Los fiscales han dicho que parte de ese dinero fue transferido al gobernante Partido de los Trabajadores y otras organizaciones políticas importantes para campañas políticas.
En una sesión trasmitida por la red de televisión Globo, Pedro Barusco dijo a los legisladores que, como parte de una negociación de cargos con los fiscales, acordó repatriar unos US$100 millones depositados en cuentas bancarias en el extranjero. Barusco, el primer testigo en ser interrogado por el panel, dijo que él y otros ejecutivos de Petrobras tomaron la iniciativa de acercarse a las compañías para solicitar sobornos en 1997.
Pero para 2003 “esa práctica se había hecho más extensa y se había institucionalizado” , agregó.
Barusco añadió que el Partido de los Trabajadores recibió el doble que él en pagos ilegales, “lo que me hace calcular que entre US$150 millones y US$200 millones fueron a parar” a ese partido.
La semana pasada la Corte Suprema de Brasil decidió que 54 políticos destacados sean investigados por supuestos vínculos con los sobornos.
Según la ley brasileña, la Corte Suprema tiene que aprobar cualquier investigación a legisladores o altos funcionarios del poder ejecutivo. Cualquier cargo penal o juicio a esas figuras debe ser aprobado y juzgado por el alto tribunal. Participantes en el mercado negro de divisas que llegaron a un acuerdo con los fiscales han dicho que ayudaron a mover el dinero junto con altos ex ejecutivos de Petrobras, quienes reconocieron haber cobrado cientos de millones en sobornos.
Entre las personalidades que serán investigadas están el ex presidente y actual senador Fernando Collor de Mello, quien fue obligado a dimitir por un escándalo de corrupción en 1992. Serán investigados también el líder del Senado, Renan Calheiros, y Eduardo Cunha, presidente de la cámara baja.
Los dos son miembros del poderoso Partido del Movimiento Democrático Brasileño, que pertenece a la coalición de gobierno.