“Hay miedo en la compra pública en general”, dijo López, quien citó concretamente el Caso Igss-PISA y también la dificultad para conformar las juntas de licitación en las diferentes entidades.
A su consideración la subasta inversa aún no ha podido implementarse de forma masiva, no porque haya un temor de usar la herramienta sino porque “hay un temor de los funcionarios de hacer compras”.
Dificultades para llevar a cabo subasta inversa
La plataforma tecnológica para realizar la subasta inversa fue desarrollada en su totalidad en el Ministerio de Finanzas Públicas y la primera puja fue realizada en septiembre 2016, en donde se adquirió resmas de papel bond, que representó un 14% de ahorro en relación al precio de referencia establecido.
No obstante, el proceso se ha realizado en pocas ocasiones debido a que el Instituto Nacional de Estadística (INE) aún no termina el catálogo de precios de referencia que sirven de guía para establecer la oferta inicial de la subasta.