“Durante la semana salgo a diferentes tiendas y únicamente compro lo básico; debo ser estricta para seguir los menús establecidos para la semana, porque si compramos algo extra, nos desajusta todo el presupuesto”, expresó.
Prensa Libre llevó a cabo un ejercicio para determinar cuánto gastan en alimentos cuatro familias guatemaltecas de dos segmentos socioeconómicos, en este caso, el C y el D, poder comparar en un año cuánto dinero han destinado a productos alimenticios básicos. El resultado, luego de elaborar menús diarios por tiempo de comida y comparando las facturas, fue que gastan 15% más en sus compras en comparación con el año pasado.
Mario López fue una de las personas que colaboró en el ejercicio y expresó sentirse sorprendido con el resultado; sin embargo, comprendió que en el último año su presupuesto tuvo que subir (no así sus ingresos), especialmente en algunos artículos como carnes, huevos, arroz y algunas bebidas no alcohólicas.
Su percepción coincide con el aumento que ha reflejado la Canasta Básica Alimentaria (CBA), que subió Q355.73 de agosto 2022 al mismo mes del presente año. En agosto pasado la CBA se ubicó en Q3 mil 809, según el último informe del Instituto Nacional de Estadística (INE), y un año antes su costo fue de Q3 mil 454.
Al analizar la Canasta Ampliada (CA), la cual incluye vivienda, vestuario, estudios, telefonía, entretenimiento, entre otros, aumentó Q819.42 en el mismo período al pasar de Q7 mil 977 a Q8 mil 746.92.
Alzas en productos específicos
Julio César Orozco, directivo de la Gremial de Alimentos y Bebidas (GREMAB) de la Cámara de Industria de Guatemala (CIG) coincidió en que el costo de CBA en Guatemala ha aumentado constantemente en los últimos años. “Según el INE, el costo de adquisición de la CBA a junio de 2023 fue de Q3 mil 735.73. Esto representó un aumento del 12.1% respecto al mismo período del año anterior, lo que para las familias de ingresos bajos y moderados significa que no podrán cubrir adecuadamente otras necesidades básicas, como vivienda, educación y salud”.
Orozco coincide con la percepción de las familias de que en Guatemala se han encarecido significativamente algunos productos básicos, como el aceite de cocina y el arroz. Por ejemplo, el primero ha subido hasta 30% en los últimos meses y el segundo, un 20; en el caso de los productos importados, las alzas han sido mayores, derivado de los mayores costos de transporte y las tarifas de importación.
Érick Coyoy, analista económico independiente, considera que los alimentos siempre son un rubro muy afectado por los aumentos de precios, y esto lleva a las familias a ajustar sus patrones de consumo ante la imposibilidad de seguir comprando de la misma forma.
“Por ejemplo, la carne de res ha sido sustituida en buena medida por carne de otros animales, que se puede comprar a más bajo precio. Y en los años recientes, la inclusión de sopas instantáneas de vaso en la canasta básica responde a esos cambios, porque las personas no pueden pagar por otros productos”.
En cuanto a los productos agrícolas, otro rubro que no deja de subir, como se observa con el tomate, la cebolla, la papa, el güisquil y muchas frutas, dijo que “no sólo son afectados por el aumento de costos, sino porque las cosechas padecen las consecuencias de los fenómenos climáticos y eso también hace subir los precios”.
Entonces, se compra menos
Vivian Gálvez, gerente regional de Kantar Worldpanel, comentó que el comportamiento de compra ha tenido grandes cambios, incluyendo la post pandemia y el periodo actual, cuando se vive una alta inflación a nivel internacional.
Todos los cambios que ha experimentado el consumidor vienen desde antes del 2021, cuando este estaba con restricciones de movilidad, por lo que priorizaba las compras, modificó los volúmenes y trató de gastar menos en cada ocasión.
“Pasando al período de inflación en crecimiento, aún hay grandes retos para recuperar volumen prepandemia, pues solo crecen los montos a pagar por las alzas de precios, de manera que el consumidor racionaliza sus consumos”.
La especialista añadió que las familias guatemaltecas hoy buscan sustitutos más económicos para cubrir las necesidades de alimentación, puesto que, en términos de valor, el gasto se le ha incrementado al hogar un 8%, pero el volumen está sin movimiento. Es decir que, aun gastando significativamente más, llevan el mismo volumen que antes, por lo que el ama de casa busca porciones más pequeñas o el cambio de productos y marcas para que le alcance el presupuesto.
En ese sentido, Orozco de la GREMAB, planteó que la reducción de tamaños de empaques es una tendencia que se está observando a nivel mundial. “Eso se debe a una combinación de factores, que incluyen el aumento en los precios de las materias primas, la demanda de presentaciones más pequeñas por parte de los consumidores y la innovación en empaques. Es importante tener en cuenta que esta situación puede variar en cada subcategoría de alimentos y bebidas, ya que cada una se ve afectada de manera diferente”, destacó.
Enrique Lacs, director ejecutivo de la Cámara Guatemalteca de Alimentos y Bebidas (CGAB), refirió que el cambio en las presentaciones se debió a la inflación importada, que viene desde hace ya 24 meses, pero ese cambio ha sido muy específico en alimentos básicos y en sectores con ingresos más limitados. “El consumidor busca cómo adquirir el producto, aunque sea en porciones más reducidas, para poder equilibrar el presupuesto con sus necesidades”, afirmó.
Productos seguirán caros
Gálvez anticipó que, aunque a nivel macroeconómico la inflación ya no está aumentando fuertemente y más bien hay un escenario de vuelta a la normalidad, eso no se verá reflejado rápidamente en todos los productos, pues estos dependen de los precios que se pagaron por materias primas, transportes, impuestos y otros aspectos.
“Así que anticipamos que terminaremos el 2023 como hasta ahora, en donde sube el valor de la canasta, impulsado por aumentos de precio, y el mayor reto del mercado, los fabricantes y consumidores es recuperar el volumen”. A su criterio y desde el punto de vista mercadológico y económico, son comprensibles los cambios de hábitos de compra porque se hacen en función del presupuesto disponible.
Pero recomendó realizar análisis nutricionales y médicos para conocer los impactos de los cambios en el largo plazo, en cuanto a la nutrición y salud de los guatemaltecos.