Expone que el anuncio del presidente, Jimmy Morales de no renovar el mandato de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (Cicig) en 2019 ha aumentado las tensiones políticas.
La acción podría minar aún más la confianza en las instituciones pública, debilitar los indicadores de baja gobernabilidad de Guatemala y plantean continuos desafíos de gobernabilidad, se agregó.
Añade que las tensiones políticas disminuyen las perspectivas de reformas económicas y fiscales antes de las elecciones en 2019, incluidas aquellas para ampliar la base tributaria del país que la firma califica de reducida.
Mencionan casos judiciales
La política de Guatemala se ha puesto tensa desde 2015 cuando las protestas generalizadas contra la corrupción percibida condujo a la expulsión del ex presidente Otto Pérez Molina y de la vicepresidente Rossana Baldetti, se añade en el comunicado.
Adicionalmente a ello surgieron acusaciones de financiamiento ilegal de campaña en las elecciones de 2015 contra el Presidente Morales, y los miembros del Congreso en 2017, lo cual ha causado atascos políticos y socavado la inversión pública.
El presidente Morales anunció a finales de de agosto que no renovará el mandato de la Cicig, la cual es un organismo respaldado por las Organización de Naciones Unidas (ONU) y que ha estado investigando casos de corrupción en el país desde 2007; el mandato actual expirará en septiembre del 2019.
Tras el anuncio, fue impedido el ingreso al país del jefe de la Cicig, Iván Velásquez, quien había viajado a Estados Unidos para reuniones en la ONU. En el contexto Fitch Ratings menciona que esa decisión desafía una orden de la Corte de Constitucionalidad (CC) de Guatemala.
Una decisión similar en agosto del 2017 dio lugar a protestas generalizadas y finalmente esa orden fue suspendida en tribunales del país. En el 2018, luego del nuevo anuncio de Morales ya se han dado protestas políticas, pero la firma añade “pero hasta ahora ha sido menos numerosas que en 2015 y 2017”.
Debilitamiento de la inversión
“El aumento de las tensiones políticas y la continua incertidumbre política probablemente socaven la economía perspectivas de crecimiento. El crecimiento económico se desaceleró a 2.8% en 2017, en parte debido a la debilidad de la inversión pública” agrega Fitch Ratings.
Menciona también el cierre (suspensión), por mandato judicial, del proyecto El Escobal de la Mina San Rafael exponiendo que se trata de una de las mayores reservas de plata en el mundo. La firma añade que también es un factor clave que pesa sobre el crecimiento.
Ese caso, el debilitamiento de la inversión y del consumo privado han influido crecimiento económico en 2018. El Producto interno bruto (PIB) real creció anualmente en un 2% en el primer trimestre del 2018 en comparación con el 3.2% durante el mismo período del año anterior.
Otros efectos
En particular, también, un mayor riesgo político significará que los intentos de mejorar los ingresos fiscales serán limitados.
La firma menciona que los ingresos del gobierno son bajos respecto del PIB en Guatemala. Refiere que es el más bajo de todos los estados calificados, excepto Bangladesh y Nigeria.
Con la debilidad con los ingresos totales del Gobierno se espera que la carga tributaria caiga a 10.3% del PIB, por debajo del 10.5% presupuestado.
Los ingresos totales del gobierno cayeron al 10.8% del PIB en 2017 en comparación con el 11% registrado un año antes.
“El bajo nivel de ingresos es en gran medida el resultado de desafíos institucionales en la autoridad tributaria, altos niveles de evasión fiscal y débil control de la corrupción” expone la firma en el comunicado.
Se menciona que el Gobierno despidió al ex jefe de la autoridad tributaria en enero de 2018, aunque no se menciona el nombre, el funcionario que salió del cargo de jefe de la SAT en ese mes fue Juan Francisco Solórzano Foppa.
En otras áreas menciona que los fondos gubernamentales limitados para la inversión en infraestructura financiera y el gasto en capital humano continuarán obstaculizando la economía desarrollo.
Al contrarrestar la gobernabilidad y la debilidad fiscal, el sector externo debe seguir siendo clave en la solidez crediticia para Guatemala. El país ha registrado superávits en cuenta corriente desde 2016, con menores facturas energética de importación (derivados del petróleo principalmente) y fuertes entradas de remesas.
En éste último menciona que un mercado laboral fuerte y económico el crecimiento en los EE. UU., ha llevado a un aumento de los flujos de remesas que han impulsado el consumo privado, el cual se considera un impulsor clave del crecimiento económico.
Las reservas internacionales han seguido aumentando en 2018.
Como resultado, Guatemala tiene una de las proporciones de liquidez externa más altas en la categoría de calificación “BB” dada sus reservas de divisas, amortizaciones externas limitadas y baja participación de no residentes en locales mercados financieros.
Contenido relacionado
> Autoridades confirman que la economía nacional crecerá menos este año
> Ante una posible desaceleración económica empresarios plantean acciones para revertir tendencias