociación colectiva a favor de los trabajadores que integra un centro de trabajo, como seguridad y salud ocupacional y mejores condiciones.
En los beneficios sociales están los centros de cuidado infantil de los trabajadores, servicios de atención a los hijos, como educación, médicos o licencias para los trabajadores para continuar sus estudios superiores, que son compensables en beneficios de las partes.
Vicios y abusos
Para Luis Linares López ex ministro de Trabajo y analista de la Asociación de Investigación de Estudios Sociales (Asíes), en la negociación de los pactos colectivos sobre todo del sector público se han dado una serie de vicios y que muchas veces se abona a una serie de abusos.
Explicó que los pactos colectivos tienen una duración de tres años, y en este periodo del 2008 al 2019, más de alguno ha sido renegociado.
En el ámbito local, dijo que existe una marcada campaña en contra de la negociación colectiva que es dirigida por personas que están en contra de la libertad sindical, que la hacen presentar como un mal ejemplo sobre todo para la empresa privada, y esto es abonado por el abuso en la negociación, cuando se hacen concesiones que son lesivas y perjudiciales para las finanzas públicas.
Detalló, que también existe una corresponsabilidad de los funcionarios que suscriben los acuerdos, ya que los sindicatos piden, y la negociación colectiva se basa en acuerdos.
“La autoridad tiene la última palabra, y el problema es que los funcionarios que negocian los pactos no sean beneficiarios de esos acuerdos porque hay un conflicto de interés. Yo doy porque a mí también me conviene”, subrayó Linares López, al recordar que este fue uno de los resultados obtenidos en un estudio que realizó Asíes.
Aliados políticos
El otro aspecto detectado es el abuso, sobre todo en el sector magisterial en la dependencia política del Gobierno de turno.
Recordó que, en el periodo de Otto Pérez Molina, había una presión muy fuerte al Ministerio de Educación para concluir la negociación lo antes posible, porque era de interés para él como para la exvicepresidenta Roxana Baldetti Elías.
“No se puede negociar cuando se dice que mañana se tiene que llegar a un acuerdo, se sabe que hay presión y se crean condiciones duras para ceder. Estos son los vicios que afecta la negociación colectiva que contribuyen a desprestigiar un derecho fundamental”, remarcó Linares López.
En este caso del magisterio, se percibió el papel que jugó el sindicato del magisterio apoyando casi hasta el final a Pérez Molina, y ahora se observa el trato preferencial que el presidente Alejandro Giammattei le está dando al dirigente Joviel Acevedo en una reunión reciente en Izabal, que tendrá su costo a la hora de negociación del pacto colectivo.
El analista precisó que el secreto en una negociación colectiva es un equilibrio de fuerza, pero en el sector público siempre surge “que lo arregle el que venga atrás”, las alianzas políticas, y sobre todo en las municipalidades “dejar asegurada a su gente” para dejar amarrado al próximo alcalde y no despedir a los allegados.
Negociación virtual
Dada la situación actual de emergencia sanitaria, los procesos de negociaciones de los pactos colectivos se han quedado suspendidos, ya que es prohibido el desarrollo de asambleas o reuniones masivas.
En una negociación participan por lo menos unas 20 personas por la presencia de los delegados de las personas y los representantes de las partes.
Dueñas contó que por primera vez se está realizando una negociación virtual de un pacto colectivo, pero es un proceso lento, ya que se tiene que salir de la plataforma para hacer las consultas internas, con un dinamismo lento, pero que es un ejercicio de primera negociación colectiva.