En una relación de noviazgo se da la oportunidad de irse conociendo, se definen estrategias, se va construyendo una confianza mutua y es una buena etapa para aprender ahorrar. La guía práctica de “Finanzas saludables en pareja” indica que es la etapa para construir sueños y combinar algunas restricciones como dejar de hacer algo hoy para llegar a realizar determinado objetivo en el futuro, que puede ser corto, mediano o a largo plazo.
Tener un presupuesto permite monitorear la situación financiera.
El control de las finanzas debe comenzar por los ingresos, son ellos los que definen la capacidad de consumo, el ingreso debe ser el monto que se obtiene después de los descuentos. Es importante hacerse las siguientes preguntas antes de comprar algo ¿Quiero o necesito?, ¿Es éste el mejor momento para la compra?.
Cada persona debe tener su plan de presupuesto, debe ser responsable en la administración de sus ingresos y gastos. Los gastos que son comunes a la pareja deben ser divididos y puede ser el mejor momento para comenzar con una reserva financiera, una de las parejas puede ahorrar de 5% a 10% de los ingresos, lo ideal es separarlo el día de la fecha de pago y al momento de planificar las actividades lo ideal es que lo hagan juntos. Para economizar especialistas aconsejan ser cuidadosos en la administración de sus ingresos y gastos.
Lo mejor es tener una reserva financiera por lo que una de las parejas podría ahorrar de entre 5% a 10% de sus ingresos.
¿Cuánto gastar?, primero se deben definir los gastos fijos, todos aquellos que se repiten todos los meses, con el mismo valor, los semivariables son los que se tienen siempre pero el valor está sujeto a su consumo (agua, luz, teléfono, etc). También se debe incluir los gastos invisibles, son los peños gastos del día que sumados representan una cantidad mensual considerable, (almuerzo en cafetería, parqueos, lavado de carros, etc.).
Al momento de hacer planes y de establecer metas comunes es necesario ser realista tomando en cuenta que sean específicas, medibles, alcanzables, relevantes y previsibles. Controlar las finanzas debe ser un hábito de la pareja, construido poco a poco y la elaboración de un presupuesto facilita la planificación alcanzando los objetivos financieros de forma eficiente.
La ventaja de tener un presupuesto es que permite monitorear la situación financiera, evita gastos por impulso, apoya la posibilidad de crear un plan de ahorro e inversión y posibilita la realización de metas en el corto, mediano y largo plazo.