La cumbre empezó con buenos augurios el sábado, con el anuncio conjunto del presidente chino Xi Jinping y del estadounidense Barack Obama de ratificar el histórico tratado del clima de París, que podría alentar a otros países y acelerar su entrada en vigor.
La cumbre se celebra en la turística Hangzhou, convertida en ciudad fantasma durante el encuentro por la decisión de las autoridades de dar vacaciones forzadas a una cuarta parte de la población y mantener así una seguridad máxima.
También cerraron las fábricas de toda la región para garantizar un cielo limpio y sin contaminación durante el foro
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, que recibió de manos de Obama y Xi los documentos oficiales de la ratificación, recalcó este domingo que se trata de un “paso histórico” en la lucha contra el cambio climático.
Sin embargo no se esperan grandes progresos durante la cumbre en esta y otras cuestiones clave, como el débil crecimiento mundial, en un contexto de repliegue y rechazo a la globalización en muchos países del mundo.
Crecimiento débil
La presidenta del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, ya advirtió la semana pasada que el mundo se enfrenta a una mezcla explosiva de crecimiento débil a largo plazo y aumento de desigualdades, que fomenta el nacionalismo y las barreras al libre comercio.
El G20 reúne a las 19 principales economías mundiales (industrializadas y emergentes) más a la Unión Europea, un foro que representa el 85% del PIB mundial y dos tercios de la población del planeta.
En Hangzhou, los problemas geopolíticos, incluyendo la guerra en Siria o las tensiones en el mar de China Meridional, podrían dejar de lado las cuestiones económicas.
China intenta evitar la cuestión de sus ambiciones en ese mar pero sus vecinos están preocupados por la reciente construcción en la zona de infraestructuras, incluyendo pistas de aterrizaje, en los arrecifes e islotes que reclama Pekín pero que sus vecinos le disputan.