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Fondo Mi Primera Vivienda: ¿Es posible comprar una vivienda ganando el salario mínimo? 

El proyecto busca fomentar la adquisición de inmuebles en sectores de clase media y baja, ofreciendo tasas de interés reducidas y plazos de hasta 40 años para pagar.

una pareja joven está en la cocinan haciendo su presupuesto mensual.

El proyecto Mi Primera Vivienda facilita el acceso a la vivienda, pero si la cuota supera el 30% de los ingresos, se recomienda esperar, ahorrar más y mejorar el enganche o las condiciones de la hipoteca. (Foto, Prensa Libre: Freepik)

El reglamento de este fondo permitirá a más guatemaltecos Comprar una vivienda, el sueño de muchas personas, ya que simboliza estabilidad emocional, financiera y familiar. Sin embargo, es importante ser cauteloso antes de adquirir un compromiso de esta magnitud, debido a los riesgos financieros que implica. 

La realidad es que muchas familias, especialmente aquellas con ingresos cercanos al salario mínimo, encuentran difícil cumplir con los requisitos financieros para acceder a una vivienda bajo este esquema. 

César Tánchez, asesor financiero y autor del libro Más rápido y más lejos en sus finanzas: cinco pasos para una vida abundante y feliz, destaca que tener un propósito es fundamental para motivarse a lograr objetivos como la compra de una vivienda. "Es necesario preguntarse por qué queremos hacer algo y luego determinar cómo lo lograremos".

Aunque el reglamento de crédito de Mi Primera Casa permite destinar hasta el 50 % de los ingresos mensuales para pagar la vivienda, Tánchez recomienda ser soñador, realista y cauteloso antes de tomar una decisión tan importante. 

¿Es posible comprar una vivienda con el salario mínimo? 

Para aquellos que ganan el salario mínimo, acceder a una vivienda a través del programa Mi Primera Vivienda puede ser un desafío considerable.

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Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el salario mínimo en Guatemala en 2024 es de Q3 mil 516.86 para el sector no agrícola y Q3 mil 343.01 para el sector industrial y de maquila. Sin embargo, las cuotas mensuales para una vivienda de interés social rondan los Q1,450, lo que representa casi el 50 % del salario mínimo en algunos casos. 

Si bien el programa Mi Primera Vivienda permite destinar hasta el 50 % de los ingresos a la cuota de la casa, la recomendación de especialistas financieros es no sobrepasar el 30 %.

Una opción viable es que ambos cónyuges trabajen y contribuyan a los ingresos del hogar. En estos casos, la deuda combinada no debería superar el 40 % de los ingresos totales. Por ejemplo, si ambos ganan un salario mínimo, la cuota ideal de la hipoteca no debería exceder los Q2 mil 800 para mantener estabilidad económica. 

Tánchez insiste en que es crucial tener cuidado antes de adquirir una vivienda y enfatiza que: "Cuanto menor sea el porcentaje destinado a la deuda, mejor será la calidad de vida y más flexibilidad tendrá la familia ante imprevistos". 

Los riesgos de destinar un alto porcentaje de los ingresos a la vivienda incluyen no solo el impago de la hipoteca, sino también la posibilidad de recurrir a préstamos personales o tarjetas de crédito para cubrir gastos básicos. Esto puede generar una espiral de sobreendeudamiento, que termine en la pérdida del inmueble y un daño considerable a la salud financiera de la familia. 

Lo aconsejable es ahorrar al menos un 10 % del precio de la vivienda antes de dar el paso de adquirir una casa. Este ahorro no solo servirá para pagar un enganche mayor, reduciendo así la cuota mensual, sino que también funcionará como un colchón ante posibles eventualidades, como la pérdida de empleo. 

Otras alternativas si no se cumple la regla del 30 % 

Aunque el Gobierno permite que las personas que tengan ingresos de entre 1 y hasta 4 salarios mínimos puedan aplicar al programa, sin embargo, si no es posible cumplir con las cuotas, lo más prudente es esperar y continuar ahorrando.

Para aquellos que no pueden cumplir con la recomendación de que la hipoteca no sobrepase el 30 % de sus ingresos, una opción viable es ahorrar por más tiempo antes de comprar. Aumentar el enganche reducirá significativamente las cuotas mensuales, haciendo que sea más manejable cumplir con los pagos sin sacrificar la estabilidad financiera. 

Tánchez explica que las oportunidades de compra y venta siempre existirán, pero lo importante es contar con el dinero necesario para aprovechar las mejores ofertas. En este sentido, subraya que no se debe tomar a la ligera una decisión de tal envergadura pensando que es "ahora o nunca". Más bien, es fundamental tomarse el tiempo para planificar y ahorrar con anticipación.

Ahorrar durante un año la cantidad equivalente a la cuota mensual de la hipoteca es otra estrategia útil. Esto permite evaluar si realmente es posible mantener ese nivel de gasto. Además, esos ahorros pueden destinarse al enganche, lo que reduciría el monto total de la hipoteca y mejoraría la estabilidad financiera.

Además, el asesor financiero sugiere que el comprador debe asegurarse de tener ahorros suficientes para cubrir al menos 3 meses de pagos en caso de imprevistos. 

Estrategias antes de tomar la decisión

Otra alternativa es evaluar cuidadosamente la zona en la que se desea comprar. Algunas áreas pueden resultar más costosas en términos de precio del suelo o costos de mantenimiento. Rentar por un tiempo en la zona deseada puede ayudar a comprender mejor los gastos y evaluar si realmente es una opción viable a largo plazo.

Según Tánchez, "rentar primero en la zona donde se quiere comprar puede ser una excelente forma de evaluar el lugar y ver si el costo de vida es manejable". 

Muchas veces, factores como el tráfico, la distancia al trabajo o la seguridad pueden cambiar la percepción del lugar. Además, si el análisis financiero muestra que no se puede cumplir con la regla del 30 %, es mejor esperar y ahorrar. 

¿Dificultades para pagar la hipoteca?

Si ya se ha adquirido una vivienda y el propietario se enfrenta a dificultades financieras que le impiden cumplir con los pagos, existen varias soluciones que pueden ayudar a evitar la pérdida del inmueble. César Tánchez sugiere dos opciones principales: renegociar la deuda o vender la vivienda

Renegociar el plazo de la hipoteca con el banco puede ser una opción para quienes ya han pagado varios años de su vivienda. Al extender el plazo del préstamo, las cuotas mensuales disminuirán, lo que aliviará la presión financiera. Sin embargo, esta opción implica pagar más intereses a largo plazo. 

Otra alternativa es vender la vivienda. Aunque esto puede ser difícil emocionalmente, los bienes inmuebles suelen adquirir plusvalía con el tiempo, lo que puede generar una ganancia para el propietario. Esta ganancia podría ser utilizada para pagar deudas pendientes o invertir en una propiedad más asequible. 

Finalmente, es crucial recordar que adquirir una vivienda debe ser una decisión bien pensada. Tener una casa propia es un sueño para muchos, pero hacerlo de manera responsable es fundamental para evitar problemas financieros a largo plazo.  Es de suma importancia evitar decisiones impulsivas que puedan afectar negativamente el bienestar económico de la familia. 

ESCRITO POR:

Glenda Burrión

Periodista de Prensa Libre especializada en economía con más de 7 años de experiencia como correctora de textos y creación de contenido digital.